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jueves, 6 de enero de 2011

Resumen del 2010: Un año en blanco y negro

El año 2010 se ha ido y ha dado paso al 2011. Por ese motivo, y como novedad, quería ofreceros un pequeño resumen de lo acontecido, con la intención de recapitular y mirar con perspectiva lo pasado para afrontar con ideas más claras un futuro ahora mismo incierto, aunque prometedor.
2010 será el año de la transición del negro al blanco. O mejor, más que del negro, del gris al blanco inmaculado, brillante, luminoso. He madurado muchas cosas y he crecido un poquito más como persona (pero poquito, ¿eh?). El balance sale en conjunto claramente positivo y enriquecedor.
Quiero agradecer a todos/as los que han estado ahí compartiéndolo conmigo.

Por un lado, consolidé mi afición y dedicación a la orientación, participando en varias pruebas de la liga nacional y autonómica, con unos resultados en general irregulares.
En total han sido 14 carreras en liga nacional en H35B (6 de media, 6 de larga, 1 de sprint y 1 de organizador).
En liga autonómica (H35) han sido un total de 9 pruebas y 2 como organizador.
Gracias a este deporte, este año he conocido algunos rincones nuevos de nuestra geografía ibérica y visitar otros ya conocidos: Sierra de Guadarrama (Madrid), Sierra de Huétor (Granada), Alcalá de Henares, (Madrid), Cehegín (Murcia), Santa Pola (Alicante), las dehesas del Valle de los Pedroches (Córdoba), entre otros muchos de la montaña alicantina (Onil, Villena, Ibi, Alcoi, etc.).

El deporte de orientación no sólo me ha sorprendido en su conjunto, sino que estoy entusiasmado con él. Creo que estaremos juntos mucho tiempo.
También he podido probar lo que es una prueba de rogaining en el Maratón de Orientación de Navarra. Y me encantó (jejeje).

En noviembre conseguí un 3er puesto en el V Trofeo Complutense, en Alcalá de Henares. Mi primer podium en competición oficial.
El resultado final es un 5º puesto en liga nacional en mi categoría y un 11º puesto en liga autonómica. Estoy sorprendido y encantado a la vez.


En cuanto a correr, he participado en algunas carreras populares, en la subida a los Molinos de Alcublas, que me encantó, e incluso en la XXXI edición del Gran Fondo Internacional de Siete Aguas, con un discreto pero satisfactorio resultado.
Y al fin este año me estrené en una media maratón, que era el objetivo inicial de principio del año, que además coincidió con mi primera carrera por montaña en Catellnovo. Sensaciones y sentimientos encontrados en una modalidad que cultivaré sin entusiasmo, aunque reconozco que tiene su aquél.
He salido más de 45 veces a entrenar en carrera, en los que he corrido algo más de 400 Km. Más o menos. He mejorado mucho el fondo en los últimos meses.

En montaña sigo en la misma línea: aprovechar el tiempo libre.
He podido contabilizar unas 25 salidas, en las que he recorrido unos 745 Km, con un desnivel positivo de unos +43.000 m.
Las salidas de senderismo realizadas han sido:
Gátova a La Pobleta de Andilla por el GR-10, 48 Km y +1800 m (Gátova, Valencia)
Ascensión al Sant Jeroni (Monistrol de Montserrat, Barcelona)
Ascensión al Moixeró en invernal (Riu de Cerdanya, Lleida)
Ascensión al Pedraforca en invernal (Saldes, Barcelona)
El Bartolo y castillos de Sufera y Montornés (Benicàssim ,Castellón)
Les Agulles de Santa Àgueda (Benicàssim, Castellón)
Nacimiento del Palancia y Peñascabia (Bejís, Castellón)
El Barranc dels Horts (Benassal, Castellón)
El Riu Carbó (Villahermosa del Río, Castellón)
Serra Gelada (Benidorm, Alicante)
Sierra de Corbera y Ratlla (Tavernes de la Valldigna, Valencia)
Pico de Chelva y Rambla de Alcotas por el PRV92 (Chelva, Valencia)
IX Marcha de resistencia Ademuz-Albarracín - 63 Km y +2000 m
Algimia de Almonacid a los Picos Rápita y Espadán (Castellón)
Sacañet a los neveros del Alto de la Bellida (Sacañet, Castellón)
El GR-10 entre Puçol y Gátova (Valencia) - 43 Km y +2200 m
La Murta y el Cavall Bernat (Alzira, Valencia)
La Canal del Garbí (Segart, Valencia)
Las Toscas de Sot de Chera (Chulilla, Valencia)
Cerro Limbo en invernal (Barracas, Castellón)

Y como salidas de montaña más serias o de mayor duración en días:
La ascensión al Jbel Toubkal (4.167), Toubkal Oeste (4.030 m), Ras (4.083 m) y Timesguida (4.089 m) en el Atlas
La vuelta al Macizo de Monte Perdido, que incluye el Taillón (3.146 m)
La ascensión al Vignemale (3.298 m) y Petit Vignemale (3.032 m), entre otros +3.000 m
La travesía de Córcega por el GR-20 en 7 días y medio (200 Km y +14.000 m)

Este año, además, participé en un cursillo intensivo de montaña invernal con el GMP-UPV, en dos salidas distintas: una a Formigal (Sallent de Gállego, Huesca) y otra para iniciarme en esquí de travesía en Benasque (Huesca). Ambas muy satisfactorias.

Me he iniciado un poco más seriamente en barranquismo, tras muchos años sin hacer nada, completando los barrancos del Lobo (Cirat, Castellón), Bercolón (Tuéjar, Valencia), Maimona (Montanejos, Castellón) y el río Vero (Sierra de Guara, Huesca).
Pero tengo la extraña certeza que esto es sólo el principio y que este año habrá muchos más (jejeje).

En bicicleta he salido unas 10 veces y todas antes del verano. La agenda está tan ocupada, que no ha prestado para más. En total, han resultado 530 Km y unos +9.500 metros de desnivel.
A destacar la prueba de la Treparriscos en Sabiñánigo (Huesca), de 81 Km y +1.145 m de desnivel, que completé en un tiempo razonable con mi bicicleta de montaña, para asombro del resto de ciclistas, ya que es una prueba de carretera. La disfruté a rabiar (jejeje).

En cuanto a viajes, este año visité la zona del Loira, en Francia, en el mes de junio, de la que todavía no he conseguido acabar la crónica (puf), alternando la bicicleta y la visita a los impresionantes castillos de la zona (Chambord, Chenonceau, Chinon, Amboise, Chaumont, etc). Una pasada.
También estuve por Marrakech en mi visita al Atlas y por Córcega haciendo la ruta del GR-20, así como por Pirineos en diversas ocasiones.
La verdad es que no he parado mucho por casa (jejeje).

Todo esto me ha supuesto únicamente dos lesiones: una caída en La Murta, cerca del Cavall Bernat, que me produjo un profundo corte y una tendinitis en los pies por no llevar unas zapatillas adecuadas para estar 6 horas trotando por la montaña entre Gátova y La Pobleta de Andilla.
A eso se une un paso por quirófano por otras cuestiones, pero sin mayor trascendencia. Este año he tenido suerte.

Este ha sido un resumen meramente deportivo.

También os podría resumir el año hablando del trabajo, de mis sueños, de mis inquietudes más inmediatas, de las expectativas, de los cambios que se han producido, de los que están en vías de producirse, de las cosas que ya no cambiarán, del orgullo, que es mal compañero de viaje, de la incomunicación e incomprensión entre las personas, de la gente maravillosa que descubrimos de pronto, de la fortaleza y la estoicidad, de la ingratitud, de la hermosura del mundo visto a través de los ojos de un niño, del olvido, de enfermos y enfermedades, incluso de la muerte, de los problemas familiares, de "mon français, qui se debrouille très bien", "or about my forgotten english (how I miss it!)" ... y así hasta llenar páginas y páginas.
Pero no lo haré. Sigo pensando que esas cuestiones más personales me las reservaré para mí, compartiendo con vosotros la faceta deportiva y algunas anécdotas y ocurrencias, que son más lúdicas y divertidas. Espero lo comprendais (jejeje).

Ahora queda pensar en el año que entra. 2011 tiene muy buen aspecto y espero poder disfrutarlo tanto como el 2010 que ya se ha ido.
¡Ah! ... y espero poder seguir compartiendo esos momentos con vosotros a través de este blog.
¡Feliz año!

sábado, 16 de enero de 2010

GR-10 Xtrem y la Canal del Garbí

Después de un tiempo colaborando con Paco Zen y el club CxM en la organización de la prueba del GR-10 Xtrem, en la elaboración de los planos y remarcado del itinerario, hoy ha sido el gran día. Aproveché varios de mis días de vacaciones de diciembre para entrenenerme en algo así, que me llamaba la atención, aunque este año sabía que no la podría hacer.

Paco me preguntó que qué queríamos hacer el día de la carrera y si podíamos colaborar en alguna cuestión más, además de lo ya realizado. Le dije que me encantaría estar en algún avituallamiento y que dispusiera de mí a voluntad. Así que nos puso a Vicent Montagud, Julio y a mí en el primer avituallamiento, en el de Segart.
A las 6:00 quedamos con Vicent en Puçol, pero aparecimos poco después de las 6:10, con la salida ya dada. Tampoco teníamos prisa. Cargar las cosas en el coche y a Segart a montar la "paraeta".
Con más intención que ganas me puse en función de controlador, mientras Vicent atendía unas obligaciones en el campo, que le hicieron llegar más tarde de las 7:45, y Julio se encargaba de las vituallas.
Sin incidencias destacables en el avituallamiento, como era de esperar.

Alrededor de las 9:30 desmontamos el tinglado, después de recoger un corredor que se equivocó y que, después de subir la Canal del Garbí, siguiendo el itinerario de la prueba, se desvió y volvió a bajar por la Pedrera, que es la otra variante del GR-10, aunque fuera de la carrera. De tal forma que, para su desilusión, apareció de nuevo en el avituallamiento de Segart. La cara que puso cuando nos vió lo decía todo: se había equivocado de camino, había vuelto al mismo punto y le volvería a tocar subir la Canal. Sólo de pensarlo, se puso a sollozar y se vino moralmente abajo. Qué pena me dió, cuando antes del error iba el 28º.
Nos conmovió hasta el punto de subirlo al coche, después de apuntar dorsal y tiempo, y llevarlo hasta Barraix, donde lo dejamos junto a la senda. No queríamos que abandonara y, al menos, que intentara acabar la prueba. Nos lo agradeció, aunque entre lágrimas y diciendo que lo iba a dejar. No sé cómo acabó, aunque me gustaría. Un saludo cariñoso desde aquí y espero que alcanzara la meta sin más problemas.

Tras colaborar con el avituallamiento, queríamos aprovechar nuestra presencia por allí para hacer la Canal del Garbí, y así de paso la conocía, que la tenía pendiente, como tantas otras cosas. Pero tener que subir al chaval este nos cambió un poco los planes. Dejamos el coche arriba, junto a la casa del Garbí y bajamos por la Pedrera, para almorzar después en Segart y subir nuevamente por la Canal.
La bajada de la Pedrera no tiene ninguna dificultad y encontramos alguna gente subiendo, incluso con niños. A mitad de bajada, me pegó el puntazo y me puse al trote, casi en sprint, hasta el pueblo. Y eso que llevaba mucha ropa y las botas de montaña, las rígidas. Pero la sensación valía la pena. Conseguí sudar un poco. ¡¡Bien!!.
Llegué a Segart casi 20 minutos antes que Julio y Vicent y nos fuimos a almorzar.
Pero lo mejor sin duda, además de la compañía, fue la subida de nuevo hasta los coches. Esta vez por la Canal del Garbí.
Esta subida, al principio por una senda pedregosa, se va poco a poco cerrando, hasta el punto de convertirse en una canal rocosa, que sube hacia el llano del Garbí. Esta canal rocosa, formada por grandes bloques de rodeno, tiene muchos puntos de apoyo y en ningún momento da sensación de altura o vértigo. Y eso que sube bastante altura en poco trozo. Además, en los sitios más "delicados", hay instaladas unas cadenas para sujetarse mientras se trepa. No hace falta ninguna habilidad especial para subir y la ruta vale la pena. Además de corta y cerca de casa, las sensaciones y el sitio son impresionantes.
Lo disfrutamos mucho y en poco más de 2 horitas y media estábamos de vuelta a casa, almuerzo incluido.
Salieron cosa de 8 km y unos +570 m de desnivel. Hay muchos enlaces donde viene descrito el itinerario, así que no lo voy a poner. Como este o este.
Para repetir.
Gracias, chicos, por todo. Sois un encanto.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Caminando entre Gátova y Caparrota (Altura). GR-10 Xtrem.

Hoy he vuelto a colaborar con los amigos del club CxM en el refuerzo y repaso de la señalización del sendero de gran recorrido GR-10.
Seguimos marcando para la prueba del GR-10 Xtrem.

La salida la hemos hecho sólo Paco Zen y yo. Ayer quedamos, después de subir al Puig Campana. Era una buena alternativa a lo que tenía previsto para hoy y así volvía a sentirme útil un rato, que me resulta muy gratificante (mira que soy egoísta, ¿eh?).
A eso de las 9:40 hemos llegado a Gátova. Hoy no hace tanto frío como el otro día y no amenaza lluvia. Al menos de momento.
Nada más entrar al pueblo me encuentro con Delfi. Me sorprende que me reconozca. Es la emisorista con la voz más dulce que conozco y resulta inconfundible, pero hacía más de 9 años que no nos veíamos físicamente y supongo que habremos cambiado algo. Me he alegrado mucho de encontrármela. Besitos y despedida rápida, que ella salía de noches y tenía que dormir y nosotros teníamos trabajito que hacer.

Para empezar, Paco saldrá caminando hacia la Fonfría, mientras que yo me iré en su coche y marcaré otro trozo por arriba. Siempre marcando el GR-10.
En la fuente tengo otro encuentro casual. Esta vez con la BV Olocau, que están aprovisionándose de agua en la Fonfría. Hablo un rato con Carlos, que es al único que conozco. Despedida rápida, que tendrán que trabajar un poco (jejeje).
Pronto nos volvemos a juntar Paco y yo. El resto del itinerario hemos circulado por pistas forestales que están bastante bien, pasando por encima del Marmalé, hacia Las Navas, ya en término de Altura (Castellón), y siguiendo camino hasta el empalme de la pista asfaltada que sube desde los Pozos de la Mena, donde estuve bañándome esta primavera.
El trabajo no era cómodo, ya que, aunque teníamos el coche cerca casi siempre, había que subir y bajar cada 25 metros o así para marcar. El barro, que lo ocupaba todo en algunos tramos del camino o de las sendas, hacía que no resultara fácil moverse y que acabaran las botas con grandes pegotes de barro negruzco y pegajoso. Menos mal que el viento no ha aparecido en toda la mañana, a pesar de las malas previsiones (daban poniente con rachas de más de 70 km/h). A última hora ha empezado a chispear un poquito, pero no ha llegado a mojar el coche.

Cuando hemos llegado a la Masía de Caparrota, hemos decidido volver a casa. Ya eran las 15:30 y empezaba a ser hora de comer.
Han salido unos 11,2 km y +320 m de desnivel.
Ha sido una mañana tranquilita y entretenida en buena compañía. Gracias Paco.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Caminando entre Tristany y Gátova. GR-10 Xtrem.

Este sábado he estado colaborando con los amigos del club CxM en el refuerzo y repaso de la señalización del sendero de gran recorrido GR-10.
Sobre este sendero quieren preparar una prueba "destroy", siguiendo el itinerario del GR-10 que discurre por la provincia de Valencia. Es decir, que la prueba uniría Puçol y La Pobleta, en Andilla, con una longitud total de 93 km y +3.800 m y -3.000 m de desnivel acumulado. Todo ello en menos de 22 horas. ¡¡Toma ya!!
El nombre de la prueba parece adecuado: GR-10 Xtrem.
Empiezo a estar acostumbrado a algunas de las propuestas "deportivas" que se sugieren en montaña, como ciertos ultra-trails o maratones extremos, y esta creo que se puede incluir dentro de ese grupo que rayan el límite de lo humanamente razonable.

Mi relación con esta prueba nació un día, hace cosa de 2 semanas, en el que vino Paco "Zen" por la oficina y con su característica calma y tranquilidad en todas las cosas que hace, me habló de una prueba que estaba organizando. La GR-10 Xtrem.
Cuando terminó de describirme el itinerario y condiciones, mi reacción inmediata fue de estupor y asombro. ¿Cómo? ¿93 km en 22 horas? ¿A través de la Calderona? Es una broma, ¿no?.
Me estuve riendo un rato hasta que me dí cuenta que hablaba en serio. Entonces cambié de cara, lo miré con curiosidad y con toda franqueza del mundo le pregunté si necesitaban ayuda.
Se sonrió, con ese brillo que se le pone en los ojos cuando le has entendido sin tener que hacerle perder el tiempo en dar innecesarias explicaciones. Le encanta la gente que le entiende con pocas palabras. Entonces me comentó que le vendría bien apoyo para elaborar los planos de la prueba y en la señalización y marcaje sobre el terreno.
Automáticamente me ofrecí a colaborar en todo lo que pudiera necesitar y estuviera en mi mano. Por los planos no había ningún problema, aunque tendríamos que montarlos en varias secciones o tramos y sobre un A-2 para que se vieran los 93 km con algo de detalle, y en cuanto a señalizar, podría prestar parte de mi tiempo. ¿Acaso podía haber mayor placer que acompañar a Paco por la sierra marcando el recorrido? Un lujazo.

Este sábado 19 de diciembre me he reunido con la gente del club CxM a las 8:00 en el Palau de Congresos de Valencia y nos hemos distribuido en dos grupos de 3 personas. Paco, Kike y Mario nos hemos subido a Gátova para dejar el coche en la fuente. Kike nos subiría por el camino principal hasta Tristany, donde nos dejaría con los botes de pintura y el material necesario para repasar las marcas y se volvería a Valencia. Nosotros continuaríamos caminando siguiendo el recorrido de la carrera hasta Gátova, pintando aquí y allá.
El otro grupo (Kris, Vicent y Miquel) se han ido a Serra para subir a Tristany por la Prunera y completar itinerario.
A eso de las 9:00 hemos llegado a Gátova. La temperatura algo más fría de lo deseable (+2 ºC). En Tristany no teníamos termómetro, pero seguramente estábamos a un par de grados bajo cero, con un vientecillo que arreciaba a ratos y resultaba muy molesto. En estas condiciones, nos hemos puesto a trabajar: guantes en las manos, cubiertos hasta las cejas de ropa y rapidito, que nos helamos. Nieve en las umbrías y bajo los pinos, hielo en charcos y barro. Una estampa para el recuerdo. El moquillo colgando de una nariz helada y los ojillos llorosos por efecto del viento helado.

El resto de la mañana tranquilito. Yo cargaba con el color blanco y Paco con el rojo y el verde para el sendero local. El recorrido nos ha llevado toda la mañana, ya que teníamos que parar cada 25 metros, pero ha estado muy bien. La compañía ha sido muy agradable y el día, aunque frío, no dejaba de estar soleado. ¿Qué más se podría pedir?.
Hemos llegado al pueblo a eso de las 15:00, con las manos ateridas y cansados de tanto bote de pintura, pero ha resultado una experiencia muy gratificante. Otro día les acompañaré a hacer un trozo más. Hacía años que no marcaba un sendero (jejeje).
Caminando nos han salido unos 9,5 km y +530 m de desnivel.

Paco me ha animado a realizar la prueba y me ha picado la curiosidad. Yo me atrevo a llegar a Gátova desde Puçol (43 km y la mayoría del desnivel), pero no sé si podría con una distancia de 93 km a pie. Será cosa de pensarlo y el año que viene ... tal vez (jejeje).

Os paso recorrido y fotos, por si tenéis curiosidad.


lunes, 7 de septiembre de 2009

Rodando por Enguera

Hoy salida con la bicicleta de montaña por Enguera. El grupo estaba formado por José Luís, Elia, Vicent y Mario. La ruta ha sido sencillita y me ha servido para ver que todavía estoy tocado del fin de semana pasado. En todos los sentidos.
Me han vuelto a aparecer ligeras molestias en la parte exterior de las rodillas, que han desaparecido al aflojar un poco la marcha. El resto del físico bien.
Lo primero que hemos hecho ha sido almorzar en Enguera, dentro del pueblo, en un bar en el que parece que la especialidad es un bocata de queso fresco frito con pimientos. Exquisito.
He aprovechado la coyuntura para llamar a Markus, que hacía mucho que no lo veía, para charrar un rato durante el almuerzo, y en un momento nos hemos juntado un montón de compañeros: Juan Antonio de Calles, Hipólito de Enguera ... parecía un bar cualquiera de Los Serranos, todo lleno de forestales (jejeje).
A las 11:30 hemos empezado la marcha. Un poco tarde para mi gusto, pero el día acompañaba, ya que estaba muy nublado e incluso amenazaba lluvia. Algo de calor húmedo hacia el mediodía, pero perfecto para la bicicleta.
En total, han caído 26,65 Km con +637 m. No está mal.
Lo he disfrutado, aunque reconozco que los detalles siguen machacándome moralmente. Demasiados recuerdos concentrados en chorradas cotidianas. Es difícil cambiar la rutina y las costumbres cuando uno se ha acostumbrado a lo bueno. Suspiraré.

lunes, 24 de agosto de 2009

Sobre la foto de la portada

Supongo que más de un visitante se habrá dado cuenta de la nueva foto de portada y probablemente se habrá preguntado ... ¿de dónde la habrá sacado?.

Pues bien, la foto es mía y fue tomada el pasado 20 de junio de 2009, alrededor de las 20:00 en el lago Glaswaldsee, situado en el término de Bad Rippoldsau-Schapbach, en la región conocida como Selva Negra o Schwarzwald, dentro del Bundesland de Baden-Württemberg, en la zona suroccidental de Alemania.

Es un sitio muy bonito y el lago parecía un espejo mientras desaparecía lentamente la luz del día tras las colinas próximas. En el paraje, que sólo se puede acceder a pie, encontramos a un joven sueco que trabajaba en un hotel cercano y que nos explicó alguna cosa en inglés sobre el sitio y alrededores. Uno de los pocos interlocutores anglo-parlantes que encontramos en la región. Quizá porque no era alemán. El chico nos explicó que subía muy a menudo a bañarse en las frías y oscuras aguas del lago. A mí me sobrecogió un poco.

En el silencio penumbroso de la tarde, sólo roto por el chapuceo parsimonioso y rítmico del nórdico, se levantó una ligera neblina sobre el agua y parecía como si hubiéramos sido transportados a otro universo. En cualquier rincón podíamos esperar encontrar un hada o un duende del bosque: entre las piedras grabadas por familiares de soldados alemanes fallecidos en las pasadas guerras mundiales, como tristes runas mohosas, entre los troncos podridos y la hojarasca húmeda o quizá entre los abetos y abedules que hundían sus raíces mojándolas en las orillas del lago. Era un lugar mágico, inquietante, rumoroso y umbrío, cargado de energías ocultas. Un lugar para volver.

Esta es la foto original, con la calidad y la resolución reducida por el Picasa. Seguro que Anna se acuerda perfectamente.

domingo, 9 de agosto de 2009

Casi Matahombres en 2 días

Este fin de semana (8 y 9 de agosto 2009) hemos intentado hacer la famosa prueba de Matahombres en bicicleta de montaña (BTT), repartiéndola en dos días, uno por sector.

Matahombres es un hermoso paraje del término de Camarena de la Sierra, provincia de Teruel. En este enclave, además de un profuso bosque de pino laricio y albar, hay un área recreativa y una fuente de generoso caudal, que le da nombre al lugar.

Matahombres también es el singular nombre que recibe una dura prueba de BTT que se celebra próximo a las fiestas de San Mateo (21 de septiembre) y que suele coincidir con el fin de semana del cambio de quincena en septiembre. Este año 2009 será el día 13 de septiembre.

La prueba tiene una longitud de unos 82 km y un desnivel acumulado de unos +1.860 m. Está estructurada en dos sectores de 40+42 km, con la peculiaridad de pasar al final de cada sector por el casco urbano de Camarena. Muchos son los participantes que, después del duro primer sector, abandonan al ver la subida continua de casi 15 km que tienen que afrontar desde el pueblo (a 1.294 m) hasta el alto de Javalambre (2.020 m).

Quizá sea una buena forma de preparar Carros de Foc, que es el objetivo para el 29 y 30 de agosto.

Hemos elegido un alojamiento insuperable: el refugio de montaña "Rabadá y Navarro" (1.530 m), que la FAM (Federación Aragonesa de Montañismo) tiene en Camarena. Es barato, cómodo, limpio y de ambiente estupendo.
Curiosamente, los perros del refugio, una pastora alemana (la Churry), y Java, un husky macho, han tenido 7 cachorros (los Churritos). Tienen apenas 30 días y son un encanto. Hemos pasado unos buenos ratos jugando y tonteando con ellos.

Sector I = 42 km. Recorrido: Camarena (1.294 m), Fuente Matahombres, Cascada de Amanaderos, Riodeva (890 m), Masía del Villarejo, Alto de la Cruz, Camarena.

Esta primera parte la completamos en sábado 8.
Después de un copioso desayuno en el refugio, salimos por la pista que baja al pueblo con la bicicleta. Esta pista tiene mucha pendiente y hay bastante piedra suelta, así que hay que bajar atentos al recorrido. Se empalma con el recorrido oficial de la Matahombres alrededor del kilómetro 1,5. La señalización de la prueba es permanente y de muy buena calidad, lo cual es un acierto, ya que permite realizarla en cualquier época del año a "nuestro aire".
El inicio de la prueba es francamente bonito. La pista está en muy buenas condiciones, las subidas no son excesivamente pronunciadas y hay sombra y pinos por todos lados.
Tras pasar la espectacular cascada de Amanaderos, se desciende de forma brusca hacia Riodeva. Poco a poco va desapareciendo la vegetación arbórea y pasamos a una zona deforestada, de pronunciadas pendientes arcillosas cubiertas por unos pobres matorrales y bancales de cultivo en estado de abandono.
A partir del pueblo volvemos a subir, con dirección a Camarena. Nos quedan unos 20 km de subida. Esta pista está un poco más deteriorada y discurre por un terreno pobre y desarbolado. Parece una paramera esteparia. No se ve un alma. El sol cae con fuerza y hace algo de calor. Al cabo de un buen trecho de ir subiendo, encontramos algunos pinares de repoblación. Algún tramo asfaltado, coincidiendo con una carretera, y un cortafuegos poco antes de Camarena, que tiene una pendiente importante.
La trailera antes de Camarena, nos la evitamos, ya que es bastante pronunciada y preferimos bajar por la carretera.
Llegamos a Camarena y entonces nos damos cuenta de nuestro error: hay que volver a subir al refugio por la pista por la que bajamos. Son casi 2+2 km. Además de la fuerte pendiente, hay que añadir la gran cantidad de piedra suelta y que llevamos en las piernas 42 km. Al final, acabo arrastrando la bicicleta del morro y subo a pie hasta el refugio. Este último esfuerzo me deja agotado. Comida frugal y a descansar.
Por la noche, después de cenar, jugamos una partida improvisada al mentiroso (con dados) en el porche del refugio. Aquí acabamos de entablar relación con los guardas y sus compañeras (Javi, Dani, Rocío y Saray). Buen ambiente y cachorritos de perro que quieren que les hagas caso. Qué buen rato pasamos.

Sector II = 40 km. Recorrido: Camarena (1.294 m), Pico de Javalambre (2.020 m), Fuente de la Miel, Fuente Matahombres por trailera, Camarena.

Esta primera parte la abordamos el domingo 9.
Tras el desayuno y bien entrada la mañana (pasadas 10:30), cargamos las bicicletas en el coche y bajamos a Camarena, donde aparcaremos en la calle. Así no volveremos a sufrir la última subidita de ayer.
El principio no es bueno. Tengo doloridas las posaderas y veo las estrellas cada vez que me apoyo en el sillín. Pero tengo que hacerme la idea.
La subida al Javalambre es espectacular. Sigue una pista al principio asfaltada, luego de tierra con el firme en muy buen estado, que pasa cerca del refugio y que sige ascendiendo hacia el punto más alto de la sierra. La subida no es fuerte, pero sí muy larga. Hay que hacerse la idea de dos horas largas pedaleando en la relación más cómoda posible (el molinete, la mayoría de las veces). No pasamos de más de 8 km/h y lo normal son 6,5 km/h.

... y empiezan los problemas
La mañana se ha levantado algo nublada. Cúmulos algodonosos cubren parcialmente el cielo. Pero al cabo de una hora y pico de marcha, empieza a formarse claramente una tormenta hacia el norte, hacia Teruel. La suerte es que queda lejos, aunque absorbe poco a poco todas las nubes de la zona y crea pequeñas ráfagas de viento.
Al llegar a la carretera que sube a las pistas de esquí de Javalambre, que por cierto están ampliando, vemos el panorama hacia el norte, el este y el sur: estamos rodeados de tormentas. La de Teruel está ya muy desarrollada y tiene un color negro francamente preocupante. Afortunadamente, parece estar algo parada e incluso alejarse de nuestra posición. La situada al este parece llevar la misma dirección, pero al sur empieza a desarrollarse otra tormenta, todavía en estado de cúmulo. Estamos a un par de kilómetros de la estación de esquí y a 4 o así del pico. Se plantea el dilema: si seguimos el itinerario previsto, el oficial del Sector II de la prueba de Matahombres, es posible que nos pille alguna de las tormentas. Esta circunstancia sería francamente peliaguda, ya que nos encontramos muy altos (mas de 1.900 m), en una sierra muy suave, sin casi árboles y sin picos relevantes, por lo que un par de bicicletas rodando por los caminos es casi lo más alto sobre el suelo que un rayo se podría encontrar al caer al suelo: MAL ROLLO.
Decidimos por tanto, evitar la vuelta del recorrido original y giramos a la derecha, siguiendo la carretera hacia el pico, atajando un poco. Pasamos la estación de esquí y subimos por una de las pistas, que ahora es una superficie de tierra compactada, en la que no crece ni la hierba.
Al volver a empalmar con el recorrido original, a escasos 400 metros del pico, oímos el primer trueno y vemos encima del pico la tormenta que amenazaba al sur, en la parada anterior. Viene claramente hacia nosotros. Quizá sea la señal que esperamos y es posible que no valga la pena continuar. No tengo ganas de recibir un rayo en la crisma y aquí tenemos muchas papeletas.
Media vuelta y bajada trepidante a Camarena. La velocidad media de más de 30 km/h.
Pronto llegamos a Camarena sin incidencias. Cargamos las bicicletas al coche y a casa.

Conclusión
Ha sido un fin de semana estupendo, aunque no hayamos completado la Matahombres por culpa de la tormenta. Al final han salido casi 72 km. (42+30 km)
Ya volveremos a hacerla. Quizá en un día y toda seguida. ¿Por qué no?. Con tiempo por delante, todo es posible.

¿Y eso es todo?
Pues no. Esto no ha sido todo. Al volver hacia Valencia, justo a la altura de la estación de Puebla de Valverde, nos ha aparecido un paisaje completamente blanco. De pronto, parecía invierno, con todo el suelo nevado. Al acercarnos, hemos podido ver entre 10 y 15 cm de granizo que cubrían el suelo. Hasta donde se perdía la vista. Impresionante.
Poco antes de entrar en la A-23, la autovía Zaragoza-Valencia, se veía en dirección a Barracas una tormenta inmensa, muy negra y con grandes jirones de lluvia. Nos hemos dirigido hacia ella, porque no teníamos más opción.
Alrededor del km 84 ha empezado a llover y hasta Barracas nos hemos visto obligados a parar varias veces en el arcén, junto con el resto de vehículos, por culpa del viento huracanado, la lluvia, que parecía una catarata, y el granizo, que me ha dejado el coche algo magullado.
Reconozco que en algún momento me he sentido frustrado al ver la fuerza con la que el granizo impactaba sobre el coche, pensando que podrían romperse las lunas y en cómo el viento lo empujaba hasta alcanzar casi la horizontal.
Sin embargo, ha sido espectacular.

Tendremos que volver, aunque esta vez esperemos tener mejor suerte con el tiempo.

domingo, 26 de julio de 2009

Ascensión al Aneto (3.404 m)

Como ya comenté en otra ocasión, este fin de semana tocaba la minitriatlón de Figueroles, pero al final no he ido. Ya se sabe que los programas están para saltárselos. El plan ha sido otro bien distinto.

El viernes 24 de julio salimos a primera hora de la tarde con dirección a Benasque (Huesca), con la intención de subir el pico Aneto el sábado 25 de julio. El pico Aneto, con sus 3.404 metros, es la mayor altura de la cordillera pirenaica y un importante atractivo para los montañeros de toda Europa, principalmente franceses y españoles.

El grupo lo formamos Vicent, Cris, Julio y servidor.

Llegamos a eso de las 20:00 al parking del Vado, donde hay una caseta de control que impide el paso a coches particulares al resto del valle de Benasque. Lógico, ya que esto es un parque natural y se hace necesario el control de acceso.
Aquí cogemos un autobús que sube por una estrecha carretera asfaltada hasta la Besurta, pasando por los Llanos del Hospital. Son unos 4,20 € ida y vuelta y unos 10 minutos de trayecto.
Descendemos en el Llano de la Besurta (1.905 m), final del paseo, donde hay una especie de chiringuito de madera, que se encuentra cerrado. En este punto cargamos la mochila a la espalda y empezamos a ascender en dirección al refugio de la Renclusa (2.104 m), donde tenemos reservado alojamiento.
En poco más de 30 minutos llegamos a la puerta del refugio. Ha sido todo más rápido de lo esperado. Cenamos y a dormir, que mañana es el gran día. El refugio está francamente bien. Se nota que lo han rehabilitado recientemente y me recuerda un poco al de Camarena. Nuestra habitación tiene 6 plazas, en literas de 2 y cuarto de baño con ducha dentro de la habitación. Todo un lujo. Compartimos la litera que sobra con 2 franceses de unos 60 años.

Nos levantamos a las 5:15, más o menos. En el pasillo y las habitaciones contiguas hay un rumor continuo de gente. Vicent nos ha dado un poco la noche, pero aún así hemos dormido poco por los nervios.
Desayunamos, aligeramos las mochilas con lo necesario y salimos a eso de las 6:00 hacia el Aneto.
El cielo está limpio y despejado. No se ven nubes y no hay viento.
La primera impresión ya me la había adelantado Paco: un río de gente, como una hilera de hormigas multicolor que asciende por la ladera. Esto va a parecer pronto un pequeño circo.
Empezamos a ascender hacia la Cresta de los Portillones. No existe camino como tal, sino más bien una plataforma de rocas entre grandes bolos de granito. Según se asciende, el camino es menos evidente y hay que ir eligiendo por dónde subir siguiendo un poco el instinto, la lógica, por donde avanza el resto de la gente y los diversos montoncitos que piedras que se dejan como indicación (cuidado con estas señales, que a veces engañan).
Poco antes del Portillón Inferior, Vicent se agobia y dice que se vuelve al refugio, que le está costando mucho avanzar y no quiere ser un lastre. A pesar de nuestra insistencia y ánimos, se da la vuelta.
Siguiendo entre el caos de piedras, pasamos junto al Portillón Inferior (2.742 m). Se ve un cortado en la cresta y una senda que baja con bastante pendiente hacia el otro lado. Hay que decidir por dónde seguir.
Siguiendo a la gente, continuamos paralelos a la cresta, en vez de cruzar el Portillón. Este craso error nos obligará más adelante a tener que cabalgar por la cresta hasta el Portillón Superior. Y digo error, porque a través del primer Portillón, sale una senda que permite acceder al glaciar del Aneto sin tener que hacer pasos aéreos como el trozo que nos tocó caminar.
El cresteo resultó ser algo aéreo, con una caída hacia el este de unos 200 metros y de unos 30 hacia el oeste. Como ya sabréis, tengo algo de vértigo, así que no me resultó demasiado grato este paso, además se levantó algo de viento. Afortunadamente, el granito es muy rugoso y resultaba relativamente cómodo pasar de piedra en piedra. De haberlo sabido, lo hubiera evitado, teniendo la otra alternativa.
Bajada por la canal que forma el Portillón Superior y nos encontramos frente a nosotros, en el horizonte, la mole del Aneto. El camino no es evidente, pero parece que suaviza mucho la subida. Ya era hora.
El horizonte permanece limpio, el sol implacable. Tan sólo en el lado francés se aprecia cierto mar de nubes. Es el día perfecto. Ni encargándolo hubiera salido tan bueno.
Desde este punto hasta el Glaciar del Aneto, se debe caminar entre grandes bolos de granito, acumulados de forma caótica, sin ninguna referencia. Aquí no hay camino o senda alguna. A veces algunos montoncitos de piedras ayudan a orientarse, pero hay que ir saltando, girando, trepando, etc. El trozo es algo pesado, pero divertido.
Al llegar al pie del nevero que da acceso al glaciar, nos ponemos los crampones. Ya parece que son imprescindibles. Hay gente que no se los pone o simplemente no los lleva. Me parece una imprudecia. En caso de resbalar, la trayectoria de deslizamiento ladera abajo por el glaciar no parece demasiado peligrosa, ya que la nieve está algo mojada y la pendiente, sin ser poco, tampoco es muy elevada. Seguramente no resultaría grave el resbalón y pararías pronto. Pero como mínimo parece conveniente no resbalar y más si no sabes dónde pararás. Así que imprescindible crampones y piolet.
Me cuesta más de 15 minutos ajustar los crampones a las botas, ya que éstos son viejos (más de 20 años) y funcionan por el sistema de llaves, tornillos, etc. Los compañeros (Julio y Cris) me esperan pacientes. Los suyos son más rápidos de ajustar. Más modernos.
Equipados adecuadamente, empezamos a subir suavemente por el glaciar hacia el Collado de Coronas (3.196 m). La subida no es difícil.
Poco antes del Collado, sobre una suave cresta de nieve, paralela a pared del Pico Maldito-Coronas, nos damos cuenta que hemos subido demasiado. Se ve claramente una traza en la nieve que desciende hacia el collado.
Al cabo de unos 10 minutos alcanzamos el Collado de Coronas, después de descender unos 50 metros. Hace un rato que estoy francamente mareado. Parece que me haya bebido un litro largo de cerveza y no termino de ir recto del todo. Cris dice que tiene algo de dolor de cabeza, por lo que debemos estar sufriendo un poco de mal de altura.
Para paliar un poco los síntomas, nos tomamos 2 gelocatiles cada uno (650 mg de paracetamol por unidad). Yo aprovecho para descansar un poco.
Al cabo de unos 5 minutos veo que sigo tan mareado o más que antes. Ya que hay bastante gente que todavía está subiendo, invito a Cris y a Julio que continúen con la ascensión. Por un momento me parece que lo voy a dejar en este punto. Tengo algo de angustia y este punto ya está más alto que el Monte Perdido. Quizá pueda conformarme.
Un poco desalentado por la impotencia que me produce el mareo, observo cómo ascienden mis dos compañeros hasta que desaparecen en un giro, tras una roca.
Estoy quieto en el collado. Le nieve lo cubre todo, no tengo una piedra donde sentarme y estoy al sol. No parece que sea buen sitio para esperar.
Empiezo a observar a la gente que pasa. Pronto veo que pasan nuestros compañeros franceses de habitación en la Renclusa. Van equipados a la antigua usanza, con material antiguo, guantes de lana, incluso, pero encordados y todo. Parece que tienen práctica. Suben lentos, pero sin parar. Me dan cierta envidia.
En ese preciso momento, aparecen una pareja de andorranos que ya vimos en la cresta de los Portillones. Se trata de un señor recientemente jubilado y de su hijo o sobrino. El hombre es muy agradable y la conversación es amena. Cresteando ya me animaron a continuar y me dieron bastante moral. Ahora me animan a continuar. Dicen que les siga, que hace un rato que uno de ellos estuvo a punto de abandonar, pero entre los dos, poco a poco, han seguido andando.
Quizá sea el impulso moral que necesitaba. Me doy cuenta que no estoy ya tan mareado. Llevo parado aquí cosa de 15 minutos. Me encuentro mejor, así que me uno a ellos y empezamos a subir hacia el pico, poco a poco.
La subida la encuentro más cómoda que el camino anterior. Es posible que me haya recuperado un poco. Aquí también hay bloques rocosos, pero son pequeños y parecen formar a veces incluso una senda. A mitad de subida me quito los crampones. Ya no serán necesarios.
Voy mirando hacia adelante, para ver si coincido con Julio y Cris, que pueden estar ya bajando. No los veo.
Unos 100 metros antes de la cumbre, me parece ver sobre la línea de la montaña, en el horizonte, una cabeza. Me quedo mirando y vuelvo a avanzar otros metros. Miro de nuevo y ahora hay dos cabezas. Me saludan con grandes aspavientos. Son ellos. Creo que están más sorprendidos que yo de verme subir.
Un pequeño esfuerzo más y ... antecima. Alegría sin fin. Es una sensación fantástica, indescriptible. Mezcla de satisfacción, alegría y orgullo.
No sé quién se alegra más de ver a quién, si yo o mis compañeros. Parece que soy más cabezón de lo que pensábamos. Más moral que el alcoyano, como diría Anna. Se la echa de menos.
Estamos a unos 3.392 m, en un pequeño rellano previo al Paso de la Mahoma. Me asomo un momento a ver el famoso paso y decido dejarlo tranquilo. Hoy no haré cumbre. Todavía estoy algo mareado y creo que ya he tenido bastantes emociones por hoy.
Nos sentamos a celebrarlo. No hay hambre, pero algo habrá que comer. Lo que más tengo es sed.
Compartimos bota de vino con los andorranos que me han acompañado. Me han sido de gran apoyo moral y quizá sin ellos no lo habría acabado. El señor jubilado cruza el paso. No le envidio.
Cris comenta que no ha podido pasar, pero que Julio ha ido y vuelto. Casi diría que es mi héroe del día.
Junto a nosotros, también en la antecima, están los franceses de la Renclusa. Parece que vamos a pasar el fin de semana juntos, sin buscarlo.
Se está muy bien. No hace nada de viento y en el cielo no hay ni una nube. El sol cae sin piedad y la vista es espectacular. Se distinguen muchos picos desde aquí (Coronas, Maldito, Maladeta, Perdiguero, Boum, Maupas, Crabioules, Posets, Mulleres, Besiberri, Pica Estats, Tempestades, Margalida, Russell, etc.), aunque no reconocemos casi ninguno. Qué lástima.
Sólo algunas nubes muy bajas persisten en la parte francesa del Pirineo. Allá, a lo lejos.

Al cabo de una hora y pico de estar allí regodeándonos con la situación, decidimos que empieza a ser hora de volver.
Para el descenso del pico no hay mucha alternativa.
Poco antes del Collado de Coronas, consultamos el plano (guía Alpina). Queremos evitar los Portillones, por no volver a pasar por la zona de bloques de piedra.
Decidimos bajar hacia el Ibón de Salterillo, para buscar el llano de Aiguallut y desde allí volver a la Renclusa. Parece la ruta más sencilla.
Los andorranos nos acompañan, saliendo delante con buen ritmo. No llevan crampones, así que no tienen que entretenerse en ponérselos.
Parece que más gente que duda se suma a nuestro pequeño grupo. Al final seremos casi 15 personas, bajando por distintas zonas y cada cual a su ritmo.
La bajada por el glaciar es muy divertida. La nieve está algo blanda, pero no mojada, así que se baja rápido y con seguridad.
Evitamos acercarnos demasiado al ibón y aprovechamos un curso de agua por el que drena el glaciar. Los bloques de granito son pequeños, fáciles de descender y no presentan demasiados problemas.
Rodeamos el ibón por la derecha (al este). Estamos a unos 2.450 m y la bajada ha sido muy rápida. Ya no estoy mareado y estoy pletórico. Me duele un poco la rodilla izquierda, pero nada importante.
Cruzamos el torrente que drena el ibón y buscamos un sendero que baja hacia el Aiguallut.
Quizá por casualidad o quizá porque el plano está mal, encontramos un sendero que nos lleva a media ladera hacia el Collado de la Renclusa, sin tener que bajar hasta Aiguallut. Nos ahorraremos descender y ascender unos 100 metros de desnivel. Parece puesto adrede. Eso que ganamos.
Al cabo de un par de kilómetros, aparece el sendero que comunica el Aiguallut con la Renclusa. Aquí giramos a la izquierda y empezamos a ascender el Collado de la Renclusa (2.250 m). Perdemos a los andorranos, que no sabían si acompañarnos. No hemos podido despedirnos.
Cuando iniciamos de nuevo la bajada, pasado el collado, nuestra única obsesión es ver el refugio, que tiene que estar ahí mismo, y a Vicent, que debe estar preocupado.
Pronto vemos el refugio y, casualmente, nos parece ver una figura a lo lejos que nos resulta familiar. Empezamos a mover los brazos y a chillar. Nos responde. Es Vicent.
Nos sale a buscar sendero arriba. Encuentro emocionante. Son las 20:00 y toda esta aventura nos ha costado 14 horas completarla. Eso sí, con todas las paradas del mundo y disfrutando cada momento al máximo.
Estamos agotados pero contentos.

Cenamos en el refugio: un buen plato de garbanzos en sopa de verduras, que me saben a gloria, ensalada y carne asada. De postre, arroz con leche.
Ducha rápida y a la litera.

El domingo 26 volvemos a casa con mucha calma. Nos levantamos a las 7:00 y desayunamos. Hacemos tiempo hasta las 9:30, visitando los alrededores del refugio. Las vistas de la montaña y la mañana son perfectas. Otro día extraordinario. Bajamos a la Besurta. Vuelta con el autobús al parking.
En Benasque paramos a visitar la famosa tienda de Barrabés: qué despliegue de equipo, cuánto material estupendo ... qué precios!!.
De vuelta paramos en Castejón de Sos a almorzar. Elegimos el establecimiento siguiendo a varios moteros y acertamos de pleno. Vaya bocatas más buenos y qué cerveza más fresca. Volvemos a parar a mediodía en Ascó. El calor es sofocante. Qué diferencia con Benasque. Ya lo echamos de menos.
Vuelta por Ulldecona, Sant Mateu y por la CV-10 a casa.

Ha sido un fin de semana memorable. Lo único malo es que, a pesar de la crema de factor solar 50 y los retoques del 20, tengo quemado parte del cuello y la parte superior de las manos, ya que llevaba manga larga. Menos mal que no llevaba manga corta.

miércoles, 22 de julio de 2009

Crónica de la MiM 2009

El pasado 9 de mayo de 2009 conseguí finalizar la famosa Marató i Mitja 2009, en su XI edición, y que transcurre entre Castelló i Sant Joan de Penyagolosa (65 km y +2.500 m). Aquí el perfil.
La verdad es que no me he atrevido a hacer la crónica hasta ahora. 3 meses para decidirme a contarlo. Tal fue el impacto que me causó. Físico y moral.

La salida tiene lugar en Castelló, cerca del estadio del Castalla. Hemos quedado citados allí a las 5:00 para recoger el dorsal, entregar la bolsa con la ropa seca y entrar en la zona de control. Hemos madrugado mucho para venir aquí desde Valencia. Nos hemos juntado Julio, Anna y yo. Me toca el dorsal 1333. El objetivo es el de siempre: acabar. Pienso hacerla andando.

A las 6:00 nos dan la salida. El recorrido transcurre en gran parte por el GR-33. Al principio se camina demasiado por asfalto. Son caminos entre huertas, campos, polígonos y urbanizaciones. Somos casi 1500 participantes, por lo que en cuanto aparece la primera senda, pasada la A-7 y una urbanización, se forma un embudo y un gran tapón que nos deja a los participantes de cola literalmente parados.
Los veteranos bromean diciendo que es el tapón del Tossal Gros y que ya viene siendo tradicional. Anna hace rato que nos dejó y ahora vamos juntos Julio y yo.
La espera en el atasco se hace interminable. Estaremos más de 15 minutos esperando a que el grupo de caminantes y corredores se alargue y nos permita pasar a todos por la senda. Y eso que la gente de cabeza no va lenta. Pero se estrecha mucho y somos mucha gente. Un cachondo mental, maestro de música de profesión y de Santa Pola para más señas, saca una flauta dulce "sopranino" y nos deleita con algunas piezas para dolçaina (El tío Pep, alguna de moros i cristians, No en volem cap que no estiga borratxo, Maulets, etc.). Este gracioso personaje y sus paisanos me acompañarán bastante trecho del recorrido. Al menos el ambiente es muy alegre y distendido.

Aquí, esperando, es donde más se puede ver la aplicación práctica de aquella frase de "como los perros de Tomelloso", que hace referencia a que cuando salían a cazar, lo primero que hacían era ponerse a hacer sus necesidades y se les escapaban las piezas. La gente, según se para en el embudo, esperando para avanzar, va buscando un sitio donde evacuar los distintos fluidos y sólidos corporales. Eso si no lo han hecho momentos antes de salir. Parece que los nervios a algunas personas les "moviliza" el cuerpo. A otras se lo cierra. Se producen algunas escenas curiosas, con gente semiescondida entre las matas, junto al sendero, donde realmente les ve todo el mundo. Parece algo habitual.

El resto del recorrido hasta Les Useres no es nada del otro mundo. Demasiados caminos, algunos asfaltados. El físico está fresco, las fuerzas intactas y el tiempo inmejorable. Nada interesante que destacar, salvo que un poco antes de Borriol, Julio me abandona para trotar un poco. A partir de aquí, iré solo.
La llegada a Les Useres me resulta triunfal. Estoy bien y no noto más que una ligera molestia en la cadera. Nada importante.
A partir de aquí empieza de verdad la prueba, ya que habrá que subir tres sierras y buena parte del recorrido es por sendas.
La primera subida es nada más salir de Les Useres para cruzar la Serra de la Creu. El terreno está incendiado del año pasado, pero es bonito. A continuación, y después de algunas lomas, se llega a Sant Miquel de les Torroselles, que es una ermita fortificada muy interesante, donde han ubicado el avituallamiento. El dolor de la cadera ahora es más constante y se localiza en el punto de inserción del glúteo y el cuadriceps de la pierna derecha. Este dolor es más agudo cuando desciendo, pasando incluso a la zona lumbar.
La segunda subida es la de la Lloma Bernat, que tiene un tramo que se me atraganta un poco por la fuerte pendiente y que me produce cierto agobio, aunque sin llegar a la pájara. Una vez en la cumbrera de la Lloma, al empezar a bajarla, el dolor vuelve a agudizarse. Parece una pequeña contractura. Según avanzo, se me amplía hacia la rodilla. Parece que otra vez me va a dar la lata la cintilla iliotibial, como en otras marchas.
Al cabo de un rato, y a la vista de la población de Xodos, noto punzadas en la parte externa de la rodilla derecha, que se prolongan muslo arriba hacia la cadera. Como no puedo parar a descansar, que el tiempo está bastante limitado, el dolor se va haciendo más insoportable.
Justo cuando empiezo a subir hacia el pueblo de Xodos, me da la primera rampa en la rodilla. Esto no me había pasado nunca. La rodilla derecha me falla y me voy al suelo. Es un dolor agudo y punzante, acompañado de un ligero "clack" y la articulación pierde la posición, doblándose sin remedio. Aquí empieza mi calvario. La contractura del glúteo es muy molesta, pero lo peor es la cintilla. Hace rato que he tenido que bajar el ritmo de la marcha (antes pasaba de los 6 km/h) y voy bastante lento, casi de paseo.
Los últimos metros de subida hasta Xodos son una odisea, pero estoy empeñado en acabar. Mientras me repongo un poco en el avituallamiento, se me acerca un voluntario de la Cruz Roja y me invita a recibir un masaje. Cómo debo ir para que se haya dado cuenta de mi cojera. Se me hace un pequeño nudo en la garganta cuando le digo que no sé si podré acabar, que estoy pensando en abandonar y que igual no hay nada que hacer. ¿Cómo es posible que me pase esto a escasos 15 kilómetros de la meta? ¿Es este el final?.
Paso a un bajo donde hay habilitada una mesa-camilla y le explico el problema al masajista. Es un chaval joven. Le insisto que sólo quiero que me alivie un poco el dolor para poder acabar. Palpa un poco la zona y me dice que lo ve mal para que acabe. Que lo puede intentar, pero que el glúteo está muy contracturado. Empezamos mal. Me da un masaje suave y me ayuda a realizar varios estiramientos de glúteo, bíceps crural y cuadriceps. Al final, me pone un antiinflamatorio y me aplica un anestésico local. Con esto dice que podré hacer un trozo y que notaré la mejora.
Hemos estado casi 20 minutos trabajando el muslo y las posaderas. No tengo nada que perder por intentarlo.
Un poco más animado me pongo en marcha. Se nota mucho el masaje. Me pesan menos las piernas y no noto las punzadas de antes. No voy a apretar todavía, que tengo una subida fuerte hasta el Pla de la Creu y después la famosa Banyadera. No queda nada para acabar. ¡Un último esfuerzo y ya está!.
La subida al Pla de la Creu que el 25 de abril me costó un poco hacerla en compañía de Julio, y que se me hizo larga y pesada, ahora me resulta muy sencilla. Estoy como nuevo y no me duele casi la pierna. El masaje ha sido mano de santo.
Pasado el Pla de la Creu, empiezo a notar otra vez molestias en la cintilla y en el glúteo. Dos cortos tramos de bajada me recuerdan que hace unos kilómetros no podía casi caminar. Con las subidas no hay problema, pero las bajadas son mortales. Poco a poco, se pasa el efecto reparador del masaje. Todo lo bueno es temporal.
Estos últimos kilómetros antes de la meta se convierten en una tortura angustiosa. El dolor ha vuelto y la rodilla me falla cada 300 metros, más o menos. La llegada al último control, en el camino de subida al pico de Penyagolosa, en la Banyadera, la gente de la organización se me queda mirando con ojos atónitos. Debo dar lástima. La cojera es más que patente y llevo arrastrando la pierna derecha, casi tiesa, evitando en lo posible doblarla para que no me falle y apoyándola lo justo. Me preguntan si quiero abandonar, pero soy muy obstinado. Así reviente.
La última bajada por una divisoria antes de la meta se me hace un mundo. Es una senda muy bonita, rocosa y en la que hay que dar algunos saltitos que en condiciones normales me hubieran encantado. Debo ir a menos de 3 km/h y pienso, casi medito, cualquier movimiento o apoyo que realizo.
Casi toda la gente que había dejado atrás durante la marcha me ha adelantado entre Xodos y este punto. Algunos me reconocen y se sorprenden de dejarme atrás. Me dan ánimos y me dicen que queda muy poco. A mí esto me parece interminable.
Al fin aparece el ermitori de Sant Joan al fondo del valle. No queda nada. Está casi a tiro de piedra. Unos 600 metros antes de la meta me veo en medio de la senda a Julio y a Anna. Por la vestimenta, hace tiempo que han llegado a la meta. Estaban preocupados por mi retraso y han salido a buscarme. Me animan. A mí casi se me saltan las lágrimas de la emoción y del dolor. No puedo articular palabra aunque lo intente.

La llegada a meta es casi apoteósica. Renqueando, arrastrando la pierna derecha, dolorido y con un nudo en la garganta. Voy zombi. Casi no me entero de lo que me dicen. Sólo pienso en descansar.

Aquí os inserto las fotos del antes (poniéndonos el dorsal) y del después, en Sant Joan. Se ve perfectamente cómo acabé.


He tardado casi 14 horas y media (14:25:28) en completar el recorrido. Soy el participante 1174 que entra en meta. El 788 en mi categoría (masculino 18-44). Detrás de mí entrarán todavía otros 27 participantes. De no haber tenido problemas con la rodilla, creo que habría bajado de 12 horas y media.
Mis compañeros de jornada la consiguieron completar en menos de 11 horas. Anna incluso dice que año que viene bajará de las 10 horas. Es capaz de eso y más, cuando quiere. La maquinita atacará de nuevo.

En definitiva: HE CONSEGUIDO ACABAR LA MiM 2009.

¿El año que viene más? Cuando acabé en mayo dije que ni hablar. ¡Ni loco!.

Ahora, escribiendo estas líneas, casi 3 meses después, no lo tengo ya tan claro. Dudo y, después de probar otro calzado y comprobar que no he vuelto a tener la dichosa cintilla, parece que tengo argumentos para repetirla. Ya veremos.

domingo, 19 de julio de 2009

Alzamiento morisco en Cortes de Pallás. 400 años después.

Durante la excursión en moto de hoy, hemos hecho una paradita en Cortes de Pallás donde a eso de las 12:00, hemos asistido a la representación teatral del alzamiento morisco que se produjo hace ya cuatro siglos, en la población de Cortes de Pallás y en otras muchas poblaciones del valle de Ayora y del entonces Reino de Valencia.
Teníamos noticias de esta actividad gracias a una nota que apareció en el foro del Centro Excursionista de Chelva y la verdad es que ha valido la pena la visita.
La escenificación corría a cargo de la Asociación Napoleónica Valenciana, que tienen ya cierta experincia en estas lides. Está bien que empiece a haber grupos de representación histórica en España, como en tantos otros países. Cumplen una interesante labor didáctica y cultural, que ponen fácilmente al alcance de todos.

A principios del siglo XVII, los esfuerzos por convertir la abundante población morisca española al cristianismo no daban los resultados esperados y Felipe III decretó la expulsión de este grupo de población de sus tierras con destino a Berbería (norte de África). Corría el año 1609 y se les dió 3 días para recoger sus cosas, el mobiliario que pudieran cargar y embarcar.
Evidentemente, a los moriscos no les hizo ni pizca de gracia. Pensemos que desde el siglo VIII estaban asentados en muchas zonas de la península, generación tras generación.
En el caso de Valencia supuso diversos alzamientos militares que acabaron en sangrientas escaramuzas, toma de diversas plazas y una sangría innecesaria por la defensa de la Fe. La fe que cada uno profesaba, claro. Qué cosas.

En la plaza frente a la iglesia de Cortes de Pallás se han juntado unas 50 personas vestidas con ropas moriscas y de militares de los tercios.
En la primera parte, los moriscos han bailado al son de la dolçaina, flauta dulce travesera y percusión oriental. Toques de marcha mora y algo de música renacentista. Baile en grupo, formando corros.
Se ha escenificado la entrada del representante del rey (¿alguacil?), que ha leído el decreto, instando a los moriscos a llevarse lo que pudieran y a embarcar hacia Berbería. Aquí empiezan las protestas, que acaban con la expulsión del emisario real y al alzamiento morisco, proclamando un caudillo morisco, que se erige como rey (Turigi).
Aparecen representantes de los tercios y la milicia de Valencia para sofocar la revuelta, pidiendo la inmediata rendición. Los moriscos se niegan y aquí ha empezado un continuo fuego cruzado de mosquetes, con mucho humo, pólvora y ruido. Mucho ruido. Típicamente valenciano.
Han recreado algún duelo a espada, las piedras que lanzaban las mujeres, lloviendo sobre las tropas reales y éstas maniobrando al son de los tambores. Todo muy profesional.
Al final, los moriscos son derrotados y trasladados encadenados y ensogados de vuelta a la plaza.

Os inserto un enlace a las fotos. Espero que os gusten.

Salida en moto

Hoy nos hemos ido Julio, Sergio y yo a pegar una vuelta con la moto. Hemos quedado a eso de las 8:00 en el Decathlon de l'Eliana y hemos sido todos bastante puntuales. Para variar, he llegado el primero.
El destino lo teníamos claro (Cortes de Pallás) y pretendíamos evitar en lo posible la autovía.
Al final la ruta ha quedado como sigue: pista de Ademuz (CV-35), CV-50 dirección Vilamarxant, Cheste, Chiva, Turís, Alborache, Macastre y, después del desvío a Dos Aguas, Cortes de Pallás. Paradita en una gasolinera, a mitad de camino. Creo que era Alborache.

La llegada a Cortes dentro del tiempo previsto (alrededor de las 10:45). Almuerzo y a eso de las 11:50 nos hemos acercado a la plaza de la iglesia. Se representaba la rebelión de los moriscos que se produjo en la población de Cortes en 1609 a cargo de la Asociación Napoleónica Valenciana, vestidos a la usanza de la época: unos de moriscos levantiscos y otros de los tercios españoles que la sofocaron a fuego y espada.

Sergio se ha ausentado a eso de las 12:30 y no sé por dónde se habrá vuelto. Espero que la vuelta te haya ido bien, amigo.
Julio y yo nos hemos puesto en marcha a eso de las 13:15, acercándonos primero a una cascada, que me parece que se conoce como "el Chorrador", aunque realmente no sé el nombre. Es una cascada formada por el sobrante de una acequia (eso me ha parecido), que se precipita unos 15 metros sobre una gran poza de aguas cristalinas, de poca profundidad, que parece una playa. Sergio nos había comentado alguna cosa, así que nos hemos acercado a explorar (jejeje). Ideal para bañarse.

Buscando por internet parece que hay más sitios interesantes por la zona, con mucha agua y vistas espectaculares. Ya sabíamos que la zona valía la pena para hacer montaña, pero ahora lo confirmamos. Así que ... volveremos, pero a hacer algo de senderismo y a dar una vuelta por el embalse. Este invierno y tras un período algo prolongado de lluvias, que se forman bastantes saltos de agua y pozas.

La vuelta por Dos Aguas, Real de Montroi y Torrent. En casa a las 15:20. Día completito.
Os inserto la ruta, por si alguien se anima a repetirla.


Ver Ruta del 19 julio 2009 en un mapa más grande

lunes, 13 de julio de 2009

Próximos retos

Estoy repasando los retos que me quedan para este verano, ahora que estoy algo más centrado, después de las vacaciones (todavía me falta la crónica). Tengo en mente participar en estas pruebas (siempre pensando en la meta de poder acabarlas, claro):

1ª Mini Triatlón de Figueroles (Castellón) el 25 de julio de 2009.
3ª Volta a les Fonts d'Eslida (Castellón) el 15 de agosto de 2009.
Carros de Foc, los días 29 y 30 de agosto de 2009.

De todas, la que más gracia me hace es la última, la de Carros de Foc y es para la que pienso prepararme y a la que le veo más posibilidades. Son 56 km y unos +9000 m de desnivel acumulado dentro del Parque Nacional de Aigües Tortes y Estany de Sant Maurici, posiblemente una de las zonas más bonitas del Pirineo.

http://www.carrosdefoc.com/esp/index.html
http://www.gronze.com/senderismo/carros-de-foc.htm

La idea de hacerla parece que surgió del grupo de gente con la que va Ana a correr, los del club Misjueves, que quieren hacerla en modalidad Sky Running (menos de 24 horas) el día 29 de agosto. Protesté con cierta acritud y vehemencia, porque no podía acompañarles, aún apeteciéndome mucho hacerlo, ya que tengo claro que es una prueba que escapa a mis posibilidades. Pero aproveché para lanzar un reto: podía hacerla en menos de 48 horas.

Parece que mi comentario ha abierto la puerta a más gente, que ahora se animan a hacerla en más de 24 horas. Mejor, así podemos acompañarnos, aunque igual les toca esperarme, que estos están todos muy fuertes. Está bien pensado: salimos todos el día 28 por la tarde de Valencia y volveremos el 30, ya de noche.

Tengo ganas, la verdad. Me encantan los Pirineos y el Parque Nacional de Aigües Tortes, especialmente. Espero que la pierna me deje tranquilo unos días, que parece que últimamente me ha dejado de molestar, aunque tampoco hago lo que hacía cuando me dolía, claro (jejeje).

Por cierto, hoy se me ha pasado la prueba del circuito BTT de Alpuente y me he quedado en casa. De todas formas, no acordarme que era hoy parece un mal menor y siempre puedo aprovechar el track que ya estará colgado por ahí para hacerla por mi cuenta, con toda la calma del mundo y sin agobios de gente. Leyendo los foros parece que no ha salido demasiado bien. El año que viene más.

martes, 16 de junio de 2009

Vacaciones

Me voy de vacaciones. La perspectiva, el destino y la compañía prometen.

Hasta finales de junio no volveré, supongo que con bastante que contar. Necesito descansar un poco de la rutina diaria. Hay que poner cosas en orden y aclarar algunas ideas de futuro. El verano será largo y caluroso. Ya vendrá.

Tened pacienca. Os mantendré informados a la vuelta.

viernes, 12 de junio de 2009

Campeonato marchas de resistencia en la CV ¿Para cuándo?

Este año ya van tres marchas de resistencia completadas:

Como es un tipo de prueba que últimamente estoy practicando un poco más de lo habitual, superando las distancias para las que no veía capaz de llegar nunca, yo me pregunto ... ¿y por qué no hay en Valencia un campeonato oficial de marchas de resistencia por montaña?.
La federación española de deportes de montaña y escalada (FEDME) no las contempla como una modalidad deportiva, al menos yo no las he visto, pero como definición serían un tipo de pruebas que tienen una longitud de más de 50 km a realizar en un sólo día.
El campeonato autonómico consistiría, simplemente, en ir haciendo pruebas y finalizarlas, sin contar tiempos ni velocidades. Al final, se entregan premios al que pruebas ha conseguido completar y al club que más participantes ha aportado.
En Andalucía, por ejemplo, les llaman "travesías de resistencia" y no admiten que se corra, sino que van todos a un ritmo semejante, con cabeza y cola de la marcha controladas por la organización, para que nadie se pierda, se retrase o se lesione.
Los vascos las llaman "marchas de largo recorrido".
Los catalanes "caminades de resistència".
Es una pena que este tipo de prueba no competitiva, aunque duras físicamente, no las tengamos en la Comunitat Valenciana. Xe ... quina llàstima!!.

Pero podemos encontrar campeonatos en Catalunya, Andalucía y País Vasco:
http://www.feec.org/Activitats/competicions_09.html#marx
http://www.fedamon.com/actividades/travesia/travesias.htm
http://www.emf-fvm.com/DetalleActividad.aspx?id=18
http://www.zirkuitua.com/

En fin, que me veo yendo a Catalunya el año que viene a hacer el campeonato.

sábado, 16 de mayo de 2009

El barranco del Regajo, Titaguas - Aras (Valencia)

Pues aquí estamos de nuevo, después de otra excursión acorde con la filosofía del "pensat i fet", aunque esta no salió todo lo bien que podía haber salido. Pero bueno, no se puede tener todo.

Hace unos años (creo que en el 98) hice junto con Julio, Juan y creo que Sergiete, un barranco muy chulo entre los término de Aras y Titaguas, que llaman Barranco del Regajo o de la Hoz. Se trata de un profundo barranco, de unos 8 kilómetros de longitud, con paredes verticales de más de 350 metros de desnivel y unos 150 de anchura máxima, en el que casi siempre circula agua, y que cuenta con varias pozas llenas de agua, con cierta profundidad. Es perfecto para bajarlo, ya que no requiere cuerdas ni técnicas especiales de barranquismo, aunque pueden utilizarse, si se desea, ya que pude contar unos 4 rappel, pero de poca dificultad (máximo 15 metros) y fácilmente evitables por los márgenes del barranco.
Lo que sí que no es evitable es acabar probando el agua. Hay una poza en la que obligatoriamente hay que sumergirse. Afortunadamente el agua ayer no estaba demasiado fría, puede que porque el ambiente rondaba los 20ºC y el contraste con la temperatura del agua no era grande.
El barranco acaba desembocando en el río Turia, por su margen izquierda, cerca de las áreas recreativas de La Caballera y El Molino Quemado (El Molinillo), que tienen buen acceso por pista de tierra, por lo que puede dejarse un coche allí abajo y el otro en la carretera. Se pueden aprovechar los paelleros para hacer después una torrada, que no fue el caso esta vez.

La bajada empieza en una curva de la carretera CV-35 (Valencia-Ademuz), aproximadamente en el kilómetro 94 y pico, en el que hay una curva pronunciada con un puente, para salvar un barranco. Cerca del puente aparcamos el coche y nos metimos en el barranco, armados con un bote impermeable para meter las llaves del coche, cámara de fotos, documentación y otras pertenencias. Empezamos algo tarde (10:45), teniendo en cuenta que habíamos quedado al final del recorrido con Mikel, que tenía que recogernos cerca de El Molinillo entre las 13:00 y las 13:30 y que nos tuvo finalmente que esperar.
Al principio el recorrido es muy sencillo y coincide con el SL-CV 22 hasta el empalme con el GR-37 (unos 2 kilómetros). A continuación estos senderos vuelven a Aras y el descenso se realiza sin posibilidad de pérdida, pero sin sendas laterales por las que poder sortear las dificultades del barranco.

Problemas
El primer problema es un dique de corrección que hay en medio del barranco, que acumula muchos áridos (principalmente arena) y que ha acumulado una densa vegetación. Es posible pasarlo por el lado izquierdo (siempre mirando hacia el sentido que baja el agua, claro).
El siguiente problema es una poza que encontramos en una curva, que se puede sortear saltando desde 3 metros y pico a su interior. El fondo estaba limpio y parecía segura, pero no nos apetecía probar el agua tan pronto, así que intentamos sortearla por el lateral. Lo intentamos primero por la derecha, pero acabamos ganando mucha altura y sin posibilidad de volver al cauce sin caer rodando ladera abajo. Peligroso. Al final, optamos por pasarla por la izquierda, que era la primera opción que teníamos, aunque inicialmente la desechamos. El descenso es sencillo, pero hay que hacerlo con precaución.
Más adelante encontramos una poza que sólo podía sortearse entrando en ella. Es decir: bañándose. Yo la recordaba más grande y que tuve que nadar, pero ahora, con menos de 15 metros de diámetro, me pareció un obstáculo menor, casi una roña. Me armé de valor y al entrar en el agua, resbalé de forma que me bañé casi por completo, aunque solamente cubría hasta el ombligo. El problema de esta poza fue que hacia el final (después de 10-15 metros por dentro del agua), había un gran depósito de arena y cieno, de forma que se me clavó la pierna más allá de la rodilla, con el riesgo que suponía, ya que no tenía punto de apoyo para sacarla si me quedaba atascado. Fue un momento de pánico, porque veíamos que no podríamos continuar bajando el barranco, pero al final pudimos sortear esta zona pasando por una piedra cubierta de zarzas, en el lateral izquierdo. Sin comentarios de cómo quedaron piernas y brazos.
Como remate, cuando faltaban menos de 500 metros para el punto de encuentro, nos apareció un terreno pantanoso, cubierto de una densa vegetación y cada vez más barro. Era otro dique de corrección, en el que perdimos más de media hora intentando salvar 300 metros, a base de subir por las márgenes, resbalar varias veces, pincharnos con zarzas y juncos y andar esquivando el fango y el agua, para no hundirse. Aquí encontramos al desesperado Mikel que nos llamaba con un silbato, pensando que algo nos habría pasado. Es una buena idea llevar un silbato en el monte: no hay que chillar y te oyen a mucha distancia.

Las sensaciones han sido buenas y la experiencia interesante. La memoria es un poco traidora y yo creía recordar un barranco con menos agua (que seguro que había menos, ya que era verano) y con pozas más grandes y profundas, con el fondo cubierto por una losa de piedra, salpicada de pozas de agua, y sobre la que había que ir dando saltitos para no mojarse.
Pero la verdad ha resultado bien diferente y es que había mucha agua (a veces demasiada) y la losa de piedra de mi memora era ahora un depósito constante de arena y fango, cubierto por una densa selva de vegetación que lo ocupaba casi todo, resultando complicado en demasiadas ocasiones avanzar por el fondo, dudando dónde poner los pies y clavando muchas veces las zapatillas en el barro. La hora de salida y la penosidad en el desplazamiento, han hecho que llegáramos al punto de encuentro en el camino de La Mailesa al Molinillo (o Molino Quemado), donde cruza el barranco, pasadas las 14:45, para desesperación de quien estaba esperándonos (más de 75 minutos de retraso).

El resto de la tarde de comida y charreta por Chelva.

Lo mejor: La compañía y el sitio. Es muy bonito y con agua por todos lados. Es un barranco sencillo y con muchas pozas para poder disfrutar.
Lo peor:
El estado de la vegetación y las grandes bolsas de barro y cieno que se acumulaban en algunos tramos, obligando a clavar las piernas hasta la rodilla para poder avanzar. Las zarzas siguen reclamando un cariño no correspondido, que deja profundas marcas por piernas y brazos. El recorrido, aunque corto, se hace largo en tiempo y es necesario contar con un vehículo en El Molinillo para que nos recoja.


domingo, 26 de abril de 2009

Algunas marchas locas de 2009

Como estreno blog ahora y llevo bastante cosas hechas en 2009, no quiero entrar en demasiado detalle, para no agobiarme ahora al principio.

Así, de primeras, que recuerde, este año me he dedicado a hacer prácticamente una cosa por fin de semana, lo cual hace que la agenda se complique sobremanera. Para resumir y no aburrir al personal, me voy a dedicar únicamente a listar y, si acaso, ya ampliaré.

25 abril 2009: Marcha de Les Useres a Sant Joan de Penyagolosa (28 km y +2050 m)
9 abril 2009: Marcha BTT por Villar, siguiendo itinerario de la carrera anual del circuito serranía (40 km y +1232 m)
28 marzo 2009: Marcha Montanejos a Alfondeguilla por GR-36 (53,62 km y +3452 m)
21 marzo 2009: Excursión de Chelva a Barchel y vuelta a Chelva (35 km y +1885 m)
14 marzo 2009: Ascensión invernal al Moncayo y Pico Morca (Zaragoza y Soria)
7 marzo 2009: K-25 por Serra, en la Calderona (27 km y +2050 m)
14-15 febrero 2009: Ascensión invernal a Javalambre desde refugio Camarena (Teruel)
31 enero 2009: Excursión pasada por agua en La Murta (Alzira, Valencia)

... y algunas más que me dejo, pero es que tengo una memoria lamentable. A partir de ahora procuraré contaros todas las que vaya / vayamos haciendo.

Eso sin contar con las veces que he hecho de mayordomo o acompañante a la perla, en el circuito de la liga de carreras por montaña de la Comunitat Valenciana. Esas salidas son algo más que para hacer compañía. Son toda una experiencia y la compañía excelente, claro.