domingo, 26 de julio de 2009

Ascensión al Aneto (3.404 m)

Como ya comenté en otra ocasión, este fin de semana tocaba la minitriatlón de Figueroles, pero al final no he ido. Ya se sabe que los programas están para saltárselos. El plan ha sido otro bien distinto.

El viernes 24 de julio salimos a primera hora de la tarde con dirección a Benasque (Huesca), con la intención de subir el pico Aneto el sábado 25 de julio. El pico Aneto, con sus 3.404 metros, es la mayor altura de la cordillera pirenaica y un importante atractivo para los montañeros de toda Europa, principalmente franceses y españoles.

El grupo lo formamos Vicent, Cris, Julio y servidor.

Llegamos a eso de las 20:00 al parking del Vado, donde hay una caseta de control que impide el paso a coches particulares al resto del valle de Benasque. Lógico, ya que esto es un parque natural y se hace necesario el control de acceso.
Aquí cogemos un autobús que sube por una estrecha carretera asfaltada hasta la Besurta, pasando por los Llanos del Hospital. Son unos 4,20 € ida y vuelta y unos 10 minutos de trayecto.
Descendemos en el Llano de la Besurta (1.905 m), final del paseo, donde hay una especie de chiringuito de madera, que se encuentra cerrado. En este punto cargamos la mochila a la espalda y empezamos a ascender en dirección al refugio de la Renclusa (2.104 m), donde tenemos reservado alojamiento.
En poco más de 30 minutos llegamos a la puerta del refugio. Ha sido todo más rápido de lo esperado. Cenamos y a dormir, que mañana es el gran día. El refugio está francamente bien. Se nota que lo han rehabilitado recientemente y me recuerda un poco al de Camarena. Nuestra habitación tiene 6 plazas, en literas de 2 y cuarto de baño con ducha dentro de la habitación. Todo un lujo. Compartimos la litera que sobra con 2 franceses de unos 60 años.

Nos levantamos a las 5:15, más o menos. En el pasillo y las habitaciones contiguas hay un rumor continuo de gente. Vicent nos ha dado un poco la noche, pero aún así hemos dormido poco por los nervios.
Desayunamos, aligeramos las mochilas con lo necesario y salimos a eso de las 6:00 hacia el Aneto.
El cielo está limpio y despejado. No se ven nubes y no hay viento.
La primera impresión ya me la había adelantado Paco: un río de gente, como una hilera de hormigas multicolor que asciende por la ladera. Esto va a parecer pronto un pequeño circo.
Empezamos a ascender hacia la Cresta de los Portillones. No existe camino como tal, sino más bien una plataforma de rocas entre grandes bolos de granito. Según se asciende, el camino es menos evidente y hay que ir eligiendo por dónde subir siguiendo un poco el instinto, la lógica, por donde avanza el resto de la gente y los diversos montoncitos que piedras que se dejan como indicación (cuidado con estas señales, que a veces engañan).
Poco antes del Portillón Inferior, Vicent se agobia y dice que se vuelve al refugio, que le está costando mucho avanzar y no quiere ser un lastre. A pesar de nuestra insistencia y ánimos, se da la vuelta.
Siguiendo entre el caos de piedras, pasamos junto al Portillón Inferior (2.742 m). Se ve un cortado en la cresta y una senda que baja con bastante pendiente hacia el otro lado. Hay que decidir por dónde seguir.
Siguiendo a la gente, continuamos paralelos a la cresta, en vez de cruzar el Portillón. Este craso error nos obligará más adelante a tener que cabalgar por la cresta hasta el Portillón Superior. Y digo error, porque a través del primer Portillón, sale una senda que permite acceder al glaciar del Aneto sin tener que hacer pasos aéreos como el trozo que nos tocó caminar.
El cresteo resultó ser algo aéreo, con una caída hacia el este de unos 200 metros y de unos 30 hacia el oeste. Como ya sabréis, tengo algo de vértigo, así que no me resultó demasiado grato este paso, además se levantó algo de viento. Afortunadamente, el granito es muy rugoso y resultaba relativamente cómodo pasar de piedra en piedra. De haberlo sabido, lo hubiera evitado, teniendo la otra alternativa.
Bajada por la canal que forma el Portillón Superior y nos encontramos frente a nosotros, en el horizonte, la mole del Aneto. El camino no es evidente, pero parece que suaviza mucho la subida. Ya era hora.
El horizonte permanece limpio, el sol implacable. Tan sólo en el lado francés se aprecia cierto mar de nubes. Es el día perfecto. Ni encargándolo hubiera salido tan bueno.
Desde este punto hasta el Glaciar del Aneto, se debe caminar entre grandes bolos de granito, acumulados de forma caótica, sin ninguna referencia. Aquí no hay camino o senda alguna. A veces algunos montoncitos de piedras ayudan a orientarse, pero hay que ir saltando, girando, trepando, etc. El trozo es algo pesado, pero divertido.
Al llegar al pie del nevero que da acceso al glaciar, nos ponemos los crampones. Ya parece que son imprescindibles. Hay gente que no se los pone o simplemente no los lleva. Me parece una imprudecia. En caso de resbalar, la trayectoria de deslizamiento ladera abajo por el glaciar no parece demasiado peligrosa, ya que la nieve está algo mojada y la pendiente, sin ser poco, tampoco es muy elevada. Seguramente no resultaría grave el resbalón y pararías pronto. Pero como mínimo parece conveniente no resbalar y más si no sabes dónde pararás. Así que imprescindible crampones y piolet.
Me cuesta más de 15 minutos ajustar los crampones a las botas, ya que éstos son viejos (más de 20 años) y funcionan por el sistema de llaves, tornillos, etc. Los compañeros (Julio y Cris) me esperan pacientes. Los suyos son más rápidos de ajustar. Más modernos.
Equipados adecuadamente, empezamos a subir suavemente por el glaciar hacia el Collado de Coronas (3.196 m). La subida no es difícil.
Poco antes del Collado, sobre una suave cresta de nieve, paralela a pared del Pico Maldito-Coronas, nos damos cuenta que hemos subido demasiado. Se ve claramente una traza en la nieve que desciende hacia el collado.
Al cabo de unos 10 minutos alcanzamos el Collado de Coronas, después de descender unos 50 metros. Hace un rato que estoy francamente mareado. Parece que me haya bebido un litro largo de cerveza y no termino de ir recto del todo. Cris dice que tiene algo de dolor de cabeza, por lo que debemos estar sufriendo un poco de mal de altura.
Para paliar un poco los síntomas, nos tomamos 2 gelocatiles cada uno (650 mg de paracetamol por unidad). Yo aprovecho para descansar un poco.
Al cabo de unos 5 minutos veo que sigo tan mareado o más que antes. Ya que hay bastante gente que todavía está subiendo, invito a Cris y a Julio que continúen con la ascensión. Por un momento me parece que lo voy a dejar en este punto. Tengo algo de angustia y este punto ya está más alto que el Monte Perdido. Quizá pueda conformarme.
Un poco desalentado por la impotencia que me produce el mareo, observo cómo ascienden mis dos compañeros hasta que desaparecen en un giro, tras una roca.
Estoy quieto en el collado. Le nieve lo cubre todo, no tengo una piedra donde sentarme y estoy al sol. No parece que sea buen sitio para esperar.
Empiezo a observar a la gente que pasa. Pronto veo que pasan nuestros compañeros franceses de habitación en la Renclusa. Van equipados a la antigua usanza, con material antiguo, guantes de lana, incluso, pero encordados y todo. Parece que tienen práctica. Suben lentos, pero sin parar. Me dan cierta envidia.
En ese preciso momento, aparecen una pareja de andorranos que ya vimos en la cresta de los Portillones. Se trata de un señor recientemente jubilado y de su hijo o sobrino. El hombre es muy agradable y la conversación es amena. Cresteando ya me animaron a continuar y me dieron bastante moral. Ahora me animan a continuar. Dicen que les siga, que hace un rato que uno de ellos estuvo a punto de abandonar, pero entre los dos, poco a poco, han seguido andando.
Quizá sea el impulso moral que necesitaba. Me doy cuenta que no estoy ya tan mareado. Llevo parado aquí cosa de 15 minutos. Me encuentro mejor, así que me uno a ellos y empezamos a subir hacia el pico, poco a poco.
La subida la encuentro más cómoda que el camino anterior. Es posible que me haya recuperado un poco. Aquí también hay bloques rocosos, pero son pequeños y parecen formar a veces incluso una senda. A mitad de subida me quito los crampones. Ya no serán necesarios.
Voy mirando hacia adelante, para ver si coincido con Julio y Cris, que pueden estar ya bajando. No los veo.
Unos 100 metros antes de la cumbre, me parece ver sobre la línea de la montaña, en el horizonte, una cabeza. Me quedo mirando y vuelvo a avanzar otros metros. Miro de nuevo y ahora hay dos cabezas. Me saludan con grandes aspavientos. Son ellos. Creo que están más sorprendidos que yo de verme subir.
Un pequeño esfuerzo más y ... antecima. Alegría sin fin. Es una sensación fantástica, indescriptible. Mezcla de satisfacción, alegría y orgullo.
No sé quién se alegra más de ver a quién, si yo o mis compañeros. Parece que soy más cabezón de lo que pensábamos. Más moral que el alcoyano, como diría Anna. Se la echa de menos.
Estamos a unos 3.392 m, en un pequeño rellano previo al Paso de la Mahoma. Me asomo un momento a ver el famoso paso y decido dejarlo tranquilo. Hoy no haré cumbre. Todavía estoy algo mareado y creo que ya he tenido bastantes emociones por hoy.
Nos sentamos a celebrarlo. No hay hambre, pero algo habrá que comer. Lo que más tengo es sed.
Compartimos bota de vino con los andorranos que me han acompañado. Me han sido de gran apoyo moral y quizá sin ellos no lo habría acabado. El señor jubilado cruza el paso. No le envidio.
Cris comenta que no ha podido pasar, pero que Julio ha ido y vuelto. Casi diría que es mi héroe del día.
Junto a nosotros, también en la antecima, están los franceses de la Renclusa. Parece que vamos a pasar el fin de semana juntos, sin buscarlo.
Se está muy bien. No hace nada de viento y en el cielo no hay ni una nube. El sol cae sin piedad y la vista es espectacular. Se distinguen muchos picos desde aquí (Coronas, Maldito, Maladeta, Perdiguero, Boum, Maupas, Crabioules, Posets, Mulleres, Besiberri, Pica Estats, Tempestades, Margalida, Russell, etc.), aunque no reconocemos casi ninguno. Qué lástima.
Sólo algunas nubes muy bajas persisten en la parte francesa del Pirineo. Allá, a lo lejos.

Al cabo de una hora y pico de estar allí regodeándonos con la situación, decidimos que empieza a ser hora de volver.
Para el descenso del pico no hay mucha alternativa.
Poco antes del Collado de Coronas, consultamos el plano (guía Alpina). Queremos evitar los Portillones, por no volver a pasar por la zona de bloques de piedra.
Decidimos bajar hacia el Ibón de Salterillo, para buscar el llano de Aiguallut y desde allí volver a la Renclusa. Parece la ruta más sencilla.
Los andorranos nos acompañan, saliendo delante con buen ritmo. No llevan crampones, así que no tienen que entretenerse en ponérselos.
Parece que más gente que duda se suma a nuestro pequeño grupo. Al final seremos casi 15 personas, bajando por distintas zonas y cada cual a su ritmo.
La bajada por el glaciar es muy divertida. La nieve está algo blanda, pero no mojada, así que se baja rápido y con seguridad.
Evitamos acercarnos demasiado al ibón y aprovechamos un curso de agua por el que drena el glaciar. Los bloques de granito son pequeños, fáciles de descender y no presentan demasiados problemas.
Rodeamos el ibón por la derecha (al este). Estamos a unos 2.450 m y la bajada ha sido muy rápida. Ya no estoy mareado y estoy pletórico. Me duele un poco la rodilla izquierda, pero nada importante.
Cruzamos el torrente que drena el ibón y buscamos un sendero que baja hacia el Aiguallut.
Quizá por casualidad o quizá porque el plano está mal, encontramos un sendero que nos lleva a media ladera hacia el Collado de la Renclusa, sin tener que bajar hasta Aiguallut. Nos ahorraremos descender y ascender unos 100 metros de desnivel. Parece puesto adrede. Eso que ganamos.
Al cabo de un par de kilómetros, aparece el sendero que comunica el Aiguallut con la Renclusa. Aquí giramos a la izquierda y empezamos a ascender el Collado de la Renclusa (2.250 m). Perdemos a los andorranos, que no sabían si acompañarnos. No hemos podido despedirnos.
Cuando iniciamos de nuevo la bajada, pasado el collado, nuestra única obsesión es ver el refugio, que tiene que estar ahí mismo, y a Vicent, que debe estar preocupado.
Pronto vemos el refugio y, casualmente, nos parece ver una figura a lo lejos que nos resulta familiar. Empezamos a mover los brazos y a chillar. Nos responde. Es Vicent.
Nos sale a buscar sendero arriba. Encuentro emocionante. Son las 20:00 y toda esta aventura nos ha costado 14 horas completarla. Eso sí, con todas las paradas del mundo y disfrutando cada momento al máximo.
Estamos agotados pero contentos.

Cenamos en el refugio: un buen plato de garbanzos en sopa de verduras, que me saben a gloria, ensalada y carne asada. De postre, arroz con leche.
Ducha rápida y a la litera.

El domingo 26 volvemos a casa con mucha calma. Nos levantamos a las 7:00 y desayunamos. Hacemos tiempo hasta las 9:30, visitando los alrededores del refugio. Las vistas de la montaña y la mañana son perfectas. Otro día extraordinario. Bajamos a la Besurta. Vuelta con el autobús al parking.
En Benasque paramos a visitar la famosa tienda de Barrabés: qué despliegue de equipo, cuánto material estupendo ... qué precios!!.
De vuelta paramos en Castejón de Sos a almorzar. Elegimos el establecimiento siguiendo a varios moteros y acertamos de pleno. Vaya bocatas más buenos y qué cerveza más fresca. Volvemos a parar a mediodía en Ascó. El calor es sofocante. Qué diferencia con Benasque. Ya lo echamos de menos.
Vuelta por Ulldecona, Sant Mateu y por la CV-10 a casa.

Ha sido un fin de semana memorable. Lo único malo es que, a pesar de la crema de factor solar 50 y los retoques del 20, tengo quemado parte del cuello y la parte superior de las manos, ya que llevaba manga larga. Menos mal que no llevaba manga corta.

miércoles, 22 de julio de 2009

Crónica de la MiM 2009

El pasado 9 de mayo de 2009 conseguí finalizar la famosa Marató i Mitja 2009, en su XI edición, y que transcurre entre Castelló i Sant Joan de Penyagolosa (65 km y +2.500 m). Aquí el perfil.
La verdad es que no me he atrevido a hacer la crónica hasta ahora. 3 meses para decidirme a contarlo. Tal fue el impacto que me causó. Físico y moral.

La salida tiene lugar en Castelló, cerca del estadio del Castalla. Hemos quedado citados allí a las 5:00 para recoger el dorsal, entregar la bolsa con la ropa seca y entrar en la zona de control. Hemos madrugado mucho para venir aquí desde Valencia. Nos hemos juntado Julio, Anna y yo. Me toca el dorsal 1333. El objetivo es el de siempre: acabar. Pienso hacerla andando.

A las 6:00 nos dan la salida. El recorrido transcurre en gran parte por el GR-33. Al principio se camina demasiado por asfalto. Son caminos entre huertas, campos, polígonos y urbanizaciones. Somos casi 1500 participantes, por lo que en cuanto aparece la primera senda, pasada la A-7 y una urbanización, se forma un embudo y un gran tapón que nos deja a los participantes de cola literalmente parados.
Los veteranos bromean diciendo que es el tapón del Tossal Gros y que ya viene siendo tradicional. Anna hace rato que nos dejó y ahora vamos juntos Julio y yo.
La espera en el atasco se hace interminable. Estaremos más de 15 minutos esperando a que el grupo de caminantes y corredores se alargue y nos permita pasar a todos por la senda. Y eso que la gente de cabeza no va lenta. Pero se estrecha mucho y somos mucha gente. Un cachondo mental, maestro de música de profesión y de Santa Pola para más señas, saca una flauta dulce "sopranino" y nos deleita con algunas piezas para dolçaina (El tío Pep, alguna de moros i cristians, No en volem cap que no estiga borratxo, Maulets, etc.). Este gracioso personaje y sus paisanos me acompañarán bastante trecho del recorrido. Al menos el ambiente es muy alegre y distendido.

Aquí, esperando, es donde más se puede ver la aplicación práctica de aquella frase de "como los perros de Tomelloso", que hace referencia a que cuando salían a cazar, lo primero que hacían era ponerse a hacer sus necesidades y se les escapaban las piezas. La gente, según se para en el embudo, esperando para avanzar, va buscando un sitio donde evacuar los distintos fluidos y sólidos corporales. Eso si no lo han hecho momentos antes de salir. Parece que los nervios a algunas personas les "moviliza" el cuerpo. A otras se lo cierra. Se producen algunas escenas curiosas, con gente semiescondida entre las matas, junto al sendero, donde realmente les ve todo el mundo. Parece algo habitual.

El resto del recorrido hasta Les Useres no es nada del otro mundo. Demasiados caminos, algunos asfaltados. El físico está fresco, las fuerzas intactas y el tiempo inmejorable. Nada interesante que destacar, salvo que un poco antes de Borriol, Julio me abandona para trotar un poco. A partir de aquí, iré solo.
La llegada a Les Useres me resulta triunfal. Estoy bien y no noto más que una ligera molestia en la cadera. Nada importante.
A partir de aquí empieza de verdad la prueba, ya que habrá que subir tres sierras y buena parte del recorrido es por sendas.
La primera subida es nada más salir de Les Useres para cruzar la Serra de la Creu. El terreno está incendiado del año pasado, pero es bonito. A continuación, y después de algunas lomas, se llega a Sant Miquel de les Torroselles, que es una ermita fortificada muy interesante, donde han ubicado el avituallamiento. El dolor de la cadera ahora es más constante y se localiza en el punto de inserción del glúteo y el cuadriceps de la pierna derecha. Este dolor es más agudo cuando desciendo, pasando incluso a la zona lumbar.
La segunda subida es la de la Lloma Bernat, que tiene un tramo que se me atraganta un poco por la fuerte pendiente y que me produce cierto agobio, aunque sin llegar a la pájara. Una vez en la cumbrera de la Lloma, al empezar a bajarla, el dolor vuelve a agudizarse. Parece una pequeña contractura. Según avanzo, se me amplía hacia la rodilla. Parece que otra vez me va a dar la lata la cintilla iliotibial, como en otras marchas.
Al cabo de un rato, y a la vista de la población de Xodos, noto punzadas en la parte externa de la rodilla derecha, que se prolongan muslo arriba hacia la cadera. Como no puedo parar a descansar, que el tiempo está bastante limitado, el dolor se va haciendo más insoportable.
Justo cuando empiezo a subir hacia el pueblo de Xodos, me da la primera rampa en la rodilla. Esto no me había pasado nunca. La rodilla derecha me falla y me voy al suelo. Es un dolor agudo y punzante, acompañado de un ligero "clack" y la articulación pierde la posición, doblándose sin remedio. Aquí empieza mi calvario. La contractura del glúteo es muy molesta, pero lo peor es la cintilla. Hace rato que he tenido que bajar el ritmo de la marcha (antes pasaba de los 6 km/h) y voy bastante lento, casi de paseo.
Los últimos metros de subida hasta Xodos son una odisea, pero estoy empeñado en acabar. Mientras me repongo un poco en el avituallamiento, se me acerca un voluntario de la Cruz Roja y me invita a recibir un masaje. Cómo debo ir para que se haya dado cuenta de mi cojera. Se me hace un pequeño nudo en la garganta cuando le digo que no sé si podré acabar, que estoy pensando en abandonar y que igual no hay nada que hacer. ¿Cómo es posible que me pase esto a escasos 15 kilómetros de la meta? ¿Es este el final?.
Paso a un bajo donde hay habilitada una mesa-camilla y le explico el problema al masajista. Es un chaval joven. Le insisto que sólo quiero que me alivie un poco el dolor para poder acabar. Palpa un poco la zona y me dice que lo ve mal para que acabe. Que lo puede intentar, pero que el glúteo está muy contracturado. Empezamos mal. Me da un masaje suave y me ayuda a realizar varios estiramientos de glúteo, bíceps crural y cuadriceps. Al final, me pone un antiinflamatorio y me aplica un anestésico local. Con esto dice que podré hacer un trozo y que notaré la mejora.
Hemos estado casi 20 minutos trabajando el muslo y las posaderas. No tengo nada que perder por intentarlo.
Un poco más animado me pongo en marcha. Se nota mucho el masaje. Me pesan menos las piernas y no noto las punzadas de antes. No voy a apretar todavía, que tengo una subida fuerte hasta el Pla de la Creu y después la famosa Banyadera. No queda nada para acabar. ¡Un último esfuerzo y ya está!.
La subida al Pla de la Creu que el 25 de abril me costó un poco hacerla en compañía de Julio, y que se me hizo larga y pesada, ahora me resulta muy sencilla. Estoy como nuevo y no me duele casi la pierna. El masaje ha sido mano de santo.
Pasado el Pla de la Creu, empiezo a notar otra vez molestias en la cintilla y en el glúteo. Dos cortos tramos de bajada me recuerdan que hace unos kilómetros no podía casi caminar. Con las subidas no hay problema, pero las bajadas son mortales. Poco a poco, se pasa el efecto reparador del masaje. Todo lo bueno es temporal.
Estos últimos kilómetros antes de la meta se convierten en una tortura angustiosa. El dolor ha vuelto y la rodilla me falla cada 300 metros, más o menos. La llegada al último control, en el camino de subida al pico de Penyagolosa, en la Banyadera, la gente de la organización se me queda mirando con ojos atónitos. Debo dar lástima. La cojera es más que patente y llevo arrastrando la pierna derecha, casi tiesa, evitando en lo posible doblarla para que no me falle y apoyándola lo justo. Me preguntan si quiero abandonar, pero soy muy obstinado. Así reviente.
La última bajada por una divisoria antes de la meta se me hace un mundo. Es una senda muy bonita, rocosa y en la que hay que dar algunos saltitos que en condiciones normales me hubieran encantado. Debo ir a menos de 3 km/h y pienso, casi medito, cualquier movimiento o apoyo que realizo.
Casi toda la gente que había dejado atrás durante la marcha me ha adelantado entre Xodos y este punto. Algunos me reconocen y se sorprenden de dejarme atrás. Me dan ánimos y me dicen que queda muy poco. A mí esto me parece interminable.
Al fin aparece el ermitori de Sant Joan al fondo del valle. No queda nada. Está casi a tiro de piedra. Unos 600 metros antes de la meta me veo en medio de la senda a Julio y a Anna. Por la vestimenta, hace tiempo que han llegado a la meta. Estaban preocupados por mi retraso y han salido a buscarme. Me animan. A mí casi se me saltan las lágrimas de la emoción y del dolor. No puedo articular palabra aunque lo intente.

La llegada a meta es casi apoteósica. Renqueando, arrastrando la pierna derecha, dolorido y con un nudo en la garganta. Voy zombi. Casi no me entero de lo que me dicen. Sólo pienso en descansar.

Aquí os inserto las fotos del antes (poniéndonos el dorsal) y del después, en Sant Joan. Se ve perfectamente cómo acabé.


He tardado casi 14 horas y media (14:25:28) en completar el recorrido. Soy el participante 1174 que entra en meta. El 788 en mi categoría (masculino 18-44). Detrás de mí entrarán todavía otros 27 participantes. De no haber tenido problemas con la rodilla, creo que habría bajado de 12 horas y media.
Mis compañeros de jornada la consiguieron completar en menos de 11 horas. Anna incluso dice que año que viene bajará de las 10 horas. Es capaz de eso y más, cuando quiere. La maquinita atacará de nuevo.

En definitiva: HE CONSEGUIDO ACABAR LA MiM 2009.

¿El año que viene más? Cuando acabé en mayo dije que ni hablar. ¡Ni loco!.

Ahora, escribiendo estas líneas, casi 3 meses después, no lo tengo ya tan claro. Dudo y, después de probar otro calzado y comprobar que no he vuelto a tener la dichosa cintilla, parece que tengo argumentos para repetirla. Ya veremos.

domingo, 19 de julio de 2009

Alzamiento morisco en Cortes de Pallás. 400 años después.

Durante la excursión en moto de hoy, hemos hecho una paradita en Cortes de Pallás donde a eso de las 12:00, hemos asistido a la representación teatral del alzamiento morisco que se produjo hace ya cuatro siglos, en la población de Cortes de Pallás y en otras muchas poblaciones del valle de Ayora y del entonces Reino de Valencia.
Teníamos noticias de esta actividad gracias a una nota que apareció en el foro del Centro Excursionista de Chelva y la verdad es que ha valido la pena la visita.
La escenificación corría a cargo de la Asociación Napoleónica Valenciana, que tienen ya cierta experincia en estas lides. Está bien que empiece a haber grupos de representación histórica en España, como en tantos otros países. Cumplen una interesante labor didáctica y cultural, que ponen fácilmente al alcance de todos.

A principios del siglo XVII, los esfuerzos por convertir la abundante población morisca española al cristianismo no daban los resultados esperados y Felipe III decretó la expulsión de este grupo de población de sus tierras con destino a Berbería (norte de África). Corría el año 1609 y se les dió 3 días para recoger sus cosas, el mobiliario que pudieran cargar y embarcar.
Evidentemente, a los moriscos no les hizo ni pizca de gracia. Pensemos que desde el siglo VIII estaban asentados en muchas zonas de la península, generación tras generación.
En el caso de Valencia supuso diversos alzamientos militares que acabaron en sangrientas escaramuzas, toma de diversas plazas y una sangría innecesaria por la defensa de la Fe. La fe que cada uno profesaba, claro. Qué cosas.

En la plaza frente a la iglesia de Cortes de Pallás se han juntado unas 50 personas vestidas con ropas moriscas y de militares de los tercios.
En la primera parte, los moriscos han bailado al son de la dolçaina, flauta dulce travesera y percusión oriental. Toques de marcha mora y algo de música renacentista. Baile en grupo, formando corros.
Se ha escenificado la entrada del representante del rey (¿alguacil?), que ha leído el decreto, instando a los moriscos a llevarse lo que pudieran y a embarcar hacia Berbería. Aquí empiezan las protestas, que acaban con la expulsión del emisario real y al alzamiento morisco, proclamando un caudillo morisco, que se erige como rey (Turigi).
Aparecen representantes de los tercios y la milicia de Valencia para sofocar la revuelta, pidiendo la inmediata rendición. Los moriscos se niegan y aquí ha empezado un continuo fuego cruzado de mosquetes, con mucho humo, pólvora y ruido. Mucho ruido. Típicamente valenciano.
Han recreado algún duelo a espada, las piedras que lanzaban las mujeres, lloviendo sobre las tropas reales y éstas maniobrando al son de los tambores. Todo muy profesional.
Al final, los moriscos son derrotados y trasladados encadenados y ensogados de vuelta a la plaza.

Os inserto un enlace a las fotos. Espero que os gusten.

Salida en moto

Hoy nos hemos ido Julio, Sergio y yo a pegar una vuelta con la moto. Hemos quedado a eso de las 8:00 en el Decathlon de l'Eliana y hemos sido todos bastante puntuales. Para variar, he llegado el primero.
El destino lo teníamos claro (Cortes de Pallás) y pretendíamos evitar en lo posible la autovía.
Al final la ruta ha quedado como sigue: pista de Ademuz (CV-35), CV-50 dirección Vilamarxant, Cheste, Chiva, Turís, Alborache, Macastre y, después del desvío a Dos Aguas, Cortes de Pallás. Paradita en una gasolinera, a mitad de camino. Creo que era Alborache.

La llegada a Cortes dentro del tiempo previsto (alrededor de las 10:45). Almuerzo y a eso de las 11:50 nos hemos acercado a la plaza de la iglesia. Se representaba la rebelión de los moriscos que se produjo en la población de Cortes en 1609 a cargo de la Asociación Napoleónica Valenciana, vestidos a la usanza de la época: unos de moriscos levantiscos y otros de los tercios españoles que la sofocaron a fuego y espada.

Sergio se ha ausentado a eso de las 12:30 y no sé por dónde se habrá vuelto. Espero que la vuelta te haya ido bien, amigo.
Julio y yo nos hemos puesto en marcha a eso de las 13:15, acercándonos primero a una cascada, que me parece que se conoce como "el Chorrador", aunque realmente no sé el nombre. Es una cascada formada por el sobrante de una acequia (eso me ha parecido), que se precipita unos 15 metros sobre una gran poza de aguas cristalinas, de poca profundidad, que parece una playa. Sergio nos había comentado alguna cosa, así que nos hemos acercado a explorar (jejeje). Ideal para bañarse.

Buscando por internet parece que hay más sitios interesantes por la zona, con mucha agua y vistas espectaculares. Ya sabíamos que la zona valía la pena para hacer montaña, pero ahora lo confirmamos. Así que ... volveremos, pero a hacer algo de senderismo y a dar una vuelta por el embalse. Este invierno y tras un período algo prolongado de lluvias, que se forman bastantes saltos de agua y pozas.

La vuelta por Dos Aguas, Real de Montroi y Torrent. En casa a las 15:20. Día completito.
Os inserto la ruta, por si alguien se anima a repetirla.


Ver Ruta del 19 julio 2009 en un mapa más grande

viernes, 17 de julio de 2009

Forges ... eres el mejor

Forges es un maestro del humor. Se le nota que sabe de qué habla cuando dedica su arte a los funcionarios o a la administración. Este es mi pequeño homenaje.
Te adoro.

martes, 14 de julio de 2009

¿Fomentar el transporte sostenible por medio de los prostíbulos?

Voy a insertar el enlace a una noticia que me ha hecho gracia. La noticia completa:
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/burdel-berlin-ofrece-descuentos-ciclistas/csrcsrpor/20090714csrcsrsoc_3/Tes

En resumen, dice que en Alemania la prostitución es legal y parece que la tarifa media es de unos 70 € por 45 minutos (no dicen qué incluye por servicio). Un club de Berlín ha decidido hacer descuento de 5 € sobre esa tarifa para clientes que los visiten demostrando que se han desplazado en transporte público o en bicicleta.

Eso está bien: fomentar la movilidad sostenible compatibilizándola con la relajación física y espiritual. El problema es que no sabemos si las tarifas son también para mujeres o si cobran más las chicas por ir también en ese tipo de transporte al trabajo.

El cliente no sé si estará satisfecho.
Si va en bicicleta, con el esfuerzo físico, traerá mejor humor, eso sí. Eso implica mejor "ánimo".
Claro que, si viene de lejos, quizá le dé tiempo a cansarse durante el trayecto y puede que acabe por no consumir. Si además tiene un "sillín violador" y padece de próstata, igual tampoco puede.
Al cabo de un tiempo, su mujer podría empezar a recelar si descubre que últimamente coge demasiado la bici con una más que sospechos alegría, cuando antes ni la tocaba.
¿Qué hará con la pasta que se ahorra al mes? ¿Le comprará algo bonito a su pareja? ¿La llevará a cenar a algún sitio caro? Con 12 sesiones, ya tiene 60 € ahorrados. Y así ... tacita a tacita ...

En cuanto a que la prostitución sea legal ... ejem ... me parece que en España estamos a años luz de esa posibilidad. Quizá suene extraño, dada la pseudo-moralina hispánica, pero supondrían muchos puestos de trabajo legalizados (que existen y existirán), cobrar impuestos por una actividad económica, reducción de la economía "sumergida", reconocimiento legal de ciertas "labores domésticas", cotizar a la seguridad social, reducción del tráfico y trata de personas, mosqueo de las mafias correspondientes, etc. Se podrían facturar servicios a clientes por gastos de representación (que se lo digan a los visitadores médicos y otros semejantes).

El tema me plantea algunas dudas: ¿Se debería aplicar un 7% de IVA por consumo de bienes de primera necesidad, como los alimentos, o un 16% por artículos de lujo? ¿Podrían cotizar como autónomos? ¿Podrían sindicarse? ¿Qué regulación laboral tendría? ¿Podrían negociar convenio colectivo? ¿Tendrían jornada intensiva? ¿Trabajarían por horas o por un tope de servicios al día? ¿Derecho a productividad? ¿Podrían constituir una cooperativa de trabajo asociado? ¿La cama se convertiría en bien de equipo o en un bien de consumo? ¿Sería posible que un funcionario interesado pidiera la compatibilidad para poder ejercer?

Creo que legalizar la prostitución parece una buena idea, desde luego, pero no creo que este país esté preparado ni para eso, ni para tantas otras cosas. ¿Qué diría el españolito medio? ¿Y la conferencia episcopal? Si no les gusta lo de las células madre ... imaginad cómo se pondrían:
- "¡¡Concupiscencia!!, ¡¡Lascivia!!, ¡¡Vais a arder todos en el infierno!!".- gritarían sin cesar.
- "Señor obispo, la Puri ya está libre".- le preguntaría el empresario.
- "¡¡Yo os maldigo!!, pero Braulio, prepárame la facturita, que la pondremos como gastos de representación".

¿Os imagináis a esa fauna hispánica de crápulas, chorizos y especuladores habituales invitando al político, sindicalista o alcalducho sin escrúpulos de turno a "unos polvitos"?. ¿A cambio de qué? ¡¡Como si fueran trajes!!.
- "Apúntalos en mi cuenta, Braulio. Como de costumbre. ¿Qué? ¿Contento, D. Fulanito? Claro que podrá repetir. Barra libre, D. Fulanito. ¿Con dos? Está hecho un toro, D. Fulanito. ¡¡Picarón!!. Y ahora ... ¿hablamos de aquellos terrenitos?"

Presta a cachondeo, la verdad. (jajaja).

Me temo que Europa está mucho más allá de los Pirineos y cosas así no las veremos por aquí.

lunes, 13 de julio de 2009

El río Turia

Todavía no han terminado las obras, pero el cauce del río Turia entre Valencia y Vilamarxant está llena de gente (excursionistas, ciclistas, pescadores, jinetes, paseantes, voyeurs, quinquis, etc.). La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) se puso a rehabilitar su ribera hace bien poco. Estaba llena de cañas y vegetación. Daba miedo acercarse a ver el río. En cualquier recodo te podía salir alguien de entre las cañas y darte un susto. Intuías la presencia de gente al acecho, entre las sombras, con malas ideas.

Ahora todo es diferente. Es sorprendente cómo se ha llenado de gente. Pero lo que más me sorprende y alegra es ver cómo la gente cada día hace más deporte. Y parece que les gusta. Y no hablo del fútbol o del Tour en la tele. El Turia es ahora una "ruta del colesterol" para los vecinos de los pueblos ribereños. Hacen walking, running, footing y otras variedades. Alguno se atreve con la marcha nórdica (que los he visto). Otros pasean al perro, al caballo, a los niños ... Los más conversan sentados viendo pasar a la gente, mientras pescan o toman el sol. En algunos pueblos como Riba-roja, juraría que se ha convertido en una nueva modalidad para los jubilados, que se bajan a pasar la tarde al río. En cierta manera les entiendo: aire, movimiento de gente, deportistas ...

Yo he tenido la suerte de hacer varias veces el tramo entre La Canyada y Riba-roja. Unas 3 ó 4. Al principio intentábamos bajar por la finca de La Vallesa, por la zona del lago, pero pronto nos dimos cuenta que la ruta más rápida (y cómoda) era por la vía que baja al río paralela a la A-7. De ahí a Riba-roja es un paseo sencillito, por una pista de zahorra recién arreglada y que salva varias veces el cauce a través de "pasos provisionales", que son una serie de tubos de hormigón prefabricado con una capa de rodadura de zahorra. Estos pasos (que algún día se llevará el río) son más cómodos para las bicicletas que los exquisitos puentes de madera y además supongo que pueden resultar muy útiles para gestionar la zona una vez esté "en servicio" como paso para vigilancia, seguridad, control, incendios y emergencias, etc. Alguna vez he vuelto por L'Eliana, pero como hay que hacerlo por la carretera desde Riba-roja, me he visto mal entre el tráfico de cuatro ruedas y no creo que vuelva por allí.

Así pues, el Turia se ha convertido en un corredor verde por el que es posible moverse desde Vilamarxant hacia abajo, al cauce viejo del Turia (el jardín dentro de Valencia) y por carriles bici cruzar al puerto de Valencia desde la Ciudad de las Artes, para pasar a la Malvarrosa y acabar en la Marjal de Massalfassar. Es como una autopista para la bicicleta de oeste a este y viceversa. No está nada mal. ¿Habremos descubierto al fin otros medios de transporte distintos del coche o el metro, gracias a disponer de alternativas?.

Se me ocurre que desde cualquier punto en la costa, entre esta marjal y Port Saplaya, siempre con un poco de sentido de orientación, incluso se puede volver por la habilitada vía verde (antiguo ferrocarril) conocido como "Vía Xurra", que coincide con la llamada "Vía Augusta" (proyecto con mucho bombo al principio, del que no se ha vuelto a saber nada, por cierto), a través de alguno de los caminos que salen al mar, para cogerla en Albuixech, en Bonrepós i Mirambell, en Meliana o simplemente en Alboraia. Esta vía verde acaba en el cementerio de Vera, por lo que por la avenida de Aragón, se podría volver al cauce del Turia. Siempre por carril bici o caminos sin coches. Un día lo intentaremos a ver qué tal sale. ¿Alguien se anima?.

Os enlazo un artículo de El País que habla sobre el tema y me ha recordado este pequeño universo que nos han abierto. Tan cerca de Valencia. Tan próximo.

http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Hay/rio/ahi/fuera/elpepuespval/20090713elpval_5/Tes

Próximos retos

Estoy repasando los retos que me quedan para este verano, ahora que estoy algo más centrado, después de las vacaciones (todavía me falta la crónica). Tengo en mente participar en estas pruebas (siempre pensando en la meta de poder acabarlas, claro):

1ª Mini Triatlón de Figueroles (Castellón) el 25 de julio de 2009.
3ª Volta a les Fonts d'Eslida (Castellón) el 15 de agosto de 2009.
Carros de Foc, los días 29 y 30 de agosto de 2009.

De todas, la que más gracia me hace es la última, la de Carros de Foc y es para la que pienso prepararme y a la que le veo más posibilidades. Son 56 km y unos +9000 m de desnivel acumulado dentro del Parque Nacional de Aigües Tortes y Estany de Sant Maurici, posiblemente una de las zonas más bonitas del Pirineo.

http://www.carrosdefoc.com/esp/index.html
http://www.gronze.com/senderismo/carros-de-foc.htm

La idea de hacerla parece que surgió del grupo de gente con la que va Ana a correr, los del club Misjueves, que quieren hacerla en modalidad Sky Running (menos de 24 horas) el día 29 de agosto. Protesté con cierta acritud y vehemencia, porque no podía acompañarles, aún apeteciéndome mucho hacerlo, ya que tengo claro que es una prueba que escapa a mis posibilidades. Pero aproveché para lanzar un reto: podía hacerla en menos de 48 horas.

Parece que mi comentario ha abierto la puerta a más gente, que ahora se animan a hacerla en más de 24 horas. Mejor, así podemos acompañarnos, aunque igual les toca esperarme, que estos están todos muy fuertes. Está bien pensado: salimos todos el día 28 por la tarde de Valencia y volveremos el 30, ya de noche.

Tengo ganas, la verdad. Me encantan los Pirineos y el Parque Nacional de Aigües Tortes, especialmente. Espero que la pierna me deje tranquilo unos días, que parece que últimamente me ha dejado de molestar, aunque tampoco hago lo que hacía cuando me dolía, claro (jejeje).

Por cierto, hoy se me ha pasado la prueba del circuito BTT de Alpuente y me he quedado en casa. De todas formas, no acordarme que era hoy parece un mal menor y siempre puedo aprovechar el track que ya estará colgado por ahí para hacerla por mi cuenta, con toda la calma del mundo y sin agobios de gente. Leyendo los foros parece que no ha salido demasiado bien. El año que viene más.

La semana de los estropicios

Esta semana ha sido la de los destrozos varios.

El pasado jueves 2 de julio, fuí a bajar de la moto apoyándola en la "pata de cabra", como siempre, y se partió el perno que la abraza al resto del chasis, haciendo que cayera de lado. Afortunadamente no terminó de caer al suelo, ya que la pillé al vuelo, justo cuando ya cogía ese "ángulo de no retorno". Tuve suerte y no me quemé tampoco la pierna, como la vez aquella en Altura.

El jueves 9 de julio fuí a comprar el recambio del perno a Yamaha-Saica, junto al Mestalla, que parece que es el único sitio de Valencia donde tienen material de recambio. Me vendieron un perno (3,45 €) y ... a la marcha. Esa noche intenté colocarlo, pero me equivoqué y lo metí en la dirección que no tocaba, gripando la rosca y atorando el dichoso perno. Quizá no debería escribirlo en singular, porque en esta acción no estuve solo y conté con la inestimable ayuda de Ana, que contribuyó a que se atorara un poco más (jajaja). Menudos mecánicos improvisados estamos hechos. Menos mal que de eso no tenemos que vivir.

El viernes 10 me fuí a un mecánico que hay en la Avenida de Primado Reig. El taller dice ser oficial de Yamaha y el operario tiene pinta de ser un profesional con experiencia (según sus palabrás, unos 50 años). Como sea, le dejé la moto y le entregué el intermitente izquierdo, que lo tenía para cambiar desde que lo rompí en Altura el año pasado (ya hará más de 10 meses). La cinta americana hace maravillas. Cuando volví a mitad de tarde a por la moto, el hombre me mostró frustrado lo que quedaba del perno. Me confesó que estuvo a punto de utilizar la radial, de atorado que estaba, y que se pudo acordar de toda mi familia y allegados. Exagerado. Me tocó volver a Saica, a por otro perno y me sopló 60 € por el trabajito. Qué desastre!.

Para colmo de males, esa misma tarde se me colgó el ordenador y me ha tocado formatearlo todo. Menos mal que siempre cuento para estos lances con la incondicional ayuda de Sergio P. Siempre atento a cualquiera de mis consultas y/o chorradas con el ordenador, propio o ajeno. Me aconsejó que lo mejor era reinstalar, pero luego, ya en casa comprobé que no, que debía formatear. Al menos he podido recuperar prácticamente toda la información, salvo alguna cosa de la que supongo ya puedo olvidarme. Menudo fin de semana más tonto.

En fin ... que no todo han de ser alegrías.

jueves, 2 de julio de 2009

Mario Benedetti - Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites