Seguimos marcando para la prueba del GR-10 Xtrem.
La salida la hemos hecho sólo Paco Zen y yo. Ayer quedamos, después de subir al Puig Campana. Era una buena alternativa a lo que tenía previsto para hoy y así volvía a sentirme útil un rato, que me resulta muy gratificante (mira que soy egoísta, ¿eh?).
A eso de las 9:40 hemos llegado a Gátova. Hoy no hace tanto frío como el otro día y no amenaza lluvia. Al menos de momento.
Nada más entrar al pueblo me encuentro con Delfi. Me sorprende que me reconozca. Es la emisorista con la voz más dulce que conozco y resulta inconfundible, pero hacía más de 9 años que no nos veíamos físicamente y supongo que habremos cambiado algo. Me he alegrado mucho de encontrármela. Besitos y despedida rápida, que ella salía de noches y tenía que dormir y nosotros teníamos trabajito que hacer.
Para empezar, Paco saldrá caminando hacia la Fonfría, mientras que yo me iré en su coche y marcaré otro trozo por arriba. Siempre marcando el GR-10.
En la fuente tengo otro encuentro casual. Esta vez con la BV Olocau, que están aprovisionándose de agua en la Fonfría. Hablo un rato con Carlos, que es al único que conozco. Despedida rápida, que tendrán que trabajar un poco (jejeje).
Pronto nos volvemos a juntar Paco y yo. El resto del itinerario hemos circulado por pistas forestales que están bastante bien, pasando por encima del Marmalé, hacia Las Navas, ya en término de Altura (Castellón), y siguiendo camino hasta el empalme de la pista asfaltada que sube desde los Pozos de la Mena, donde estuve bañándome esta primavera.
El trabajo no era cómodo, ya que, aunque teníamos el coche cerca casi siempre, había que subir y bajar cada 25 metros o así para marcar. El barro, que lo ocupaba todo en algunos tramos del camino o de las sendas, hacía que no resultara fácil moverse y que acabaran las botas con grandes pegotes de barro negruzco y pegajoso. Menos mal que el viento no ha aparecido en toda la mañana, a pesar de las malas previsiones (daban poniente con rachas de más de 70 km/h). A última hora ha empezado a chispear un poquito, pero no ha llegado a mojar el coche.
Cuando hemos llegado a la Masía de Caparrota, hemos decidido volver a casa. Ya eran las 15:30 y empezaba a ser hora de comer.
Han salido unos 11,2 km y +320 m de desnivel.
Ha sido una mañana tranquilita y entretenida en buena compañía. Gracias Paco.
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