Paco me preguntó que qué queríamos hacer el día de la carrera y si podíamos colaborar en alguna cuestión más, además de lo ya realizado. Le dije que me encantaría estar en algún avituallamiento y que dispusiera de mí a voluntad. Así que nos puso a Vicent Montagud, Julio y a mí en el primer avituallamiento, en el de Segart.
A las 6:00 quedamos con Vicent en Puçol, pero aparecimos poco después de las 6:10, con la salida ya dada. Tampoco teníamos prisa. Cargar las cosas en el coche y a Segart a montar la "paraeta".
Con más intención que ganas me puse en función de controlador, mientras Vicent atendía unas obligaciones en el campo, que le hicieron llegar más tarde de las 7:45, y Julio se encargaba de las vituallas.
Sin incidencias destacables en el avituallamiento, como era de esperar.
Alrededor de las 9:30 desmontamos el tinglado, después de recoger un corredor que se equivocó y que, después de subir la Canal del Garbí, siguiendo el itinerario de la prueba, se desvió y volvió a bajar por la Pedrera, que es la otra variante del GR-10, aunque fuera de la carrera. De tal forma que, para su desilusión, apareció de nuevo en el avituallamiento de Segart. La cara que puso cuando nos vió lo decía todo: se había equivocado de camino, había vuelto al mismo punto y le volvería a tocar subir la Canal. Sólo de pensarlo, se puso a sollozar y se vino moralmente abajo. Qué pena me dió, cuando antes del error iba el 28º.
Nos conmovió hasta el punto de subirlo al coche, después de apuntar dorsal y tiempo, y llevarlo hasta Barraix, donde lo dejamos junto a la senda. No queríamos que abandonara y, al menos, que intentara acabar la prueba. Nos lo agradeció, aunque entre lágrimas y diciendo que lo iba a dejar. No sé cómo acabó, aunque me gustaría. Un saludo cariñoso desde aquí y espero que alcanzara la meta sin más problemas.
Tras colaborar con el avituallamiento, queríamos aprovechar nuestra presencia por allí para hacer la Canal del Garbí, y así de paso la conocía, que la tenía pendiente, como tantas otras cosas. Pero tener que subir al chaval este nos cambió un poco los planes. Dejamos el coche arriba, junto a la casa del Garbí y bajamos por la Pedrera, para almorzar después en Segart y subir nuevamente por la Canal.
La bajada de la Pedrera no tiene ninguna dificultad y encontramos alguna gente subiendo, incluso con niños. A mitad de bajada, me pegó el puntazo y me puse al trote, casi en sprint, hasta el pueblo. Y eso que llevaba mucha ropa y las botas de montaña, las rígidas. Pero la sensación valía la pena. Conseguí sudar un poco. ¡¡Bien!!.
Llegué a Segart casi 20 minutos antes que Julio y Vicent y nos fuimos a almorzar.
Pero lo mejor sin duda, además de la compañía, fue la subida de nuevo hasta los coches. Esta vez por la Canal del Garbí.
Esta subida, al principio por una senda pedregosa, se va poco a poco cerrando, hasta el punto de convertirse en una canal rocosa, que sube hacia el llano del Garbí. Esta canal rocosa, formada por grandes bloques de rodeno, tiene muchos puntos de apoyo y en ningún momento da sensación de altura o vértigo. Y eso que sube bastante altura en poco trozo. Además, en los sitios más "delicados", hay instaladas unas cadenas para sujetarse mientras se trepa. No hace falta ninguna habilidad especial para subir y la ruta vale la pena. Además de corta y cerca de casa, las sensaciones y el sitio son impresionantes.
Lo disfrutamos mucho y en poco más de 2 horitas y media estábamos de vuelta a casa, almuerzo incluido.
Salieron cosa de 8 km y unos +570 m de desnivel. Hay muchos enlaces donde viene descrito el itinerario, así que no lo voy a poner. Como este o este.
Para repetir.
Gracias, chicos, por todo. Sois un encanto.
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