sábado, 16 de mayo de 2009

El barranco del Regajo, Titaguas - Aras (Valencia)

Pues aquí estamos de nuevo, después de otra excursión acorde con la filosofía del "pensat i fet", aunque esta no salió todo lo bien que podía haber salido. Pero bueno, no se puede tener todo.

Hace unos años (creo que en el 98) hice junto con Julio, Juan y creo que Sergiete, un barranco muy chulo entre los término de Aras y Titaguas, que llaman Barranco del Regajo o de la Hoz. Se trata de un profundo barranco, de unos 8 kilómetros de longitud, con paredes verticales de más de 350 metros de desnivel y unos 150 de anchura máxima, en el que casi siempre circula agua, y que cuenta con varias pozas llenas de agua, con cierta profundidad. Es perfecto para bajarlo, ya que no requiere cuerdas ni técnicas especiales de barranquismo, aunque pueden utilizarse, si se desea, ya que pude contar unos 4 rappel, pero de poca dificultad (máximo 15 metros) y fácilmente evitables por los márgenes del barranco.
Lo que sí que no es evitable es acabar probando el agua. Hay una poza en la que obligatoriamente hay que sumergirse. Afortunadamente el agua ayer no estaba demasiado fría, puede que porque el ambiente rondaba los 20ºC y el contraste con la temperatura del agua no era grande.
El barranco acaba desembocando en el río Turia, por su margen izquierda, cerca de las áreas recreativas de La Caballera y El Molino Quemado (El Molinillo), que tienen buen acceso por pista de tierra, por lo que puede dejarse un coche allí abajo y el otro en la carretera. Se pueden aprovechar los paelleros para hacer después una torrada, que no fue el caso esta vez.

La bajada empieza en una curva de la carretera CV-35 (Valencia-Ademuz), aproximadamente en el kilómetro 94 y pico, en el que hay una curva pronunciada con un puente, para salvar un barranco. Cerca del puente aparcamos el coche y nos metimos en el barranco, armados con un bote impermeable para meter las llaves del coche, cámara de fotos, documentación y otras pertenencias. Empezamos algo tarde (10:45), teniendo en cuenta que habíamos quedado al final del recorrido con Mikel, que tenía que recogernos cerca de El Molinillo entre las 13:00 y las 13:30 y que nos tuvo finalmente que esperar.
Al principio el recorrido es muy sencillo y coincide con el SL-CV 22 hasta el empalme con el GR-37 (unos 2 kilómetros). A continuación estos senderos vuelven a Aras y el descenso se realiza sin posibilidad de pérdida, pero sin sendas laterales por las que poder sortear las dificultades del barranco.

Problemas
El primer problema es un dique de corrección que hay en medio del barranco, que acumula muchos áridos (principalmente arena) y que ha acumulado una densa vegetación. Es posible pasarlo por el lado izquierdo (siempre mirando hacia el sentido que baja el agua, claro).
El siguiente problema es una poza que encontramos en una curva, que se puede sortear saltando desde 3 metros y pico a su interior. El fondo estaba limpio y parecía segura, pero no nos apetecía probar el agua tan pronto, así que intentamos sortearla por el lateral. Lo intentamos primero por la derecha, pero acabamos ganando mucha altura y sin posibilidad de volver al cauce sin caer rodando ladera abajo. Peligroso. Al final, optamos por pasarla por la izquierda, que era la primera opción que teníamos, aunque inicialmente la desechamos. El descenso es sencillo, pero hay que hacerlo con precaución.
Más adelante encontramos una poza que sólo podía sortearse entrando en ella. Es decir: bañándose. Yo la recordaba más grande y que tuve que nadar, pero ahora, con menos de 15 metros de diámetro, me pareció un obstáculo menor, casi una roña. Me armé de valor y al entrar en el agua, resbalé de forma que me bañé casi por completo, aunque solamente cubría hasta el ombligo. El problema de esta poza fue que hacia el final (después de 10-15 metros por dentro del agua), había un gran depósito de arena y cieno, de forma que se me clavó la pierna más allá de la rodilla, con el riesgo que suponía, ya que no tenía punto de apoyo para sacarla si me quedaba atascado. Fue un momento de pánico, porque veíamos que no podríamos continuar bajando el barranco, pero al final pudimos sortear esta zona pasando por una piedra cubierta de zarzas, en el lateral izquierdo. Sin comentarios de cómo quedaron piernas y brazos.
Como remate, cuando faltaban menos de 500 metros para el punto de encuentro, nos apareció un terreno pantanoso, cubierto de una densa vegetación y cada vez más barro. Era otro dique de corrección, en el que perdimos más de media hora intentando salvar 300 metros, a base de subir por las márgenes, resbalar varias veces, pincharnos con zarzas y juncos y andar esquivando el fango y el agua, para no hundirse. Aquí encontramos al desesperado Mikel que nos llamaba con un silbato, pensando que algo nos habría pasado. Es una buena idea llevar un silbato en el monte: no hay que chillar y te oyen a mucha distancia.

Las sensaciones han sido buenas y la experiencia interesante. La memoria es un poco traidora y yo creía recordar un barranco con menos agua (que seguro que había menos, ya que era verano) y con pozas más grandes y profundas, con el fondo cubierto por una losa de piedra, salpicada de pozas de agua, y sobre la que había que ir dando saltitos para no mojarse.
Pero la verdad ha resultado bien diferente y es que había mucha agua (a veces demasiada) y la losa de piedra de mi memora era ahora un depósito constante de arena y fango, cubierto por una densa selva de vegetación que lo ocupaba casi todo, resultando complicado en demasiadas ocasiones avanzar por el fondo, dudando dónde poner los pies y clavando muchas veces las zapatillas en el barro. La hora de salida y la penosidad en el desplazamiento, han hecho que llegáramos al punto de encuentro en el camino de La Mailesa al Molinillo (o Molino Quemado), donde cruza el barranco, pasadas las 14:45, para desesperación de quien estaba esperándonos (más de 75 minutos de retraso).

El resto de la tarde de comida y charreta por Chelva.

Lo mejor: La compañía y el sitio. Es muy bonito y con agua por todos lados. Es un barranco sencillo y con muchas pozas para poder disfrutar.
Lo peor:
El estado de la vegetación y las grandes bolsas de barro y cieno que se acumulaban en algunos tramos, obligando a clavar las piernas hasta la rodilla para poder avanzar. Las zarzas siguen reclamando un cariño no correspondido, que deja profundas marcas por piernas y brazos. El recorrido, aunque corto, se hace largo en tiempo y es necesario contar con un vehículo en El Molinillo para que nos recoja.


3 comentarios:

  1. Pues sí, el cariño de las zarzas no correspondido una de las peores cosas que nos pasaron...menos mal que hoy no había que ponerse faldita ni nada por el estilo. Lo peor...la ducha de llegada a casa, cuando se supone que es de lo más satisfactorio, jajaja.

    Hale, a la próxima otro...iremos probando a ver qué sale.

    Muy chula la mañana aunque haya sido entre zarzas y barro.

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  2. Pero que muy chula, vaya que sí. Para repetir, pero sin zarzas (jajaja).

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  3. Muy bonitos parajes, me recuerdan a algunos disfrutas en el Valle de Ayora y la Canal de Navarres

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