Me han vuelto a aparecer ligeras molestias en la parte exterior de las rodillas, que han desaparecido al aflojar un poco la marcha. El resto del físico bien.
Lo primero que hemos hecho ha sido almorzar en Enguera, dentro del pueblo, en un bar en el que parece que la especialidad es un bocata de queso fresco frito con pimientos. Exquisito.
He aprovechado la coyuntura para llamar a Markus, que hacía mucho que no lo veía, para charrar un rato durante el almuerzo, y en un momento nos hemos juntado un montón de compañeros: Juan Antonio de Calles, Hipólito de Enguera ... parecía un bar cualquiera de Los Serranos, todo lleno de forestales (jejeje).
A las 11:30 hemos empezado la marcha. Un poco tarde para mi gusto, pero el día acompañaba, ya que estaba muy nublado e incluso amenazaba lluvia. Algo de calor húmedo hacia el mediodía, pero perfecto para la bicicleta.
En total, han caído 26,65 Km con +637 m. No está mal.
Lo he disfrutado, aunque reconozco que los detalles siguen machacándome moralmente. Demasiados recuerdos concentrados en chorradas cotidianas. Es difícil cambiar la rutina y las costumbres cuando uno se ha acostumbrado a lo bueno. Suspiraré.
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