Hemos quedado Sergiete y yo a las 8:30 en el parking de Portacoeli, en el de siempre, con Julio. Me ha sorprendido la gran cantidad de coches y ciclistas que esta mañana se movían por la zona. Seguramente más de 300 coches y fácilmente 500 ciclistas. Demasiada gente. Supongo que será la vuelta del verano y que todavía no hace frío.
Hemos llegado un poco tarde (cómo no) y hemos perdido casi media hora intentando reparar la rueda delantera de la bicicleta de Sergiete. Como hacía más de 2 meses que no la cogía, se la ha encontrado deshinchada y allí mismo nos hemos puesto a cambiar la cámara, con tan mala suerte que la válvula no funcionaba y no entraba aire. Finalmente, hemos decidido volver a poner la primera cámara e hincharla, a ver si aguantaba el aire, y así ha sido. Simplemente se había vaciado de tenerla guardada en el garaje. Qué tío. Qué forma de dar guerra. Más de media hora peleando con una cámara que encima no estaba pinchada (jajaja).
Julio estaba nerviosete, se le notaba. No las tenía todas consigo y creía que no podría subir, que decía que hacía tiempo que no cogía la bicicleta. Pero ha cumplido como un campeón.
La subida a buen ritmo, y en poco más de una hora estábamos ya en la Font del Poll, sin parar ni una sola vez. Ha estado bien. Seguimos mejorando.
A propuesta de un servidor, que me ha sabido a poco la subida, nos hemos acercado al mirador de Rebalsadors. Esta subida tiene un tramo algo más durillo, con mucha piedra y firme en mal estado, pero tampoco hemos tenido que parar en ningún momento. Estupendo.
Desde el mirador la vista no ha acompañado, ya que lleva varios días con viento de Levante y apenas de adivinaba el mar en el horizonte por culpa de la calina. Una lástima.
Como Sergiete tenía prisa por volver, no nos hemos acercado al vértice geodésico como yo quería, y nos hemos tenido que volver al parking.
Trepidante bajada, en la que creo que me he lanzado más rápido de lo habitual. Nos íbamos picando, aunque hay que reconocer que estos son más temerarios que yo. Ha sido divertido.
Al final han salido unos 30 Km y unos +700 m de desnivel.
Estas salidas son un tónico milagroso. Estoy con la moral por las nubes.
Ya en el parking me he encontrado con Pilar de Misjueves, que venía de dar una vuelta en bicicleta por el Oronet. Me he alegrado de verla y hemos estado hablando un rato. Me ha contado su aventura en la Matahombres. Qué envidia. Es buena gente.
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