La prueba, organizada por la Peña Ciclista Edelweiss ya va por su 20ª edición y no hace más que coleccionar felicitaciones y agradecimientos por parte de participantes y aficionados al ciclismo.
Me picaron este otoño para que me apuntara y me pareció una idea interesante, aunque tenía mis dudas. La versión reducida, la Treparriscos (90 km), que se limita al Valle de Tena, subiendo el Portalet hasta la estación de Formigal me parecía que podía estar muy a mi alcance.
Finalmente, entré en lista de espera y fui seleccionado para participar después de esperar casi 2 meses.
Este año, debido a las obras que se están haciendo en el valle, el recorrido ha salido un poco más corto, pero no deja de tener su dureza, sobretodo para alguien que está dispuesto a hacerla con bicicleta de montaña. Los días de antes desperté no pocas miradas de curiosidad y sorpresa cuando decía que la iba a hacer, pero con la BTT (jejeje). Y tampoco es para tanto.
Llegamos el viernes 18 por la tarde a Sabiñánigo para recoger el dorsal y ver el ambiente. Hay una gran feria montada en el polígono industrial. El pabellón está lleno de gente curiosa, aficionados, marcas y material de ciclismo. Muchos vascos y vascas. ¡Qué afición a la bicicleta tiene esta gente del norte!.
Para alguien que no está acostumbrado a este tipo de concentraciones ciclistas, el ambiente es abrumador, excitante. Estoy gratamente sorprendido. Sinceramente, no esperaba esto.
Tras reunirme con los amigos del viaje a Jordania, que ya tenía ganas de verlos, y la correspondiente cena, nos retiramos a dormir a una hora prudente, que el hotel está en Formigal. No hubo forma de encontrar alojamiento libre más cerca de Sabiñánigo.
A las 5:30 nos levantamos y a las 6:00 estamos desayunando, preparados para salir. El hotel está lleno de ciclistas. Vaya ambiente. El termómetro de la rotonda de Formigal marca apenas 7ºC y está lloviznando en el puerto, así como en la zona francesa. A veces, caen copos de nieve helada. Esto tiene pinta de que va a ser divertido (jejeje).
En Sabiñánigo hay que buscarse la vida para aparcar. Esto está muy concurrido.
La zona de salida está llena de gente, de corredores, de bicicletas. El ambiente es espectacular. A las 7:30 salen los valientes de la Quebrantahuesos. Son más de 6.000, de los 7.500 inscritos. El frío y la lluvia ha desanimado a mucha gente.
A las 8:00 nos dan la salida a nosotros. Somos unos 1700 participantes.
La prueba me parece sencilla. Me voy picando con la gente y vamos haciendo grupitos según ritmo. El grupo de cabeza va muy fuerte. Los ciclistas con bicicleta de carretera me mira con curiosidad. No he cambiado ni las cubiertas. Así ... a lo valiente (jajaja).
Todo el recorrido es sobre firme asfaltado, con mejor o peor calidad. En las poblaciones y en los márgenes de la carretera hay muchos aficionados y familiares dando ánimos. Al pasar a la carretera A-136, pasado el túnel de Escarrilla, los coches nos acompañan en un monumental atasco. La carretera está completamente colapsada en los dos sentidos y se rueda a ritmo del ciclista. Saludan alegremente desde los coches y desde los arcenes. Menuda fiesta.
En Sallent de Gállego empieza a lloviznar. Durante toda la subida al Portalet, llueve de forma ligera, pero constante, y la temperatura no pasa de los 10ºC. Voy ligero y alegre. Me gusta esta sensación.
En la rotonda de Formigal giramos para volver a Sabiñánigo. Cuesta abajo voy un poco asustado. Esta mañana no me funcionaba bien el freno de disco trasero y no he podido repararlo. Tiene holgura. Debería haberlo purgado antes de venir. Así que dispongo de poca frenada, salvo la delantera, que no es plan. Aún así alcanzo en un tramo los 63,7 km/h (jajaja).
Unos últimos kilómetros antes de la meta, se levanta algo de vientecillo de cara. Voy solo y eso se nota.
A un par de kilómetros de la meta, veo a una pareja de vascos muy graciosa (aquí son mayoría de vascos). Ella va pedaleando, mientras su pareja la empuja suavemente de los riñones. Debe estar rendida. Me emociono al verlos.
Me animo a cogerlos y pasarlos. Él, viendo que les paso con una bicicleta de montaña, se pica y empieza a dar ánimos a la chica para que me adelante. Ésta, sacando fuerzas de puro coraje, se me pone a rueda y empezamos un mini-sprint los dos. Entre las risas y los comentarios, casi me vuelve a adelantar. Menos mal que en llano ruedo bastante bien y al final, acabo por delante. Ha sido una divertida llegada al sprint con los aplausos del público.
El final ha sido muy emocionante y estoy muy bien físicamente. No me duele nada y apenas noto el esfuerzo. Voy sobrado. ¡Bien!.
Al final, con las modificaciones de este año, me han salido 81,03 Km, con +1.310 m de desnivel, que he completado en 4:17:02. He quedado el 1.330 de 1.675 participantes ... con una bicicleta de montaña (jajaja). Objetivo cumplido.
En meta no hace calor y los surtidores de cerveza (barra libre y gratis) no tienen la demanda de otros años, según me comentan. El avituallamiento final es muy completo y me pongo las botas a comer. La organización de la prueba es muy buena.
En cuanto a la prueba de la Quebrantahuesos, las noticias son desalentadoras: más de 1500 abandonos por la lluvia y el frío. El día les ha salido muy malo y muchos han tenido que dejarlo a medias. La organización tiene que poner autobuses y trailers para bajar ciclistas y bicicletas. El Somport era una cortina de agua. Les compadezco.
He disfrutado mucho de la Treparriscos. Puede que el año que viene me atreva con la Quebrantahuesos, aunque primero tendría que cambiar de bicicleta ... o pedirla prestada (jajaja).
Todo se andará.
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