La verdad es que a veces me siento un auténtico privilegiado.
Ayer tuve la suerte de ser invitado al Palau de les Arts Reina Sofía, a ver la ópera "Les Troyens", de H. Berlioz. Y no sólo invitado, sino en platea y en la fila 10. Un lujazo.
Pero el lujazo de verdad fue la compañía. No la hubiera encontrado mejor ni buscando. Un placer para repetir sin mesura y sin posibilidad de cansarse. No hay nada como dejarse llevar por el destino y sorprenderse con lo que se encuentra. En este caso, se re-encuentra.
Es una ópera poco conocida y que cuenta con 5 actos, con una duración total de 5 horas. Así que entramos a las 19:00 y salíamos a eso de las 0:00.
La acústica del Palau, tal y como me temía, excepcional.
La escenografía de la obra estuvo a cargo del grupo "La Fura dels Baus", por lo que resultó de factura moderna y extravagante. Me resultó curiosa, extraña, absurda a veces, pero interesante.
Se me ocurrió ir en moto al Palau y casi acabamos por los suelos, por culpa del viento. Menos mal que al final todo quedó en un susto.
El día fue completito, como todo el fin de semana. Como todos estos últimos fines de semana.
El sábado pasé toda la mañana por Chelva, acompañado por Paco para señalizar la carrera por montaña que se celebraría el domingo. Así colaboro un poco con el Centro Excursionista de Chelva y no trabaja siempre el mismo. Este año no he querido estar en la dirección de la carrera, como el pasado. No entraré a detallar el por qué, que no merece la pena, pero me he evitado, con total seguridad, un mal trago. Manías de abuelo chocho, supongo. Ya maduraré un día de estos.
El domingo preparé una excursión a Zagra (Tuéjar) y la Tosquilla, que en otoño está colorida y vale la pena visitarla. Una marcha sencillita, que llevábamos niños, y comida campestre a base de ensaladilla, bocatas y cerveza.
Por la tarde, a todo correr, a la ópera. Qué estrés.
Esta mañana estaba rendido y me dormía por los rincones. Demasiado ajetreo para un fin de semana. Todavía no acabo de acostumbrarme a tanta actividad junta. Uf.
Me falta una buena dosis de bicicleta. Tengo mono. A ver si para un poco el viento, que ya toca.
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