miércoles, 3 de marzo de 2010

La importancia de las cosas más tontas.

Esta misma tarde, mientras hablaba con una compañera en la escuela oficial de idiomas, un chaval se me ha acercado dubitativo. Como conocía a mi compañera, le ha comentado alguna cosa y al final se ha atrevido a preguntarme. Se le veía nervioso y azorado.
- Eres Mario?
- Errrr ... sí
- Yo te conozco. Bueno ... es fácil que no te acuerdes de mí ... no sé ... era un chiquillo cuando coincidí contigo.
- No caigo, lo siento.
- Pero tú estabas de forestal en Chelva, ¿no?.
- Bueno ... más o menos sí. Hace tiempo de aquello. (Reconozco que me he emocionado un poco en ese momento. Ese nudillo en la garganta ...)
- Pues es que estuvimos un día jugando al frontón. Tú estuviste bastante tiempo trabajando por Chelva, ¿no?
- Pues ... sí ... bastante tiempo. (El nudo se va apretando al final de la garganta).
- Yo me acuerdo que jugué al frontón contigo. Además, recuerdo muy marcado aquel día, porque nos sorprendió verte jugando por allí, porque allí todos te conocíamos, aunque éramos chiquillos. Porque nos dejaste jugar contigo. Pero lo que más me acuerdo es que vimos un murciélago que estaba muerto en el suelo y nos diste unas explicaciones sobre aquel animal.
- ¿En serio? (No salgo de mi asombro. Creo que me pongo rojo) ... alguna tontería os diría.
- Pues fue muy interesante. No me olvido de aquel día ...

El resto de la conversación no tiene importancia. El chaval (Javi), me miraba con cara de fascinación, como quien ve a un ídolo o a alguien a quien admira o ha admirado por algún motivo que no alcanzo a comprender. Medía sus palabras. Sus ojillos me escrutaban inquietos y nerviosos. Se le notaba contento de hablar conmigo y rememorar aquel pasaje. Orgulloso de compartir aquella situación conmigo. De tener algo en común.
Me he sentido incómodo. No me gusta que me adoren y mucho menos que me pongan en un lugar donde ni estoy ni merezco estar. San Mario (jajaja).
Cuando he conseguido que pasara el nudo de la garganta hacia abajo, hemos hablado del pueblo y de su familia, y se me ha llenado la cabeza de recuerdos chelvanos. Aquello sería alrededor del 1997. Ha llovido mucho desde entonces. Puf.

Es curioso, pero a veces no nos damos cuenta de la importancia que nuestra existencia tiene para algunas personas y cómo llegamos a influir en la vida de los demás con nuestra sola presencia. A veces sin querer.
Esta persona recordaba aquel pasaje en el que jugó con Mario "el forestal" como algo único. Una experiencia vital que le dejó marcado y de la que se acordaba con todos los detalles. Hasta incluso de lo que les dije. Una nimiedad para mí, pero algo relevante para esta persona.

Es curioso ver como, en algún momento, mi propia existencia ha tenido sentido para alguien y de qué forma lo recuerdan. Y me ha hecho pensar.
Realmente, he influido en la vida de más personas de las que yo pueda imaginar y cada cual ha sacado su experiencia de esa relación. ¡Qué dimensión de responsabilidad toma este razonamiento!.
Esto me ha hecho recordar que hace unos meses mi vida no tenía valor ni sentido alguno para mí. Ya no importa cuántos meses. Afortunadamente, en este preciso momento, ya no concibo aquel desprecio hacia mí mismo, a mi propia existencia, que me llevó poco a poco hacia los senderos de la demencia hasta que conseguí ponerle freno. Menos mal.
He madurado muchas cosas desde entonces y he metido en mi bolsillo nuevas experiencias que me hacen ver las cosas de una forma más "práctica". Más egoísta. Enrocado en mi fortaleza y a la defensiva. Costará volver a tocarme la fibra sensible.

Pero esta tarde, he visto cómo hay quien recuerda vivamente una acción, una situación, sin importancia para mí y de hace muchos años. Incluso con ilusión.
Es sorprendente cómo podemos llegar a ser importantes para alguien sin querer, sin darnos cuenta. Sin ser importante para nosotros.
Es un poco como la película de "qué bello es vivir", pero desde mi humilde experiencia y salvando las distancias, claro.
Es sorprendente e inquietante.
Es como despertar de un sueño, mirar atrás y decir ... caray ... ¿todo eso he sido yo para tanta gente? ¿Yo? ¿El prescindible?
Puf ... qué carga moral.
...
Puf ... miércoles noche ... ¿qué tal el Kinépolis? ¿demasiada cerveza en el cuerpo, Mario? (jajaja).

3 comentarios:

  1. T'ha costat aprendre això: totes influïm amb la resta de gent amb qui entropessem, per bé o per mal, caiga qui caiga ... si no forem, no haguérem influenciat i moltes coses no serien mai.

    Veig que et vas fent major, FELICITATS :D

    Salut, Myrtus

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  2. No m'ha costat. Ja ho sabia. Però no em crec això del karma. Ni per a bé ni per a mal.
    Em vaig quedar impactat que un xicon que no arribaria a 25 anys em preguntara per una anécdota de fa quasi 13. Em paregué impressionant. Total perquè aquell dia va jugar amb dos adults i que un d'ells fóra jo. Ja veus.
    I que es recordara de coses que jo quasi no recordava. Encara que això és més habitual, crec.
    No té més importància, però encara li estic pegant voltes i fa ja uns dies (jajaja).

    Però sí ... m'estaré fent vell, que no madurant.
    Gràcies.

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  3. Anda empieza a pensar en tener un hij@...jejejee

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