viernes, 30 de noviembre de 2012

32ª Maratón Divina Pastora Valencia. FINISHER

El pasado 18 de noviembre conseguí terminar la maratón de Valencia 2012.
Como lo oís. No, yo tampoco me lo creo todavía (jajaja).
Y pensar que esto de correr lo abandoné hace años (muchos) y que me he vuelto a reenganchar con la orientación en estos últimos tres años. Parece imposible (jajaja).

Estoy contento. Desde hace más de una semana floto a medio palmo del suelo y tengo una sonrisa de oreja a oreja. A pesar de todo lo que está cayendo alrededor. Me encanta.

El año pasado corrí mi primera media maratón por asfalto, casi de casualidad, y este año me piqué con Julio, que tenía muchas ganas de hacer un maratón. Cuando supe que se había apuntado, allá por abril, me quiso picar, pero ni siquiera me lo planteé. Me dió la risa: ¿asfalto yo?.
Después me entró el gusanillo, le dí algunas vueltas, me asaltaron las dudas y, a final del verano, Loli me comentó la posiblidad de hacerla con la UPV. Pensé que podría ser un reto interesante y empecé a prepararme a mediados de septiembre. ¿Qué podía perder?.
En dos meses justitos y siguiendo el plan de entrenamiento que me propusieron, he conseguido mejorar físicamente hasta un punto que no me lo hubiera jamás imaginado. Aunque el planning no lo he seguido exactamente al pie de la letra, sí he sido muy constante, con muchas horas de entrenamiento y creo que ya me puedo considerar otro "Juanxo's boy".

Conseguí terminarla en 4:06:51 de tiempo real, bajando así de los 4:15:00 que me había propuesto, pero sin llegar a alcanzar los ansiados 4:00:00. No pudo ser.


En el km 18 me encontré con Miguel Ángel, uno de los compañeros del pádel, que me acompañó a su manera, con la bicicleta, dando ánimos en todo momento, sorteando los muchos obstáculos de público y policía local para impedírselo. Gracias por estar ahí. No hubiera sido igual sin tí (jejeje).
Desde el comienzo de la carrera hasta casi el km 25 parecía que me comería el mundo. Llevaba un ritmo suelto, cómodo, por debajo de 5:30 min/km. ¡Iba a conseguir bajar de 4 horas!. Las sensaciones eran tan buenas, que tenía una lágrima constante en el ojo izquierdo, de la emoción, y la piel erizada. Simplemente brutal.
En la Alameda (km 30) me dieron la segunda alegría del día, cuando encontré a Pilar correteando a mi lado, casi más emocionada que yo, con la cámara de fotos en ristre. Gracias por todo. Así da gusto (jajaja).

Sin embargo, todavía no había llegado al "muro" y era consciente de ello. Éste se me apareció alrededor del km 33 y pico, algo antes de la avenida del Tarongers. Sabía que tenía que ocurrir y aguanté el tipo, sin parar, pero me obligó a bajar el ritmo.
Pero la parte que más me impactó fue a partir del km 35. A mi alrededor no veía más que "cadáveres" que me llenaban de profundo dolor ajeno e impotencia: gente con calambres, desmayos, deshidratados, vomitando ... Hubiera parado a ayudarles a todos, pero sabía que tenía que seguir.
De los dos últimos kilómetros recuerdo poca cosa. Intenté parar en el avituallamiento del km 40, para beber con comodidad y tuve que ponerme en marcha rápidamente porque se me querían montar los gemelos. Mal rollo. Después tengo algunas imágenes sueltas y difusas: la gente, los aplausos, el ruido, pero yo sólo veía delante, en túnel, al límite de mi cabezonería.
No fuí consciente que había terminado hasta pasados varios minutos, ya en la zona de meta. Me vine abajo abrumado por las emociones. No sabría explicarlo. Muy bonito (snif).

Correr un maratón por asfalto ha resultado una experiencia muy gratificante. Tanto los meses de antes, como durante la prueba, como los días de después de la carrera. Todos ellos han sido especiales. Mucho trabajo, esfuerzo y constancia. Acabar para mí lo era todo y hacerlo bien física y mentalmente un lujo que no sabía si estaría a mi alcance.
Creo que todo esto me ha ayudado a conocerme un poco más y espero que a mejorar un poquito. Os recomiendo la experiencia.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena Mario!. Tienes que estar realmente orgulloso y contento. Superar el "muro" tiene que ser una lucha mental y física bastante dura. Saludos.

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    1. Gracias, David
      Si tienes la posibilidad de hacer algo así, te lo recomiendo.
      No es sólo sentirse orgulloso de uno mismo, es el conjunto de las muchas sensaciones personales, físicas y anímicas, buenas y malas, pero que al final resultan muy gratificantes y reconfortantes.
      La satisfacción que produce no es inmediata, va consolidándose con el tiempo.
      Si lo intentara, no sé si sabría explicarlo, pero vale la pena.

      Disculpa no haberte respondido antes.
      Un saludo.

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