El fin de semana del 7 y 8 de mayo estrenamos una prueba de liga nacional O-Pie en Teruel, en concreto en la comarca del Jiloca, en las poblaciones de Calamocha, Monreal del Campo y en la pedanía de Luco de Jiloca.
Es la 4ª prueba de la liga española y la última hasta después del verano, que el calor ha empezado a apretar. Hay que aprovechar, que esto se acaba (jejeje).
El terreno es variadito, pero nuevamente muy alejado de los secarrales y áridas lomas pedregosos del sureste ibérico. Otra prueba para disfrutar. Llevo las pilas a tope.
Prueba intermedia.
El sábado se celebra la prueba "intermedia", delicado eufemismo para encubrir una prueba de larga distancia, porque de media no tiene nada (jajaja). Nos han reservado la de "larga" para el domingo. Veremos cómo volvemos a casa (glups).
La zona elegida es en Monreal del Campo, en una serie de lomas repobladas con pinos y alternadas con carrascas en monte bajo, fácilmente detectables en el mapa, gracias al sistema del "punto gordo verde". Infalible.
Hacia los extremos del mapa, el pinar da paso a un denso carrascal con algún roble. Hay pocas piedras y sólo algunos muretes sirven de referencias claras.
Total, resumiendo, que me enredo: un pinar blanco, sobre suaves lomas ... una invitación a correr y al desmelene. Lástima que la velocidad no sea lo mío. Concentración máxima y ritmo, esa serán las claves para mantener la dignidad (si puedo, claro) (jajaja).
En H35A nos preparan 7,51 Km y +255 m de desnivel. Con que "intermedia", ¿eh? (juas!).
En los primeros controles las cosas van bien. Incluso con algún parcial interesante. Consigo ponerme entre los 30 primeros, pero un error fatal en c7, en el que vago sin control arriba y abajo por una cañada entre pinar y carrascal, me hace perder unos 20 minutos (casi ná!). No encuentro referencias claras y no sé qué piedras están pintadas y cuáles no. Me desespero, costándome una pérdida importante de concentración, cometiendo otro pequeño error en la salida, en c8.
Consigo recuperar tiempo y meterme en mapa en los siguientes controles hasta la ruta entre c14 y c15, en la que me encuentro a Carlos en una carrasca, picando en un control. Lo veo y paso de largo sin que me vea. Al cabo de un momento me alcanza (inevitable: es mucho más rápido que yo), justo en el momento que tenía que cambiar de rumbo. Me saluda, le saludo y cuando vuelvo a sumergirme en el mapa ... no tengo idea de dónde estoy. ¡Maldición! (jajaja). Nuevo error de 15 minutos. Me pasa por desconcentrarme. Luego me comentó que pensaba que necesitaba ayuda ... pero eso sería después, que ya no estabas (jajaja).
El remate llega en la salida de c19, en la que ya iba cocido y me voy a la que más cerca aparecía en el plano: el control 1 (noooo ... esa noooo!!!). Justo antes de picarlo, me doy cuenta y corrijo. 2 minutos más. Otro desastre (jajaja).
En el sprint me adelanta una corredora de categoría Élite, que me pasa como una exhalación y a la que soy incapaz de alcanzar (¡ahí va el Ebroooo!!).
Al final me han salido 11,42 Km y +520 m, completados en 2 horas, tres minutos y pico, a más de 75 minutos del primero. ¡Abusón! (jajaja).
Acabo el 44º de 51. Esta categoría me va a matar. Estoy rodeado de máquinas ... (snif)
Orienta-jamón
Estamos en Calamocha y no podía ser de otra manera. Nombrar este pueblo es sinónimo de jamón (ñam!), así que se han inventado una prueba en su honor: orientación semiurbana (modalidad sprint), con 1 relevo y nocturna, en la que se regalan paletillas. Sólo para los mejores, claro (jejeje).
Como podéis imaginar, ni me he apuntado. Motivos de sobra (sprint, urbana, ¿quién querría correr conmigo de pareja? y un alargado etcétera).
Como espectador, puedo comprobar que he elegido bien. Terreno confuso a la orilla del Jiloca, donde zarzas y ortigas recordaban a los corredores que existen polainas para las piernas y que nadie dijo que fuera sólo "urbana" (jajaja). Más de uno acaba pidiendo un "urbason" (¿tendrán, al fin, relación ambas palabras? ... jajaja).
Larga distancia
El domingo 8 nos desplazamos a la pedanía calamochina de Luco de Jiloca. Sus escasos 100 vecinos nos miran atónitos. ¡Cuánto ajetreo!. Somos más de 800 participantes. ¿Qué regalarán? (jejeje).
Cambio radical del terreno: más pendientes, más distancia, muchas vaguadas, mucho detalle, cambios constantes de vegetación ... No hay casi piedras y alternan los pinares de repoblación (algunos con una bonita alfombra de musgo) con carrascales y densos robledales. Todo ello sazonado a la rica salsa de una "escala 15.000" (glups). Esperemos no cagarla "demasiado".
Carrera muy técnica y muy física (8,83 Km y +495 m). La elección de ruta es fundamental.
La carrera sale regular, sin errores importantes, aunque con la poca velocidad habitual. Termino sin sensación de ahogo y adelantando en el sprint a un par de corredores (fantasmaaa!!).
Los pocos errores a destacar: c4 (mala elección de ruta, ya que el bosque blanco no era la mejor opción), c7 (?ruta adecuada? ... el parcial fue bueno, pero no estoy convencido), c8 (un barranco cuajado de cortados de tierra y piedra, difíciles de apreciar en mapa, que se me hace interminable y en el que me parece varias veces que me he pasado el control. Falta de autoconfianza), c11 (mala elección de ruta, casi seguro ... ¿no habría sido mejor ir hacia el este, buscando los cultivos? ayyysss), c14 (demasiada leña cerca) y c15 (paso a 5 metros y no la veo (jajaja)).
Me sale un recorrido de 12,35 Km y +725 m. Termino el 34º de 51, tardando 2 horas y 26 minutos en llegar a meta. No llego mal físicamente, aunque a más de 1 hora del primero. ¡Abusones!. Esto empieza a ser una tónica general a la que no me acostumbro (puf).
La verdad es que me ha encantado la zona y los mapas. Esta comarca ha sido una grata sorpresa. Un nuevo descubrimiento. Tendré que volver por aquí (jejeje).
jueves, 12 de mayo de 2011
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