Leyendo el Diario Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV) a la búsqueda de novedades interesantes y una resolución en concreto, me he encontrado con una joya. La publicación entera la podéis encontrar buceando un poco en el DOCV, puesto que es una fuente pública (diario oficial autonómico).
Resumen
En un colegio mayor de una universidad valenciana, un grupo de veteranos (alumnos que llevan más de un año en el mismo) encerraron en un patio interior a un grupo de novatos (alumnos nuevos en el colegio mayor).
A través de las ventanas superiores lanzaron agua, detergente, papel y otras porquerías a los novatos, como "broma". Aunque realmente este acto es para humillar a los nuevos, no contentos con eso, uno de ellos lanzó una mezcla, al parecer de diversos productos con un líquido fétido, con apariencia muy real de excremento, lo que alertó a los novatos y produjo la reacción y queja de éstos.
En el proceso, se estudia y depura la responsabilidad de los participantes, recayendo finalmente sobre uno de ellos y quedando absueltos el resto. Es interesante su lectura completa, ya que describe con pelos y señales el procedimiento seguido, resúmenes de las declaraciones, testigos, etc. Finaliza con una sanción de expulsión de 4 meses, a mi entender pobre.
En los muchos años que llevo leyendo el DOCV, es la primera vez que leo algo así y me ha llamado la atención.
Quizá una resolución de este tipo no debería salir publicada en el DOCV, con nombres y apellidos, por el perjuicio que podría suponer para los sancionados, que pueden ver vulneradas o condicionadas sus futuras aspiraciones personales, sociales, laborales e incluso políticas, por algo que hicieron en el pasado, cuando eran estudiantes, por un acto de inmadurez, de broma, quedando con un "sambenito" perpetuo por algo que hicieron.
Todos tenemos derecho al olvido. Incluso el peor delicuente, pasado un tiempo, tiene derecho a que el resto de ciudadanos no sepa que cometió un delito. La sociedad espera que exista un propósito de enmienda o rectificación, que las personas aprendan o, simplemente, maduren.
Sin embargo, curiosamente, la resolución de un procedimiento administrativo disciplinario ha acabado publicada en un diario oficial y queda allí, para la eternidad, y pudiendo ser accesible tanto en papel, como en formato digital.
Se me ocurren otros casos: no pagar denuncias de tráfico, impuestos, etc., publicados en diarios oficiales autonómicos, estatales o provinciales, con datos de personas reales, que pululan libremente en la red.
¿Se puede ejercer el derecho al olvido en la inmensidad virtual?. A veces es complicado.
Un debate jugoso e interesante, pero esto daría para un tema aparte y no tengo ganas de abundar más, sinceramente.
Vamos al tema ...
Sobre las novatadas
El asunto es delicado. Se trata de un acto de humillación y vejación a los novatos por parte de un grupo de alumnos que se creen con el derecho de ser "veteranos". Esta práctica, cada vez menos habitual, la han tenido que sufrir muchos estudiantes como una auténtica tortura; al hecho de desplazarse a ciudades y residencias distintas a su domicilio y entorno habituales, en un ambiente extraño y muy distinto al que habían visto antes (universidad), se le une, además, un proceso de bromas crueles e innecesarias por parte de los llamados veteranos.
Estos veteranos son personas que en su momento pasaron por las mismas visicitudes, pero que al cabo de un año o varios, pretenden tener derechos sobre los nuevos alumnos, ensañándose como lo hicieron antes con ellos, sometiéndolos a diversas y en ocasiones escalofriantes "bromas", a veces con resultados de graves daños físicos, además de los morales. Como no podía ser de otra manera, por lo general estos veteranos no son precisamente los estudiantes más destacados o aplicados, sino que suelen ser bastante mediocres. Digamos que de la parte baja "del montón".
Esta práctica está prohibida desde hace años, sin embargo, en algunos centros fue "tolerada" durante bastante tiempo. No me importa reconocer que en mi paso por las residencias universitarias de Albacete, fuí objeto de diversas "bromas, novatadas y chanzas", que las respectivas directoras consideraban "inocentes y sin malicia" y consentían a medias.
Recuerdo perfectamente que el primer año que fuí novato, vinieron a por nosotros el primer día de clase por la noche y nos hicieron formar en la sala común de la residencia. Todos en pijama, sin conocer a nadie. Nos obligaron a presentarnos uno a uno: nombre, de dónde éramos, qué estudiábamos y se reían de nuestros comentarios. Cada uno nos lo tomábamos a nuestra manera, pero hubo gente que se molestó bastante.
Durante semanas nos sometieron a una fuerte presión y nos pretendieron obligar a decir o hacer cosas que no queríamos. Decían que todo aquello, como en la mili, servía para curtir a las personas y que era "nuestra obligación como putos novatos". Menuda cutre-filosofía.
Si alguno, a título individual, se negaba a hacer lo que le decían (por ejemplo, en el comedor, recoger una mesa con los platos de 10 veteranos o hacerles la cama), lo iban a buscar por la noche al cuarto, le abrían la puerta, y lo paseaban por el jardín en pijama, le hacían la puñeta o no le dejaban dormir en toda la noche. A mí me deshincharon las ruedas de la bicicleta varias veces, cuestión que provocó que llegara tarde a clase más de una vez. A otro lo pusieron encima de una silla y le obligaban a decir la hora cada cierto tiempo, como si fuera un reloj de cu-cú.
A veces alguno se negaba a hacer lo que le ordenaban, pero el miedo por la incertidumbre de tener que enfrentarse con 8 ó 12 veteranos y sus consecuencias ejercía tal presión, que al final acaba por doblegar al más duro y no le quedaba más remedio que ceder, sometiéndose a la voluntad de sus maltratadores.
Os podría contar muchas de las novatadas a las que fuimos sometidos. Algunas reconozco que fueron incluso divertidas, pero que no dejaban de ser vejatorias y molestar a muchos compañeros que no querían dar gusto a los veteranos, simplemente "porque sí".
Al cabo de algo más de una semana, los novatos nos habíamos unido. Parecíamos un piquete. Nos negábamos a hacer las cosas que nos intentaban imponer. Por lo que pude entender, aquél fue el primer año que los novatos se rebotaban contra los veteranos.
Contra los veintitantos novatos que éramos, en grupo, no se atrevían a decirnos ni MU. Así que la estrategia empezó a formarse: nos negábamos en grupo a hacer las cosas que nos decían y cuanto más chulos se ponían los veteranos, más nos negábamos. Por la noche, todos nos manteníamos alerta para evitar estar solos y a la mínima sospecha, aparecíamos a cubrir al compañero acosado.
A alguno de nosotros nos amenazaron, verbalmente la mayoría de las veces, otras físicamente, y acabamos en dirección quejándonos. La directora, acostumbrada a estos "principios de curso", no quería que la sangre llegara al río y le quitaba hierro al asunto. Pero el caso se descontroló un poco y acabamos con amenazarla en presentar una queja en la delegación de educación del gobierno autonómico o en el rectorado si las presiones no cesaban. Aquello la alarmó, porque veía frustrarse su carrera política por unos "putos novatos". Así que llamó la atención a los veteranos, que empezaron a reducir ligeramente su presión.
Aquella pesadilla duró algo más de 3 meses. Hasta las vacaciones de Navidad.
Evidentemente, hubo algún novato que acabó por rebotarse mucho más que el resto. Le acusaron de soberbia y chulería, pero el chaval no quería que abusasen o se burlasen de él. Siempre hay alguien que exige lo que le corresponde y termina por pagar el pato. Realmente lo tenían fichado y fueron directos a por él. A saco. No lo dejaron tranquilo ni a sol ni a sombra. Llegaron a las manos. Aquel chaval acabó mal: dejó la universidad, acabó muy mal de los nervios, se pegó con algún veterano, fue objeto de acoso, amenazas, coacciones, ... Yo estaba en el cuarto de al lado y a veces le oía llorar. Todo aquello le superó. Cada vez que me acuerdo de él, me sabe fatal. ¡Qué cabrones!.
Al año siguiente, los novatos del año anterior, ahora veteranos, nos negamos a seguir con aquella "tradición". Y obligamos al resto a no continuar con las vejaciones. Yo, además, al poco tiempo cambié de residencia y volví a ser "novato", a lo que me negué con tanta contundencia, que nadie fue capaz de llevarme la contraria. Estaba claro que algo había madurado y sabía qué podía tolerar y qué no de alguien que se creía con derecho sobre alguien desorientado y con miedo.
No sé si todavía se hará alguna cosa así en aquellas residencias universitarias. Espero que no. Yo hablo de mi experiencia a principios de los '90.
Así pues, después de leer la resolución que comentaba al principio de la entrada, me parece lamentable que estas cosas se hagan todavía. Es más, me parece lamentable que en la exposición de hechos se indique que "se realizó la tradicional broma de bienvenida denominada "pecera"". De lo cual se podria deducir que se consienten "bromas" en algunos colegios mayores, por "tradición".
Los hechos denunciados son por la supuesta utilización de excrementos, que luego resultaron ser producto de una mezcla inofensiva, es decir, por el exceso en la "broma", no por la "broma", en sí, que es, como ya he descatado, considerada como "tradicional".
Por simple que sea esta "broma", no deja de ser una novatada y, por tanto una humillación o vejación a sus compañeros "novatos". No debe consentirse en ningún caso.
A mí no me la harían, eso lo tengo claro. Por encima de mi cadáver.
Para colmo, la sanción impuesta consiste en la expulsión por un total de 4 meses, tanto del colegio mayor como de la Universitat y perder las becas de esa universidad durante ese tiempo.
A mi entender, la persona sancionada debía saber perfectamente lo que estaba haciendo y me parece un acto de prepotencia y de mala educación sin medida. Los 4 meses de expulsión me parecen totalmente insuficientes por unos actos que seguramente dañaron moralmente a quienes los parecieron. Totalmente insuficientes. Quizá así se dé cuenta de la dimensión de sus hechos.
Además, no me parece justo que el resto de veteranos que participaron en la broma queden impunes. ¿Acaso no jalearon y animaron con sus propios actos a que el único sancionado se luciera, aumentando su exceso? Seguramente, preparó a conciencia la broma para poder destacarse del resto, como el más "guay" de todos. ¡Ha nacido un hombre nuevo!.
Evidentemente, creo que todos ellos tienen parte de culpa por participar en la "pecera", que por lo que se describe como "tradicional broma", no deja de ser una novatada.
Creo que las novatadas son repugnantes y como tales, deben ser terminantemente prohibidas, independientemente del ámbito donde se realicen. ¿Con qué derecho un grupo de personas ejerce un dominio físico o moral sobre el resto?. Ninguna universidad debe consentir estas prácticas y menos dentro de sus propias instalaciones.
Si los veteranos hubieran sido hombres y los novatos mujeres ... otro gallo nos cantaría. Entonces la prensa saltaría indignada hablando de discriminación, abuso, maltrato, etc. Como no es el caso, el impacto es mínimo. Casi inexistente.
A los que vais de "veteranos": me dais asco. Deberíais ser compañeros y auténticos mentores de la gente novata. ¿Acaso os gustó que os trataran como novatos y por eso tenéis la necesidad de repetir lo que os hicieron? ¿No hubiera sido más bonito que alguien "veterano", os acompañara a la facultad, que os enseñara las aulas, las instalaciones, la biblioteca, os comentara qué asignaturas són más hueso, dónde estaba el comedor, el bar, los pubs para salir de noche, ...? ¿Es necesario humillar a las personas para que maduren? ¿Es que vosotros habéis madurado?.
Entrada actualizada el 2-mayo-2012: Esta entrada ha sido modificada, omitiendo cualquier dato personal. No se pretende, ni se ha pretendido identificar a nadie en este artículo y tan sólo se comenta un incidente a todas luces lamentable y sin sentido. En este caso, nos interesa el qué, no el quién.
Por tanto, el contenido actual no coincide con la entrada original, que suponemos circulará por la red hasta que la caché de los principales buscadores la terminen por suprimir.
Añadir que existe una asociación denominada "no más novatadas" (nomasnovatadas@hotmail.es), para quien quiera denunciar este tipo de prácticas abusivas y despreciables. Hay mucha información en internet al respecto. Es un tema muy grave y que merece toda la crítica y repudio social posible.
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ResponderEliminarPues me parece poco lo que le hicieron a este individuo. Todos sabemos cómo cada dia escuchamos tristes noticias sobre "bulling" que provocan toda suerte de daños psicológicos. Sólo que en este caso, me parece más grave todavía, pues los "ball-touchers" tienen ya los webs negros y por tanto, no solamente una responsabilidad académica, sino también penal. La suerte que habrá tenido este señor es que nadie le haya puesto una denuncia porque de lo contrario, habría estado a lo dispuesto en el Código Penal ("El que infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años").. La pena, probablemente en su tramo superior por ser hechos con publicidad, alevosía y premeditación. Los daños morales podrían haberle costado también una buena suma económica...
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