El viernes pasado, 8 de abril, sufríamos unas de las olas de calor más importantes de este año. Una implacable masa de aire caliente sahariano, que disparó las temperaturas unos 10 ºC por encima de la media habitual. Una barbaridad.
Yo tenía mono de salir a hacer algo: 4 días seguidos con bronquitis me incomodaban bastante, así que empecé a preparar "algo" sobre un mapa. Quería hacer una ruta que tenía buena pinta, que había visto a tramos y que sobre el papel parecía una buena idea para entrenar un poco y seguir cogiendo fondo.
No conseguí convencer a Paco Zen, ni a Javi, ni a nadie y me tocó ir solo. Empezaba mal el tema.
Así, con un mapa impreso, muchas ganas y un calor de muerte (unos 32ºC), me planté a las 15:09 en la báscula de Pedralba. Para afirmar más mi tontería, llevaba medio litro de agua y un paquete de rosquilletas en el estómago desde mitad de mañana. Claramente insuficientes, visto lo visto.
La ruta muy bonita desde casi el principio. El río siempre cerca, con buenos paisajes, bastantes árboles y muchas zonas de baño. Lástima que La Pea se quemara hace unos años, aunque va recuperando el color verde, pero ya sin árboles grandes, claro.
Me entretuve buscando caminos y sendas durante todo el recorrido, ya que no terminaban que estar dibujadas en el mapa y tan sólo se adivinaban en las ortofotos. Tuve que andar y desandar muchas veces para buscar un recorrido adecuado.
Los primeros kilómetros los pasé tosiendo y escupiendo mocos de la dichosa bronquitis. A veces parecía que iba a ahogarme. Sigo con la falsa idea del "o me curo o reviento" (jajaja).
Todo iba bien hasta el kilómetro 10, cerca ya del badén inundable que cruza el Turia a la altura de la central eléctrica de La Pea. Es la primera parada seria para coger aire y descansar un poco. Empezaba a encontrarme mal y los mocos del pecho, junto al calor, no ayudaban.
Intenté bajar el ritmo y alternar caminar con correr, pero acabé echando los higadillos por la boca, con una constante necesidad de orinar, aunque no salía nada, con mareos y malestar general. Hacía paradas con frecuencia y todavía recuperaba con rapidez las pulsaciones.
A un par de kilómetros del final, ya no podía trotar y me limitaba a caminar. Notaba que llevaba un par de buenas ampollas en los pies, que iba de un lado a otro lado, dando tumbos, y que me costaba fijar la vista. Llegué a tener miedo.
Al llegar al final, me fuí directo al bar a tomarme medio litro de agua y más de un litro de Coca-cola. Estuve mareado toda la tarde hasta pasadas unas 4 horas (puf ... malament).
Ahora, reflexionando, me doy cuenta que he estado a punto de sufrir un golpe de calor y que llevaba una fuerte hipoglucemia.
Definitivamente: hoy no era un buen día para salir y, para colmo, me ha salido más distancia de la prevista. Yo no quería hacer tanto (jajaja).
Mejor pensar en organizar estas cosas para las 6:00 de la mañana, que casi es de día y hace fresco ... o en invierno (snif).
Me han salido 19,8 Km y unos +480 m de desnivel, que he completado en 2 horas y 45 minutos en movimiento, sin contar descansos. Un desastre. El track aquí.
Uno de mis ídolos, Forrest Gump, decía que "tonto es el que hace tonterías" y que "a veces hacemos cosas que no tienen sentido".
Bueno, pues siguiendo estos dos principios básicos y viendo la enorme tontería que os acabo de contar, me reitero en mi tesis inicial: soy tonto o un completo imprudente.
¡Tened cuidado y no hagáis lo que yo, niños!. Os lo dice Coco.
Ahora me explico lo que te sucedió el pasado domingo 17 de abril en la prueba de la Liga autonómica de Orientación en Biar. Todavía parece que estás afectado(jeje). Un saludo.
ResponderEliminarJajaja ... encima recochineo ...
ResponderEliminarEn el CEO no pasará lo mismo. La lluvia me inspira.
Prepárate para sufrir unas cuantas carreras bajo la lluvia!
Ah! ... no ponía la temperatura a la que salí, así que he tenido que editar la entrada.
ResponderEliminar32ºC no es cualquier cosa ... puf