El miércoles 7 de abril pasé por quirófano en lo que creí que sería una operación rutinaria. Me citaron para quitarme un nevus (un lunar) bastante grande en la zona lumbar derecha. No tenía mayor importancia, pero parece ser que tenía un bulto dentro y la dermatóloga quiso curarse en salud, para evitar "futuras complicaciones".
Yo esperaba una intervención de tipo ambulatorio, con nitrógeno o así. Pero no: quirófano en toda regla, rodeado de personal vestido de verde y dos cirujanos para mí sólo. Impresionante.
Lo único que me resultó desagradable de la operación fue la anestesia local, que me la pusieron con una aguja pinchando directamente en la espalda. Supongo que lidocaína.
Yo quería ver lo que hacían, pero al estar tumbado boca abajo, no podía ser.
Una vez superados los pinchazos, ya no me enteré de casi nada: notaba los dedos que me correteaban la espalda y la presión sobre la carne para realizar la operación, así como el frío del instrumental. Una nueva y extraña experiencia, que para relajarme fuí asociando a un simple masaje en la espalda, de forma que casi me duermo en la mesa mientras me cosían (jejeje).
Me retiraron un quiste del tamaño de una bellota, al parecer encapsulado, del que ya me pasarán el resultado de la biopsia. El cirujano confirmaba con cierta sorna que hacía falta operarlo y que tenía "buena pinta". Luego me dieron puntos por dentro y por fuera.
Así que fuí al hospital pensando en una intervención ligera y he acabado teniendo que pedir la baja durante una semana, por precaución y para evitar que se pudieran abrir los puntos de algún mal movimiento, de un esfuerzo espontáneo o del mismo traqueteo del coche.
Semana que he pasado intentando encontrar la forma de tumbarme para dormir y de sentarme correctamente, que la cicatriz dolía a la mínima.
Una semana que he pasado quieto en casa, inquieto, nervioso, devorado por la inactividad, como una fiera enjaulada, caminando cuanto era posible, pero sin poder hacer nada más (puf).
Este viernes me incorporé a trabajar otra vez y ayer, midiendo por el monte, me pegaron los puntos un par de tirones. Nada grave.
Otra cicatriz para el futuro. Otra heridilla de guerra, como la de la mano derecha. Esta vez, sin fotos.
Esta mañana (21 de abril) me han quitado la mitad de los puntos. Mañana el resto. Vuelvo a estar libre para "mis cositas", aunque con prudencia.
Me voy a correr un rato, que hace una tarde estupenda y habrá que recuperar el tiempo perdido.
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Després de la PRUDÈNCIA et vas a córrer, jajajajaja
ResponderEliminarMillorat ;)
Salut, Myrtus
Ja saps que no tinc remei.
ResponderEliminarCrec que no puc evitar ser així d'impulsiu i prudent alhora. Potser massa incoherent, també.
Quan actualitze el blog veuràs que he fet alguna coseta més i amb menys trellat encara (jajaja).
Salut i força.