lunes, 4 de julio de 2011

Barranco de la Cueva del Cabrito y Estrechos del Balcés

Seguimos barranqueando desde que se acabó la temporada de orientación. Y cada vez me gusta más.
Este fin de semana pasado me he escapado a la Sierra de Guara. Ya tocaba.
He quedado con la gente del Espeleoclub de Vila-real, con los que empiezo a coincidir bastante (jejeje).
Marzo, Vicky, Paco, Pasqui y Carmentxu se fueron hace unos días y les ha dado tiempo a hacer varios barrancos, entre ellos el Mascún completo, que se me quiere resistir. Esta vez no lo haré (snif). Al final, lo reservaré para hacerlo con Cèsar (jajaja).
La base de operaciones la han instalado en un bungalow en el camping El Puente, en Rodellar (Huesca).
El viernes por la tarde salimos Salva, Pilar y Mario para incorporarnos al grupo.

Con la idea de entrar en la sierra con el depósito lleno de combustible, llegando a Abiego, decidí acercarme a Alquézar, donde sé que había una gasolinera. Lo que no sabía es que cerraban a las 19:30, por lo que tocó volverse a Barbastro para repostar. Encontramos una, pero acababan de cerrar (¿también?). Así que, buscando, a la tercera llegó la vencida en un surtidor automático en un centro comercial cerca del hospital. Eran las 22:45 y a esas horas está todo cerrado por aquí (puf).
Con el depósito ya lleno, volvemos otra vez a Abiego.
La tontería del combutible, por mi mala previsión, han supuesto 65 Km de recorrido extra y más de una hora de carretera (jajaja).
Llegamos al camping rendidos. Casi no tengo hambre y me muero de sueño. Me duermo en el sofá mientras se discute cuál será el barranco del sábado.

El sábado 2 de julio salimos a hacer el barranco de la Cueva del Cabrito, que combinaremos con los Estrechos del río Balcés.
Necesita combinar dos coches. El primero en la cabecera, junto a la carretera entre Bierge y Rodellar y bajo una carrasca de gran porte. El segundo, en un rellano, junto al puente que cruza el río Balcés, antes de llegar a Alberuela de la Liena desde Bierge.
Es un barranco seco sobre conglomerados, que tiene algunas pozas con agua, estancada de hace unos días y alguna zona con más agua hacia el tramo final.
Tiene muchos estrechos sinuosos, por los que para progresar hay que arrastrar la saca y pasar de perfil. La gente voluminosa puede tener problemas, ya que es fácil atascarse, pero a mí me resulta muy divertido (jejeje).
En algún tramo, los estrechos son tan profundos, que han excavado auténticas cavidades, con salas que parecen cuevas de lo oscuras y frescas que resultan. Es muy espectacular y realmente bonito.
Desembocamos, tras un paso en oposición algo delicado, en el río Balcés. Almorzamos y empezamos a descenderlo.

El río no tiene ninguna dificultad. Estamos debajo de los famosos Oscuros del Balcés y no hay rápeles, ni caos, ni destrepes. Tampoco tiene rápidos. Son los Estrechos del Balcés. Mucha badina que hay que pasar a nado, bastante agua y estrechos interesantes sobre conglomerados y caliza, sin posibilidad de escape. Este segundo tramo es muy bonito también, aunque a alguno de mis compis, se le hizo algo largo y tedioso. A mí me encantó (jejeje).
A mitad de camino encontramos, además de varios ratones ahogados, varias arañas descomunales y tres culebrillas de agua, un corzo muerto, que desprendía un fuerte olor a podrido. Menos mal que nos dimos cuenta, pues parecía una hermosa roca sobre la que apoyarse y así estuvo a punto de hacerlo una compañera despistada (jajaja).

El domingo 3 de julio a las 6:00 descarga una fuerte tormenta sobre el camping. Teníamos previsto levantarnos a las 7:00, para meternos en otro barranco, pero la gente decide dejar el tema del barranquismo por hoy. A mí me parece que hasta la tarde no lloverá y que es muy poco lo que ha llovido, pero parece que no hay ganas de más y no puedo irme solo (¡maldición!).
Con pesar, recogemos las cosas. Esto me sabe a poco (snif).
Emprendemos con pereza la vuelta a casa a eso de las 12:30.
Visita a la monumental población de Alquézar, en la que no podemos visitar por dentro la colegiata. Hemos llegado tarde.
Volviendo para casa, paramos en el magnífico Reial Monasteri de Santa Maria de Poblet, que por 15 minutos no podemos visitar por dentro (uyssss ... por pocooo ... again ... jajaja). Lástima.
Y ... sorpresa: allí coincidimos con Jordi Pujol, al que las awelicas de una excursión asaltan para hacerse una foto, como harían con cualquier otra curiosidad turística local más (uyys ... què macu ... dos petons, bonic!). Alguna no tiene claro quién es (... i qui és? el Mas?) (jajaja). Nos reímos con ganas y me sorprende la actitud paciente y estoica de este señor, dejándose querer y fotografiar (jajaja).
Otra parada en Montblanc (Tarragona). Bonito pueblo amurallado con un interesante casco antiguo. Aquí coincidimos con el 38ª Aplec de la Sardana de Montblanc. Qué casualidad. Fiesta y baile en la Plaça Major, llena de gente. Música, gran ambiente y gente danzando alegremente.
No parece fácil este baile, aunque hay quien lo estudia, analizándolo con curiosidad (uno, dos ... mira, es una composición de 10 pasos y vuelta ... ahora cambio ... ¿cómo? ... ¿salto? ... ¿eing?) (jajaja). La cuestión parece que consiste en no moverse "demasiado" de la rajoleta que te toque, aunque no parece tan fácil. ¿Qué?, ¿nos animamos a bailarlo? (jajaja).
Merienda rápida y vermut casero que disfruto con ganas. Al menos, este momento me compensa la ausencia de actividad matinal (jejeje).

Quiero más. Mucho más ... Hay que volver a Guara ... ¡y pronto! (jajaja)

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