miércoles, 1 de septiembre de 2010

Horas

No he desaparecido, no os lo creais.
Mi vida se ha llenado en estos últimos días de algunos acontecimientos impactantes que me han marcado profundamente. Así, de forma inesperada.
Es una de esas escasas ocasiones en las que uno vive las situaciones con intensidad, con la clara sensación que serán días para recordar en un futuro, que marcarán un momento a destacar en nuestra vida, un antes y un después.
Estoy seguro que así será.

Pero ahora no tengo ganas de entrar en detalles. Sólo quería hacer un comentario breve en el blog, para haceros saber que estoy bien, gracias. Tan sólo os ruego que no os preocupéis tanto por mí. Ya sabéis que soy prescindible (jejeje).

A veces, en muy pocas ocasiones, los astros se conjuran para mostrarnos ingenio, belleza y derroche de cualidades.
Cuando la casualidad, el momento y el lugar se cogen de la mano, surgen como de la nada, ofreciéndose generosos, algunos momentos únicos e imperecederos.
Entonces todo parece detenerse y sólo nos queda disfrutar del pasar lánguido de las horas para vivir intensamente esos instantes extraordinarios, sabedores de que nunca volverán.
Hay que dejarse llevar sin preguntar el destino. Ése ya se manifestará a lo largo del camino.

Con esta entrada quiero dejar testimonio público de que esos momentos existen. Que resultan efímeros, pero existen. Tan sólo es saber esperar y se generan espontáneamente, por la invisible mano de la diosa Fortuna, como por arte de magia.
Como diría Bruce Lee: "be water, my friend" (la entrevista completa en este vídeo en 3 partes parte 1, parte 2 y parte 3).


1 comentario:

  1. Ya cantaba Homero, en su gran Odisea, cuál es el peligro del marinero...
    Ulises, héroe de tumultuosas aventuras, que regresaba a casa, a su deseada Itaca, tras la guerra de Troya...y pasó por una isla.
    La isla de las hijas de Calíope,la musa de la poesía, cuyo canto embriagador llevaba a los marineros a la perdición. Y a pesar del peligro no quiso renunciar a escuchar el canto de las sirenas.
    Mi querido amigo Ulises, no habrá dirigido su nave hacia los arrecifes? Guárdese de las sirenas, que le engatusarán con su canto...aunque si no dispone de lira y navega solo, no le habrán atado al mástil y ya sin solución...tan sólo le queda disfrutar del canto...be water my friend...nade y llegue hasta la orilla.
    Guárdese de las sirenas quinceañeras...pero aún así, evite lo mejor, y piérdase en lo bueno.
    Navegue my friend y cante con las sirenas.

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