Ahora quedaría responder la pregunta que seguramente acabáis de haceros: "... ¿y dónde dices que has subido?" (jajaja).
El Ben Nevis (en gaélico Beinn Nibheis, [peˈɲivəʃ]) es el pico más alto de las islas británicas y se encuentra en Escocia.
No es muy alto para lo que estamos acostumbrados por aquí, porque tan sólo tiene 1.344 metros, pero para los hijos de la Gran Bretaña es su Everest particular. Todo un símbolo. Y están muy orgullosos de él. De hecho, en verano hay un peregrinar incesante de intrépidos montañeros que se acercan para intentar subirla. Y para muchos de ellos será la montaña más alta que suban en toda su vida. Quizá la única. ¿No resulta conmovedor?.
Como cualquier montaña que se precie, su altura o tamaño no es la parte que realmente importa, sino su carácter, su forma de ser, su capacidad de fascinar o de inquietar. Ya me entendéis. Esta es de las que parece invitarte a que la subas. Te reta. Se ve que tiene carácter y además lo tiene muy cambiante, con algo de genio, pero ofrece buenas vistas si el tiempo acompaña.
En la latitud en la que se encuentra, por encima de los 56º Norte y próxima a la costa occidental de Escocia, tiene un clima muy inestable y variable. De hecho, en un mismo día puede cambiar el tiempo varias veces.
Tiene una precipitación media de más de 4.350 mm y es fácil registrar temperaturas bajo cero en su cumbre en pleno verano. De hecho, es una de las montañas con más accidentes registrados de todo el Reino Unido. Quizá porque es una de las más frecuentadas.
Pues bien, el pasado 15 de agosto mientras disfrutaba de unos días por Escocia, me subí esta hermosa montaña desde el parking que hay al pie, a un par de kilómetros de Fort William (acceso perfectamente señalizado).
A las 14:45 llegamos al parking, que tiene un Pay & Display (estacionamiento tipo zona azul) que vale unas 3 libras.
Dejamos el coche y nos acercamos a un gran centro de interpretación sobre esta montaña que hay al pie. Me encanta cómo está todo de preparado en este país.
En él, un servicio de "rangers", formado por voluntarios, nos informa de las condiciones meteorológicas en el recorrido, de su posible evolución y nos explican el recorrido, ayudados por un mapa topográfico. Nos dicen que 8 horas y que debemos llevar calzado adecuado, ropa de abrigo, chubasquero ... ¿tan mala pinta tenemos?. La conclusión es que son prudentes y saben que viene mucha gente a preguntar que no está preparada para la montaña.
A las 15:10 salimos para arriba. Empezamos casi a nivel del mar. Subida pronunciada a ratos sobre un sendero de más de 1 metro de anchura, en muchos tramos empedrado, cuajado de gente de todo tipo y condición. Me impongo un ritmo medio-alto, pero constante. Cómodo. No hay prisa, aunque me ha picado lo de las 8 horas. Pronto empieza a llover.
A partir de los 800 metros, una gruesa capa de nubes lo tapa todo. Las piedras empiezan a aparecer desnudas de verde y se empiezan a ver tímidamente los primeros líquenes aquí y allá. Dentro de la nube, la humedad se dispara y la temperatura empieza a bajar rápidamente. Sopla algo de viento y la lluvia a veces viene horizontal. Al cabo de un rato, tengo que quitarme las gafas, pues no hay visibilidad a más de 25 metros y las llevo empañadas de forma permanente. Dichosa humedad (jejeje).
Grandes montones de piedras (cairns) nos permiten orientarnos entre las nubes. Hacemos cumbre a las 17:50. En el pico se ve poco. Imposible distinguir algo a más de 25 metros. Fotos en el vértice geodésico y ruinas de lo que fue un observatorio meteorológico. Estamos por debajo de 6ºC y la sensación térmica es bajo cero. Tengo insensibilidad en los dedos. Principio de hipotermia. Y yo que me reía de los guantes (¡juas!).
Iniciamos descenso 20 minutos más tarde. Llegamos al coche a las 19:51. Objetivo cumplido: menos de 8 horas (jajaja)
La ruta son unos 17,5 Km, con +1.350 m de desnivel. Nos ha costado 4 horas y 40 minutos, con 20 de "fotos" en cumbre.
La subida y bajada es por una senda perfectamente balizada. Sin posibilidad de pérdida. Una excursión muy bonita. Para repetirla.
La verdad es que me gustó, me dejó un buen sabor de boca y me alegró el día. Y mucho.
No llevaba el GPS, así que os paso este enlace, que tiene buena pinta.
Hola Mario,
ResponderEliminarMe he visto rápidamente atraído al leer Ben Nevis, yo estuve 3 años viviendo en Escocia y allí para ellos es como el aneto en los pirineos, jeje.
Tristemente cuando vivía por allí, no hacía mucho deporte. Aunque fue allí precisamente donde subí mi primera montaña, The Cobbler de unos 880m.
Ahora mirando atrás parece nada, pero allí como tu bien dices, las montañas tienen mucho carácter.
Por cierto, me añado en tu blog que tiene buena pinta.
Hola, Jose.
ResponderEliminarMe ha hecho gracia tu comentario, porque precisamente, la próxima crónica que estoy realizando es la de la ascensión al Cobbler, en los Trossachs. Otra montaña mágica que me gustó más que el Ben Nevis y que encontré casi de casualidad.
La montaña en Escocia tiene un no-sé-qué que hace que sea especial. Muy especial.
¡Hasta pronto! y gracias por el comentario.
Jejeje, que casualidad!! Estaré atento para leer tú la crónica del cobbler y si, las montañas allí tienen ese algo, que las hace especiales.
ResponderEliminarSaludos
Hola Mario,
ResponderEliminarSi llego a saber que andabas por estos lares te hubiera dado un toque (jeje) ya que estuve en el Loch Domond el día 16 de agosto si bien de ahí no pasé ya que me bajé hacía los Lowlands, espero volver por esta zona y tomo nota de tus excursiones.
Un saludo.
Hola, Pedro!
ResponderEliminarCuánto tiempo!.
Este año confieso que he echado de menos la Maratón-O. Me hubiera encantado volver a repetirla, pero ahora ... ¡¡a tope!!
Me alegro que te gustara Escocia y por poco no coincidimos. Por muy poco, pardiez.
Yo no bajé a las Lowlands. Me quedé más por la zona de las Highlands. Supongo que bastante distinta. Más al sur hay más bosque. No se puede estar en todos sitios, aunque me hubiera encantado coincidir (jejeje).
Nos vemos pronto. Supongo que en Petrer (jejeje).
Sí, nos hubiéramos asustado de vernos por allí. Demonios! demasiado pequeño el mundo! -hubiéramos pensado, jeje-. Pues sí nos vemos en Petrer. A ver que tal!. Yo estuve entrenando en el bosque de Sherwood en un circuito permanente, jaja. Fue graciosa la experiencia, tengo el mapa de recuerdo.
ResponderEliminarTe pasaré el enlace de por dónde estuve...
Hola, Pedro
ResponderEliminar¿Un circuito permanente? Qué chulo (jajaja).
En el Parque Nacional de los los Crain Gorms, encontré un par de balizas en el bosque y que quedé impactado. El sitio era perfecto.
El año que viene habrá que pensarse lo de apuntarse a los 6 días de Escocia de orientación, que este año se hizo en Oban y estuvieron unos conocidos míos del Valencia-O.
Tiene buena pinta
http://www.scottish6days.com/2011/
Hasta pronto!.