lunes, 16 de noviembre de 2009

Caminando por Enguera. Barranco del Gatillo.

Ayer estuve caminando un rato por Enguera. Ruta cortita y buena compañía.
Quedamos a las 8:30 en L'Alcúdia. Hacía algo de tiempo que no me juntaba con José Luís, Vicent y Elia. Es una excusa perfecta para hablar un poco y saber de cómo están los amigos.
Nada más llegar a Enguera había que entrar a almorzar en el sitio habitual. Visita obligada. Bocata de queso fresco frito con pimientos. Impresionante. Es una combinación perfecta para el paladar. Ñam. Distendida conversación. Al menos al principio, luego se enturbió un poco. Cosas que pasan.
Después, cargaditos de cerveza y con el clásico carajillo, nos dirigimos por la carretera de Casas de Benali hacia el punto de inicio de la ruta. Elia se excusa. No está con ánimos de caminar y prefiere quedarse dando una vuelta por el pueblo. Una pena.
El sendero es muy sencillito y el día delicioso. Hace incluso algo de calor.
El SLV 5, denominado "Barranco del Gatillo - Covarcho - La Venta", está bastante bien señalizado, con sus marcas verdes y blancas. El mayor aliciente es un gran abrigo pétreo, de unos 50 metros de longitud, enclavado en medio de un barranco umbrío y fresco, con mucha humedad ambiental y en el que es posible ver interesante vegetación asociada al carrascal subhúmedo, con sus enredaderas, palmitos, lentiscos, madroños, etc. Más información aquí.
La ruta es cortita, que todos tienen prisa por volver a comer pronto y al final nos salen sólo 8,2 Km y poco más de +150 m de desnivel. Me sabe a muy poco, pero es lo que hay. Ni he sudado. Suspiraré.

Comida en L'Alcúdia. Puchero con unos garbanzos que parecen mantequilla. ¡Qué ricos!.

Por la tarde, ya en casa, partidita de paddle a las 18:00 y poco más. Día extraño, testigo de malos entendidos, de noticias que no lo son tanto y de previsiones cumplidas.
Maldita intuición la mía. ¿Para qué demonios me servirá?. Suspiraré un poco más.

Hablando de intuición, el otro día una amiga me "acusó" de juzgar y analizar demasiado a la gente. Acusación sin malas intenciones ni mal rollo. Entre amigos. No quise darle mayor importancia, pero he estado estos días dándole vueltas al comentario.
Y sí, confieso que lo hago de forma sistemática. Creo que es un buen sistema de auto-protección, para saber de qué palo va cada uno y no dejar que se acerquen más de lo que deben a mi círculo más íntimo y personal. El sistema de "barreras perimetrales" al castillo. Me permite conocer a las personas y saber hasta dónde puedo dejar que se acerquen. Es una cuestión puramente práctica. Tampoco creo que sea tan grave. No me gusta que me hagan daño. ¿A quién le puede gustar?.
Aún así, demasiadas veces dejo que algunas personas entren donde no deben, ya que acaban haciendo de elefante/a en cristalería y no dejan casi nada sano. Pero son las menos. Es cuando meto la pata de mala manera y me equivoco. Pero las más acierto. Y cuando acierto, suelo evitarme pequeños traumas emocionales, poniendo a cada cual en el sitio que le corresponde.

Quizá debería confiar un poco más y bajar algo la guardia. Relajarme y dejarme llevar. Cosas de ser tan racional. Seguiré dándole vueltas al tema.
Lo dicho ... maldita intuición.

4 comentarios:

  1. seras racional en algunas áreas de tu vida por la experiencia, porque te leo muy emocional.
    Por cierto ya podías avisar cuando subes a Enguera, porque soy de Chella y encontre tu blog por otra ruta que hiciste allí. Me la apunto para ir con mis amig@s. Ya que a mí no me quieres incluir en tu círculo.jejejejejeje, juzgador antisocial

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  2. Y aquí ... ¿qué comentario se supone que debería hacer para responder? Juzgador antisocial ... ¡¡por Dios!!.
    Para un moro que maté, matamoros me llamaron.

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  3. jajaja... creo que te cambie el humor...no se te ve muy pinta de todo eso que dices... tienes frases pa to

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