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domingo, 24 de octubre de 2010

Corriendo por Chelva. Una de montaña.

Ayer, sábado 23 de octubre, me subí a Chelva a visitar a los amigos y entretenerme limpiando monte para la carrera por montaña que se celebrará el domingo 31 de octubre.

Hemos quedado a las 9:00 en la plaza de Chelva y el día parece que será espléndido.
Me sorprende al salir de casa, a eso de las 7:30, una luna llena a ras del horizonte radiante, muy iluminada, grande, redonda, inmensa, como hacía tiempo que no la veía. Me deja embelesado un buen rato. Es una grata compañía para la carretera.
Tras copioso almuerzo, que se prolonga más de lo debido (como siempre), subimos a la sierra Vicent, Mikel y Mario. Buen trío. Hoy limpiaremos del Pico hasta el Andariel. No está mal.
A eso de las 15:00 dejamos las máquinas tranquilas y volvemos a Chelva a comer. Yo diría que la senda ha quedado incluso demasiado limpia (jejeje).

A las 17:00 he quedado con Juan Maz, con el que he coincidido para almorzar, y la gente de Marchadores de Chelva (Houston y compañía) para correr un rato por el recorrido de la carrera. Ví la convocatoria en su blog el jueves pasado y me pareció una idea estupenda para completar la jornada: por la mañana desbrozadora y por la tarde a estirar un rato las piernas. Pregunto por Mozos, que esta vez no viene (lástima), pero el grupo parece agradable.
Para hacer las cosas más fáciles, subimos en coche hasta el Pico, desde donde volveremos al pueblo. La excusa es que la subida nos la conocemos de sobra (jajaja) y que así comprobamos cómo está el itinerario, pero en bajada, claro. Por eso me ha parecido perfecta la propuesta (jejeje).

Nos han salido casi 16 Km con +600 m y -1160 m de desnivel, para los que hemos necesitado 2 horas y 18 minutos, de los que casi 20 minutos han sido descansos y paradas para reagruparnos.
El ritmo no ha sido la parte más importante a destacar y, sorprendentemente, me he visto todo el rato tirando del grupo y esperando al personal. Ni me lo creía. Sólo la cuesta de El Arenal se me ha atragantado un poco (los 9 minutos y pico que me ha costado subirla, caminando, claro). (jejeje).
He acabado al sprint con Houston, bastante sobrado de fuerzas, con la sensación de poder haberlo hecho mucho más rápido sin problemas y una satisfacción personal inmensa. Estoy muy contento. Menudo fondo llevo ganado en poco tiempo.
Un día de estos tendré que hacerla completa, que podría caer en menos de 3 horas. ¿Tal vez 2:45:00?. Los hay que no valemos para más y lo asumimos con resignación (jejeje).
Pero eso será en otra ocasión.

Me hace gracia ... a estas alturas y yo con estos pelos (jajaja).


lunes, 13 de julio de 2009

El río Turia

Todavía no han terminado las obras, pero el cauce del río Turia entre Valencia y Vilamarxant está llena de gente (excursionistas, ciclistas, pescadores, jinetes, paseantes, voyeurs, quinquis, etc.). La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) se puso a rehabilitar su ribera hace bien poco. Estaba llena de cañas y vegetación. Daba miedo acercarse a ver el río. En cualquier recodo te podía salir alguien de entre las cañas y darte un susto. Intuías la presencia de gente al acecho, entre las sombras, con malas ideas.

Ahora todo es diferente. Es sorprendente cómo se ha llenado de gente. Pero lo que más me sorprende y alegra es ver cómo la gente cada día hace más deporte. Y parece que les gusta. Y no hablo del fútbol o del Tour en la tele. El Turia es ahora una "ruta del colesterol" para los vecinos de los pueblos ribereños. Hacen walking, running, footing y otras variedades. Alguno se atreve con la marcha nórdica (que los he visto). Otros pasean al perro, al caballo, a los niños ... Los más conversan sentados viendo pasar a la gente, mientras pescan o toman el sol. En algunos pueblos como Riba-roja, juraría que se ha convertido en una nueva modalidad para los jubilados, que se bajan a pasar la tarde al río. En cierta manera les entiendo: aire, movimiento de gente, deportistas ...

Yo he tenido la suerte de hacer varias veces el tramo entre La Canyada y Riba-roja. Unas 3 ó 4. Al principio intentábamos bajar por la finca de La Vallesa, por la zona del lago, pero pronto nos dimos cuenta que la ruta más rápida (y cómoda) era por la vía que baja al río paralela a la A-7. De ahí a Riba-roja es un paseo sencillito, por una pista de zahorra recién arreglada y que salva varias veces el cauce a través de "pasos provisionales", que son una serie de tubos de hormigón prefabricado con una capa de rodadura de zahorra. Estos pasos (que algún día se llevará el río) son más cómodos para las bicicletas que los exquisitos puentes de madera y además supongo que pueden resultar muy útiles para gestionar la zona una vez esté "en servicio" como paso para vigilancia, seguridad, control, incendios y emergencias, etc. Alguna vez he vuelto por L'Eliana, pero como hay que hacerlo por la carretera desde Riba-roja, me he visto mal entre el tráfico de cuatro ruedas y no creo que vuelva por allí.

Así pues, el Turia se ha convertido en un corredor verde por el que es posible moverse desde Vilamarxant hacia abajo, al cauce viejo del Turia (el jardín dentro de Valencia) y por carriles bici cruzar al puerto de Valencia desde la Ciudad de las Artes, para pasar a la Malvarrosa y acabar en la Marjal de Massalfassar. Es como una autopista para la bicicleta de oeste a este y viceversa. No está nada mal. ¿Habremos descubierto al fin otros medios de transporte distintos del coche o el metro, gracias a disponer de alternativas?.

Se me ocurre que desde cualquier punto en la costa, entre esta marjal y Port Saplaya, siempre con un poco de sentido de orientación, incluso se puede volver por la habilitada vía verde (antiguo ferrocarril) conocido como "Vía Xurra", que coincide con la llamada "Vía Augusta" (proyecto con mucho bombo al principio, del que no se ha vuelto a saber nada, por cierto), a través de alguno de los caminos que salen al mar, para cogerla en Albuixech, en Bonrepós i Mirambell, en Meliana o simplemente en Alboraia. Esta vía verde acaba en el cementerio de Vera, por lo que por la avenida de Aragón, se podría volver al cauce del Turia. Siempre por carril bici o caminos sin coches. Un día lo intentaremos a ver qué tal sale. ¿Alguien se anima?.

Os enlazo un artículo de El País que habla sobre el tema y me ha recordado este pequeño universo que nos han abierto. Tan cerca de Valencia. Tan próximo.

http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Hay/rio/ahi/fuera/elpepuespval/20090713elpval_5/Tes

miércoles, 29 de abril de 2009

La venganza de la palmera

En lo más profundo del jardín, allí donde la luz prácticamente no ilumina el parco césped, donde el verdín cubre el suelo y la humedad es perenne, se yergue altiva una palmera canaria. Abandonada durante años, sus hojas cuelgan lánguidas, cubriendo todo el cielo. Cada día, los pájaros pían y se arremolinan entre su cogollo, anunciando la caída de la tarde y presagiando la llegada de la noche. Su tronco muestra las cicatrices de alguna poda antigua, entre las que corretean las hormigas y reptan los gusanos. Sus racimos de dátiles amarillos dejan caer su fruto los día de viento, rociando el suelo de puntitos redondos, que crujen al pisarlos y que intentan camuflarse entre las piedrecillas blancas de mármol, al pie del porche.
Pues bien ... ayer me estrené como jardinero con esta palmera. En improvisado oficio de esta profesión, llena de placeres insospechados, emulando al auténtico artista de lo vegetal, decidí (no sin antes pedir autorización al ama por ausencia (P.A.) de la principal) podar la susodicha palmera. Todo empezó con la pértiga que traje para podar y vaciar un abeto precioso, que tenía varias ramas muertas dentro de la copa y que entiendo que es bueno eliminarlas, para que circule un poco el aire y no se acumule tanta humedad, evitando así favorecer el hongo de la negrilla que cubre las ramas inferiores, que seguramente está ahí por culpa de unos molestos pulgones.
La pértiga tenía unos 6 metros de longitud, con una sierra en la punta, y la faena cundió más de lo esperado. A continuación me giré y pensé ... ¿por qué no pasarse a la palmera? Pensaba que era posible que la pértiga funcionara también con las hojas de la palmera.
Sucintamente pregunté si podía y me dijeron que conforme. Así que nos pusimos manos a la obra. Hay que recordar que las hojas pesan bastante (unos 8 kg cada una) y que en la base cuentan con unas púas con las que hay que tener cuidado para no pincharse. Estuvimos toda la tarde para limpiarla. Total: unas 3 horas. Podamos las inflorescencias cargadas de dátiles, que pesaban más de 20 kg cada una y retiramos las hojas en grupos de 4 ó 5 al contenedor, girándolas previamente para poderlas transportar sin riesgo a pincharse.
A pesar de todas las precauciones y de vestir mono, botas, guantes, gafas, casco, etc, no pude evitar que una de las hojas, al caer, rebotara de la punta y me golpeara en las costillas, sin mayor perjuicio que un fuerte dolor, afortunadamente pasajero. Con otra de las hojas me pinché en el muslo derecho que tengo inflamado y que duele bastante. Parezco "el Pupas".
Hoy estoy rendido. Me duele hasta el pensamiento. Tengo dolorido el cuello, la espalda y los brazos. También el pinchazo de la pierna. Está claro que no hace falta ir al gimnasio si tienes una palmera que limpiar en el jardín. Lástima no tener fotos de cómo estaba antes y del resultado final, para comparar. Grave fallo.