martes, 5 de abril de 2011

Entre el dolor y el delirio

Entre el dolor y el delirio, busco una postura que me permita permanecer más tiempo del que a mí me gustaría en mi denostado sofá, estrecho por naturaleza. No sé ya cómo ponerme ni qué hacer y no quiero meterme otra vez en la cama.

Son las 18:50 y tengo 38 ºC de fiebre. No consigo que baje.
Malditos virus locuelos y promiscuos, que han decidido poseerme a su capricho. No he sabido resistirme. Parece que quieren quedarse unos días conmigo. Me deben haber cogido cariño. Hacía casi dos años que no me visitaban (jejeje).

A hacer puñetas los entrenes, las dos salidas a trotar por la sierra que tenía pensadas y tantas otras cosas en una primavera exultante que se muestra con descaro más allá de mi ventana. Imposible programar nada.
Ahora toca practicar el sillón-ball entre toses, náuseas y mareos. Puf.

Mientras encuentro la postura menos incómoda y manejo con desgana el mando a distancia, el sueño, los vapores de la somnolencia y el dolor generalizado me recuerdan que cada día me parezco más a un león enjaulado, deseoso de escapar. ¿Llegaré vivo al fin de semana?. Espero que sí.

Definitivamente, las fiestas de la Magdalena no me han sentado bien, a pesar de tan buenas compañías y una colla tan maja.
Me faltó acercarme al Vítol (jejeje). Magdalena festa plena, no?.
Encara que la festa la tinga jo ara per casa (snif).

5 comentarios:

  1. En esos casos, mejor la camita que el sofá, duele todo menos, a ponerse bueno, cúrate pronto!

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  2. Hola Mario espero que te recuperes lo antes posible para poder seguir disfrutando de la vida.
    Al fin de al cabo dos años sin virus no esta nada mal ya te tocaba jejeje.
    El fin de semana que viene seguro que ya estas listo para el combate.
    Saludos

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  3. Gracias por los comentarios y los ánimos.
    Espero que esto pase pronto y que el fin de semana me deje dar una vuelta rápida por algún sitio cerca de casa, que hay compromiso gastronómico y social a mediodía y el domingo carrera en Teruel.
    Porque, bien mirado, entre la agenda deportiva y el virus este, si tengo que elegir ... lo tengo claro (jajaja).
    Hasta pronto!.

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  4. No es la Magdalena, es el enfriamiento que sufriste al bailar tanto. No perdonaste una, bachatas, pasodobles, las de los triunfitos ¡hasta a la Carrá!!! ( y sobrio además!!!)

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  5. Encima cachondeo!
    Yo no era precisamente el que más bailaba, eh?
    Y aún hay quien vino a decirme que "no era bailongo". Menos mal, que si no, acabo con pulmonía (juas!)

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