domingo, 11 de octubre de 2009

Ascensión al Benicadell (1.104 m.) 11-oct-2009

Reconozco que soy cabezón. Cuando me propongo una cosa, puedo tardar una eternidad en conseguirla, pero al final la consigo.

Este ha sido el caso del Benicadell. Es una montaña emblemática entre las provincias de Valencia y Alicante. Digo emblemática no porque esté dentro de un espacio natural protegido, ni porque sea altísima, ni nada de eso, sino porque tiene todas las características para desear subirla: una ruta corta, con buena pendiente, en una umbría fresca y bajo paredes de piedra colosales, casi verticales. Para rematar, si las condiciones son buenas, las vistas son espectaculares.
Hace casi dos años, en una de las muchas excursiones por la zona del Montcabrer, se me metió en la cabeza que tenía que subir una montaña con una forma tan "alpina", tan vertical y sugerente en la distancia. Según pasó el tiempo alguna vez lo he propuesto, pero cuando no ha sido por una cosa, ha sido por otra y tenía esa espinita clavada en el costado. Este fin de semana, que no me he podido escapar al Pirineo, me pareció un sucedáneo perfecto. Subiríamos el Benicadell. Y así ha sido.

Nos hemos juntado Julio, José Luís y yo en l'Alcúdia a las 8:30. Buena hora para salir. Hacía tiempo que este genuino trío no se reunía y ha sido la excusa perfecta. Lo hemos pasado bien.
A las 9:00, más o menos, llegada a Beniatjar y almuerzo en el primer bar del pueblo. Con José Luís, lo del almuerzo antes de hacer nada es casi un ritual, así que ya sabíamos a lo que íbamos.
A las 10:10 empezamos a movernos, más o menos motivados por las cervezas y el carajillo de ron (jejeje).
La ruta no tiene pérdida porque el pueblo de Beniatjar es pequeñito y consiste en una calle principal, que sube hacia el monte, con casas a ambos lados. Además está señalizado como PRV-213.1, creo.
Enfilamos la calle, pongo el piñón fijo y ... a subir.
El sendero empieza pronto a subir hacia el pico, que está omnipresente frente a nosotros, con sus paredes verticales. José Luís no hace más que resoplar. Protestan del ritmo que llevo. Lo siento, chicos, ya sabéis que ahora me voy comiendo las piedras ladera arriba. Tengo más marcha que nunca y estoy que me salgo físicamente. Me toca parar a esperarlos varias veces y reconozco que llevo un ritmo fuerte y sostenido, casi 4,5 Km/h cuesta arriba, que podría mantenerlo e incluso mejorarlo hasta arriba, ya que me encuentro pletórico de fuerzas.
La primera desviación llega en el paraje de Fontetes, donde decidimos tirar por la derecha, hacia un mas y buscando el camino que sube al Benicadell. Si vamos por la izquierda, llegaremos al mismo sitio, después de pasar por la casa forestal de Les Planisses.
Tras un rato de senda suave, llegamos a una pista, que es el único trozo que no es senda, y nos desviamos a la izquierda. A cosa de un kilómetro, vemos unos cipreses en una curva y un poco más adelante, una senda pedregosa que sube hacia el Benicadell. La señalización es buena.
La subida es espectacular. Este último tramo de senda discurre a través de una fuerte umbría, muy fresca, bajo las paredes verticales del Benicadell, en la que hay fresnos de flor, arces, durillos, madroños, helechos, carrascas y pinos. Sube y baja bastante gente, pero saludan y hay un ambiente agradable.
Yo voy a la caza de los que van subiendo. Me voy picando para pillarlos y así me voy dejando a los compañeros rezagados. Me recuerda a lo del "pilgrim hunting" del Camino de Santiago. Qué recuerdos (jejeje). No puedo parar de subir y cada vez más rápido. Me encanta. Me siento radiante de alegría y parezco un chiquillo grande.
Superadas las primeras paredes verticales, la senda gira hacia la izquierda, buscando la divisoria de aguas. El resto es un sendero que sube constantemente, incansable, hacia la cima.
El último tramo hay que saltar entre piedras, con alguna sensación de "paso aéreo", que me hubiera impresionado algo si hubiera estado mojado, pero con el solecito que nos acompaña, me parece muy divertido.
Llego a la cumbre en cosa de 1 hora y 40 minutos, teniendo que esperar al personal a menudo, menos el último kilómetro, que me escapo hacia la cumbre, casi a la carrera.
La vista es espectacular en todas las direcciones. Se ve perfectamente toda la Vall d'Albaida y el Comtat. Hacia el norte, se ve el Caroche, la Muela de Cortes, Sierra Martés, Sierra del Ave, la Serra de les Agulles y se llegan a dibujar la Serra Calderona e incluso l'Albufera. Hacia el este es posible ver el Montdúver (o Mondúber), el mar, el circo de La Safor y el Montgó. Hacia el sur, la Serra d'Aitana y Beniarrés. Al oeste, Enguera, la Serra de Mariola y cómo no, el Montcabrer. Se distinguen perfectamente Muro d'Alcoi, Agres y Bocairent. Qué cosas. Hago fotos.
Nos quedamos un buen rato en el pico, al solecito. No sólo la visibilidad es buenísima, sino que no hace una pizca de viento. Es el día perfecto.
Decidimos bajar hacia las 12:40 y, siguiendo las señales en la bajada, nos desviamos unos 5 minutos de la ruta para visitar la "Nevera del Benicadell", que se encuentra en un buen estado de conservación. No tiene nada que envidiar a las de la Mariola, la verdad.
Cuando llegamos al camino, nos desviamos a la derecha. La bajada la haremos por la casa forestal de les Planisses.
Al llegar a la casa me entra algo de agobio. Parece ser que la gente utiliza la zona de aparcamiento para aproximarse al pico y aquello parece un hervidero de coches. Cuánta gente.
Bajamos por otra senda a Fontetes y de ahí empalmamos con la senda inicial que baja al pueblo. Es casi imposible perderse.
José Luís no se encuentra bien a última hora y nos toca ralentizar la bajada. Espero que haya sido algo pasajero.
Cuando llegamos al pueblo buscamos un sitio donde comer, pero parece que la única alternativa es el bar del almuerzo de esta mañana, que no nos ha terminado de convencer, así que cogemos el coche y nos vamos a buscar otro sitio por algunos de los pueblos en el camino de vuelta.
Finalmente, acabamos en Albaida, donde a las 16:00 nos ponen de comer unes "picaetes", atendidos por la camarera más graciosa que he visto en mucho tiempo. Menudo cachondeo hemos tenido durante toda la comida con ella. No sé quién se lo ha pasado mejor, si ella o nosotros.
El bar-restaurante ha sido un descubrimiento y lo recomiendo encarecidamente. Todo casero y bien elaborado. Se llama "El Gamell" y ya he dicho que está en Albaida.
Al final han salido unos 15 Km y unos +800 m.
Esta vez no voy a poner track, porque no tiene pérdida y hay mucha información por la red.

Como conclusión debo resaltar que es la mejor ascensión a una montaña valenciana que he hecho hasta la fecha. No sólo por las ganas que tenía, sino porque en algunos tramos me parecía estar en Els Ports de Tortosa y Beceite o en pleno Prepirineo. Se la recomiendo a todo el mundo.

2 comentarios:

  1. Hola niño grande, contagias con tus palabras. Creo que has olvidado mencionar que Albaida es un pueblo muy bonito y pintoresco. Bueno sino, lo añado yo, por si no coincidimos.
    Me ha encantado la ruta

    ResponderEliminar
  2. Gracias por lo de niño grande.
    No puedo opinar sobre el pueblo, pues simplemente he estado de paso, pero reconozco que me gustó lo poco que ví. Quizá porque estaba en fiestas (jejeje).

    ResponderEliminar