martes, 30 de agosto de 2011

Una imagen vale más que mil palabras

Una imagen vale más que mil palabras. Eso dicen, ¿no?.

Pues bien, en un blog de periodismo muy interesante (la buena prensa) he encontrado este artículo de investigación, en el que destacan que cada vez que el mercado bursátil tiembla, algunos periódicos hacen uso de la imagen de la misma persona. Es como un talismán.
Llevan la friolera de 10 años utilizando sus fotos. Se trata de un corredor (broker) de la bolsa de Fráncfort (Frankfurt am Main) bastante expresivo, por lo que parece.
Me ha parecido un artículo genial (jajaja).

http://labuenaprensa.blogspot.com/2011/08/diez-anos-con-el.html

Si observáis la serie de fotografías, no parece que estén trucadas, aunque ya sabéis que suelo ser algo escéptico con estas cosas (jejeje).
Me ha hecho mucha gracia, aunque me presta para una reflexión ... ¿no sería mejor que pensara en dedicarse a actor? (jejeje)

lunes, 29 de agosto de 2011

Ascensión al The Cobbler (Ben Arthur) y Beinn Narnain

El pasado 17 de agosto y durante el viaje a Escocia, nos alojamos en un B&B en Arrochar (Argyll and Bute), en la zona del Loch Lomond & The Trossachs National Park.
Casualmente, mientras estábamos alojados por allí, nos informaron de la existencia de un pico que la gente solía subir por tener un cierta fama de lugar mágico o místico y por sus interesantes vistas. El parking de acceso se situaba en la misma puerta del B&B. Cuántas coincidencias ... ¡genial! (jajaja).

La montaña se llama The Cobbler o Beinn Artair o Ben Arthur (884 m), a la que relacionan con la historia del Rey Arturo. Cierta o no la relación, la verdad es que me llamó mucho la atención. Había que subirla.
Estamos en los Arrochar Alps, dentro de las Grampian Mountains, en la zona sur de las Highlands y aquí hay algunas alturas destacables, sin olvidar que las islas británicas son pocas las montañas que superan los 3000 pies (914 m). Aunque parezcan pequeñas, no hay que despreciarlas, porque se suben prácticamente desde el nivel del mar y la meteo es muy variable.
En cualquier caso, la zona es muy bonita para hacer montaña.

El nombre "The Cobbler" (el zapatero remendón) es por el perfil que tiene, que parece una persona tumbada, a la que se asocia una aguja de piedra, situada en el pico sur, a la que llaman "The Needle" (la aguja), más por el "ojo" que tiene que por la forma. A la parte superior de la aguja también se la conoce como "Arthur's Seat", puest tiene forma de asiento, donde dice la leyenda local que se sentaba el Rey Arturo. ¡Qué cosas!.

Mirando un plano cartográfico oficial, pude comprobar que no es una única cumbre e intenté improvisar una ruta circular que enlazara este pico con el Beinn Narnain( 926 m). Y resultó una bonita excursión. Para mi gusto, más que la del Ben Nevis (1.344 m).

De esta forma, salimos del parking que hay al pie de la ruta hacia el pico a las 11:40, a nivel del mar, a orillas del Loch Long.Todos los parking tienen su Pay & Display (unas 2 libras) para recaudar un dinero con el que mantener los senderos y las instalaciones. Y lo curioso es que la gente paga y no rompe las máquinas recaudadoras. Definitivamente, ¡estamos en EUROPA! (jajaja)
La meteorología no salió mala, aunque muy escocesa. Durante la excursión nos llovió varias veces, sin llegar a diluviar, sopló algo de viento y tuvimos cierta sensación de frío. Llegamos incluso a disfrutar un rato del sol, pero aquí no calienta y la temperatura no suele pasar de 14ºC.

La ruta no tiene pérdida y está perfectamente señalizada. Hay varias alternativas para subir, pero la mejor es por la senda principal, muy arreglada, siguiendo el curso de un riachuelo y por una zona entre grandes bloques de piedra (Narnain Boulders).
Desde el collado, donde encontramos un pequeño loch (Lochan a' Chlaidheimh), nos desviamos a la izquierda, sube la senda en zig-zag con una fuerte pendiente y en los últimos tramos hay que ayudarse de las manos, pero sin llegar a trepar. Es una cumbre fácil a la que llegamos a las 13:35.

El Arthur's Seat, la cumbre situada al sur, es más complicada de subir y requiere trepar si queremos subir al mismo bloque que hace de cima. Poco recomendable si se tiene vértigo e incluso peligrosa (patio importante y roca mojada). Debe ser una AD ó una III+. Yo ni lo intenté, asomándome entre las nubes para disfrutar de unas impresionantes vistas al este y al oeste del pico, cuando éstas hacían un hueco o disfrutando de ver caer grandes cortinas de lluvia de forma intermitente. Es lo que hay (jejeje).


Bajada para volver al loch y subimos por la ladera al Beinn Narnain. Es más sencillo que el primero, porque es menos pendiente, aunque no hay sendero claro. La cumbre de este pico es muy llana y hay un gran cairn en la cumbre, junto al vértice geodésico. Las vistas se ven desmejoradas por la lluvia, que arrecia. Son las 15:20.

Bajada por una zona semi alpina, con algunos tramos donde hay que destrepar un poco y esquivar varias zonas pantanosas y turbosas. Resulta lenta la progresión y no hay senda clara.
Finalmente, nos despistamos un poco, pero sin perdernos, enlazando por una antigua conducción de agua que baja por una incómoda torrentera hasta un camino.
Llegamos al parking a las 17:55.

Nos han salido unos 13,5 Km y +1.316 m, que hemos completado en unas 6 horas, con bastante tiempo en paradas y demás.
La ruta es muy recomendable. Me gustó más que la del Ben Nevis (1.344 m), aunque ambas sigan siendo igualmente mágicas. La montaña escocesa tiene algo que es difícil transmitir con palabras. Hay que probarla.
Os paso el enlace al track y entre las fotos, una de alta calidad del mapa. Espero que os resulte, como a mí, de utilidad (jejeje).



miércoles, 24 de agosto de 2011

Ascensión al Ben Nevis

Suena bien el título, ¿eh?. ¿Os ha picado la curiosidad?. Me alegro.
Ahora quedaría responder la pregunta que seguramente acabáis de haceros: "... ¿y dónde dices que has subido?" (jajaja).

El Ben Nevis (en gaélico Beinn Nibheis, [peˈɲivəʃ]) es el pico más alto de las islas británicas y se encuentra en Escocia.
No es muy alto para lo que estamos acostumbrados por aquí, porque tan sólo tiene 1.344 metros, pero para los hijos de la Gran Bretaña es su Everest particular. Todo un símbolo. Y están muy orgullosos de él. De hecho, en verano hay un peregrinar incesante de intrépidos montañeros que se acercan para intentar subirla. Y para muchos de ellos será la montaña más alta que suban en toda su vida. Quizá la única. ¿No resulta conmovedor?.

Como cualquier montaña que se precie, su altura o tamaño no es la parte que realmente importa, sino su carácter, su forma de ser, su capacidad de fascinar o de inquietar. Ya me entendéis. Esta es de las que parece invitarte a que la subas. Te reta. Se ve que tiene carácter y además lo tiene muy cambiante, con algo de genio, pero ofrece buenas vistas si el tiempo acompaña.
En la latitud en la que se encuentra, por encima de los 56º Norte y próxima a la costa occidental de Escocia, tiene un clima muy inestable y variable. De hecho, en un mismo día puede cambiar el tiempo varias veces.
Tiene una precipitación media de más de 4.350 mm y es fácil registrar temperaturas bajo cero en su cumbre en pleno verano. De hecho, es una de las montañas con más accidentes registrados de todo el Reino Unido. Quizá porque es una de las más frecuentadas.

Pues bien, el pasado 15 de agosto mientras disfrutaba de unos días por Escocia, me subí esta hermosa montaña desde el parking que hay al pie, a un par de kilómetros de Fort William (acceso perfectamente señalizado).
A las 14:45 llegamos al parking, que tiene un Pay & Display (estacionamiento tipo zona azul) que vale unas 3 libras.
Dejamos el coche y nos acercamos a un gran centro de interpretación sobre esta montaña que hay al pie. Me encanta cómo está todo de preparado en este país.
En él, un servicio de "rangers", formado por voluntarios, nos informa de las condiciones meteorológicas en el recorrido, de su posible evolución y nos explican el recorrido, ayudados por un mapa topográfico. Nos dicen que 8 horas y que debemos llevar calzado adecuado, ropa de abrigo, chubasquero ... ¿tan mala pinta tenemos?. La conclusión es que son prudentes y saben que viene mucha gente a preguntar que no está preparada para la montaña.

A las 15:10 salimos para arriba. Empezamos casi a nivel del mar. Subida pronunciada a ratos sobre un sendero de más de 1 metro de anchura, en muchos tramos empedrado, cuajado de gente de todo tipo y condición. Me impongo un ritmo medio-alto, pero constante. Cómodo. No hay prisa, aunque me ha picado lo de las 8 horas. Pronto empieza a llover.
A partir de los 800 metros, una gruesa capa de nubes lo tapa todo. Las piedras empiezan a aparecer desnudas de verde y se empiezan a ver tímidamente los primeros líquenes aquí y allá. Dentro de la nube, la humedad se dispara y la temperatura empieza a bajar rápidamente. Sopla algo de viento y la lluvia a veces viene horizontal. Al cabo de un rato, tengo que quitarme las gafas, pues no hay visibilidad a más de 25 metros y las llevo empañadas de forma permanente. Dichosa humedad (jejeje).

Grandes montones de piedras (cairns) nos permiten orientarnos entre las nubes. Hacemos cumbre a las 17:50. En el pico se ve poco. Imposible distinguir algo a más de 25 metros. Fotos en el vértice geodésico y ruinas de lo que fue un observatorio meteorológico. Estamos por debajo de 6ºC y la sensación térmica es bajo cero. Tengo insensibilidad en los dedos. Principio de hipotermia. Y yo que me reía de los guantes (¡juas!).
Iniciamos descenso 20 minutos más tarde. Llegamos al coche a las 19:51. Objetivo cumplido: menos de 8 horas (jajaja)

La ruta son unos 17,5 Km, con +1.350 m de desnivel. Nos ha costado 4 horas y 40 minutos, con 20 de "fotos" en cumbre.
La subida y bajada es por una senda perfectamente balizada. Sin posibilidad de pérdida. Una excursión muy bonita. Para repetirla.
La verdad es que me gustó, me dejó un buen sabor de boca y me alegró el día. Y mucho.
No llevaba el GPS, así que os paso este enlace, que tiene buena pinta.


lunes, 22 de agosto de 2011

El pasado siempre nos persigue

Acabo de volver de vacaciones. Unos días maravillosos. Ya os contaré.
Me bulle la cabeza con algunas de las cosas e historias que me han pasado. Tengo ganas de escribirlas en el blog. Y, cómo no, llevo horas revisando y limpiando el correo. Parece un trabajo en bucle infinito (jejeje).

Entre los correos sin leer, uno con buena pinta: el primer boletín del Campeonato de Castilla-La Mancha de Orientación 2011. ¡Bien!.

Leo con interés el boletín con la información de la prueba. Interesante. Primera carrera en Villahermosa (Ciudad Real). Cáspita, esta zona la conozco. Sigo leyendo. A cargo del club de orientación de Manzanares. Tiene buena pinta. Segunda prueba en Villanueva de los Infantes. ¡Ja!. Y cómo no, en la Virgen de la Antigua ... (puf).
De repente, siento cómo el tiempo se para. Un súbito acelerón del pulso. Sudor frío. La mente se nubla por momentos y acuden miles de imágenes a mi memoria. ¿Es eso que noto un nudo en la garganta, tal vez?.
Hago una valoración rápida, pero evidente en resultado. No puedo ir. No debo ir. No este año. Quizá tampoco el que viene. No todavía (snif).

El pasado siempre nos persigue, por muy rápido que queramos desprendernos de él. Está ligado a nuestra propia existencia, ya que es parte de nuestras experiencias, de nuestro constante deambular por esta interminable jungla que es la vida. Suspiraré.