martes, 14 de septiembre de 2010

Campeonato de España de Maratón-O en Navarra

Este pasado fin de semana, 11 y 12 de septiembre de 2010, se ha celebrado el Campeonato de España de Maratón-O, dentro de las pruebas oficiales del calendario de la Federación Española de Orientación, junto al VII Raid de Navarra, y organizado por el Club Deportivo de Navarra.

La prueba se organizaba dentro de uno de los mejores bosques de hayas de Pirineos: el Quinto Real. En concreto en el "Monte Alduide", dentro del valle de Esteríbar, surcado por el río Arga. El entorno, formado por un denso hayedo en muy buen estado de conservación, se alterna con praderíos y manchas de pinos y castaños. El terreno, de granito y pizarras, está surcado por multitud de riachuelos, arroyos y regatos, que confieren una intrincada orografía, con pronunciadas pendientes y desniveles considerables. La red de caminos es notable, ya que este bosque está muy entresacado y en algunas zonas hay bastantes restos de cortas, que dificultan la progresión. Un entorno muy prometedor.

El Campeonato de España de Maratón-O se desarrolla a lo largo de dos días. La modalidad es en rogaining: es decir, se facilita un mapa con varias balizas (50 el primer día), que cada una tiene una puntuación entre 3 y 10 puntos y se establece un tiempo máximo para cruzar la zona de meta. Superado ese tiempo, se sanciona descontando puntos. Durante el tiempo establecido se deben visitar el mayor número de balizas posibles, registrando el paso y tiempo en la tarjeta digital (Sportident). Además, se ha de pasar por una baliza obligatoria dentro de un margen de horas y los controles de material que quiera la organización. Aquí prima la estrategia de equipo, combinando la navegación de larga distancia, el físico y las condiciones del entorno.
Para complicar algo más el tema, nos han añadido un material obligatorio individual y por equipo (saco, tienda, comida, botiquín, etc.) que se debe portar en una mochila en modalidad de autosuficiencia, con vivac en el monte la noche entre el sábado y el domingo, en el que se nos aprovisiona con una cantidad de agua limitada. Es mi primera experiencia en algo así. Ya veremos.

Me he apuntado en categoría de Senior masculino junto con un compañero del Murcia-O, Pedro Cartagena, que corre en la liga nacional en H35A. Me ha costado encontrar quien quiera acompañarme, que estaba todo el mundo comprometido, pero al final la espera parece que ha valido la pena.

El viernes 10 de septiembre llegamos tarde a Zubiri (ayuntamiento de Esteríbar). Son más de 500 Km desde casa y, aunque el viaje se hace ameno, no deja de ser largo.
El suelo duro está ubicado en el frontón local, un edificio junto al albergue de peregrinos y a las escuelas, que está cubierto. No está mal. Cuando llegamos es casi medianoche y hay bastante gente que ya está intentando dormir.
Nos hemos juntado bastante gente, sobre todo de la zona de Valencia: Laura, Carlos, la gente de la UA-O, la de la UPV-O, JJ, Ruso, Héctor, Sergio, Jaime, ... muchas caras conocidas.
Como novedad, ha venido Paco Zen acompañando a Vicent Pla. Supongo que con el físico de ambos esperan conseguir buen resultado. A ver qué le parece la experiencia a Paco, que se estrena en orientación.

El sábado 11 nos concentran en el km 40 de la N-138, en una zona de pic-nic, poco antes del Collado de Urquiaga, que ya vierte aguas a Francia. Nos rodea un impresionante bosque de hayas. Hay buen ambiente entre los participantes y seremos algo menos de 200 personas. El sol anuncia un día espléndido.
A eso de 10:45 nos dan instrucciones sobre el desarrollo de la prueba y últimos detalles. Para nuestra categoría nos dan 7 horas para hacer lo que podamos.
A eso de las 11:00 nos entregan el plano. Tenemos 15 minutos para preparar la estrategia. Pedro ya tiene experiencia en esto, así que lo comentamos un poco, pero me tengo que fiar de su buen hacer.
Salida en masa. Algunos participantes lo hacen a la carrera. Supongo que son los raiders profesionales. "Hay gente pa' tó".
La estrategia que hemos preparado para el primer día nos permite pasar por 17 puntos de control y acumular un total de 91 puntos.
Hemos recorrido principalmente la zona sur del mapa, dominada por un denso hayedo y laderas muy empinadas. Salvo algunos controles muy técnicos y un par de meteduras de pata, la navegación ha salido muy bien. Mucha brújula para trazar dentro del bosque, blanco en su mayor parte.
Desplazarse por algunas laderas por las curvas de nivel era un suplicio, ya que el terreno resbalaba bastante. Mejor por máxima pendiente.
Hemos trotado un par de veces, pero llevaba demasiado peso en la mochila y no podía correr bien.
Nos hemos tenido que dejar un par de controles porque llevábamos el tiempo justito. Unos 6 puntos más. La llegada la hacemos a 6 minutos y 7 segundos de cerrar meta. Muy apurado, pero sin sanción.
Aunque no me he traído el GPS, hemos completado unos 20 km, unos +1.350 metros y -1.082 metros de desnivel acumulado.

En la meta nos entregan un total de 9 litros de agua. Por lo que leí en los boletines previos de la prueba, esperaba 5 litros por pareja, no 9. Tenemos de sobra para cenar, beber y reponer para mañana. Un lujo.
En la zona de vivac montamos la tienda junto a Laura, Carlos, Paco Zen y Vicent Pla. Cenamos juntos y compartimos un anochecer que se va haciendo cada vez más frío.
En la foto de aquí al lado, Paco parece un buda viviente disfrutando de un gran cuenco de cus-cus (jajaja).
En cuanto a mí, aunque llevo ropa de recambio, estoy bastante mojado y llego a pasar algo de frío. Estoy un poco dolorido a causa de las caídas y resbalones, aunque sin demasiadas consecuencias.
Me acuesto pronto (21:00) y no consigo dormir demasiado. La noche se me hace eterna.

El domingo 12 nos despiertan con el megáfono a las 6:00. Todavía es noche cerrada y hace frío (unos 7 ºC). Ha llovido toda la noche y el rocío lo cubre todo. Se respira humedad. Una espesa niebla impide ver más allá de 50 metros. La cosa pinta fea para empezar.
A las 7:30 nos entregan los mapas y nos dan la salida en masa. Voy tapado hasta arriba, protegido de la lluvia que se alterna con una densa niebla. La navegación en estas condiciones es mucho más complicada, ya que según avanza el día, la visibilidad llega a bajar de 20 metros, de forma que se ve un poco delante nuestro, pero no se dispone de referencias a distancia. Orientación pura y dura y a tirar de brújula. No me atrevo a trotar en estas condiciones. Además, con el terreno mojado, las laderas son mucho más resbaladizas. Disfruto de la experiencia, que me resulta sorprendente y cautivadora. Todo un reto.
Hemos metido la pata hasta el fondo en un par de controles. En uno perdimos 6 puntos por no ver una divisoria, por culpa de la niebla, claro, y por un despiste garrafal de los dos. Un poco más adelante, perdimos un montón de tiempo para encontrar el control, paseando entre regueros y terreno pantanoso, cubiertos por la niebla. En uno de mis resbalones, desaparezco entre un montón de cariñosas zarzas, que me dejan rasguños por todo el cuerpo. ¡Quita, bicho, quita! (jejeje).
Para intentar compensar tanto desastre, Pedro me aprieta en las siguientes balizas. Me cuezo poco a poco en mi salsa, de forma que hacia el final, 5 horas más tarde, voy dando tumbos por la carretera, de vuelta a la meta. Parezco un alma en pena y arrastro las piernas caminando a ritmo de legionario. Puf. Me duelen al marchar. No he almorzado, por lo que me debe faltar azúcar y, además, llevo una mochila demasiado pesada y que me resulta muy incómoda para correr. He aprendido la lección para la próxima.
El último kilómetro lo consigo hacer a trote pachanguero, pero eso no evita que lleguemos a meta pasados 11 minutos y 48 segundos de las 5 horas de tiempo límite, por lo que nos sancionan descontándonos un total de 12 puntos. Así que después de 16 balizas y 68 puntos, nos quedamos con sólo 56 puntos. ¡Qué desastre de día!. Y pensar que podíamos haber conseguido casi 80 (snif).
Calculando la ruta, me ha salido que hemos completado unos 16 km, unos +1.025 metros y -1.280 metros de desnivel acumulado.

La organización invita a comer y se aprovecha para entregar los trofeos en un hostal en Eugi.
El equipo "Amunt i Avall", formado por Pedro Cartagena y Mario hemos quedado el 20º de 30 equipos inscritos en la categoría de Senior masculino, con un total de 147 puntos.
Los ganadores de esta categoría han conseguido nada menos que 382 puntos, lo que supone que han visitado prácticamente el 75% de las balizas en el mismo tiempo que el resto de mortales. Llevaban unas mochilitas que pesarían menos de 4 Kg, con lo imprescindible. Como podéis ver, eso son raiders y eso es gente capaz de correr y orientarse. Qué máquinas. Auténticos profesionales. El resto somos aspirantes a supervivientes (snif). Tristes challengers, pero con más moral que el alcoyano (jejeje).
El equipo "Ultra cansad-O", de Vicent Pla y Paco Zen ha terminado el 6º en nuestra misma categoría, con 251 puntos. No esperaba menos de ellos. Están hechos unos cracks.
Pero los mejores para mí han sido Sergio y Héctor del UPV-O, que han terminado los 4º, con 280 puntos. Ese puesto tiene que saber a medalla (jejeje). ¿Era la patatilla?. Felicidades, campeones.
Hasta la prensa de la zona (Diario de Navarra) nos ha dedicado un pequeño artículo (jejeje).

La experiencia, como podéis ver, ha sido fantástica, a pesar de la lluvia, del cansancio y de los tropezones. El año que viene, si puedo, pienso volver a repetirla. Esta vez podré entrar en veteranos. Quizá sea la única forma de conseguir una posición destacable, aunque sólo seamos 4 en la categoría (jajaja).
Aunque ... ¿acaso es eso lo importante? ... para mí ya no lo es, desde luego, así que, si vuelvo, repetiré categoría. ¡Arrrgggsss ... a saco!.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Horas

No he desaparecido, no os lo creais.
Mi vida se ha llenado en estos últimos días de algunos acontecimientos impactantes que me han marcado profundamente. Así, de forma inesperada.
Es una de esas escasas ocasiones en las que uno vive las situaciones con intensidad, con la clara sensación que serán días para recordar en un futuro, que marcarán un momento a destacar en nuestra vida, un antes y un después.
Estoy seguro que así será.

Pero ahora no tengo ganas de entrar en detalles. Sólo quería hacer un comentario breve en el blog, para haceros saber que estoy bien, gracias. Tan sólo os ruego que no os preocupéis tanto por mí. Ya sabéis que soy prescindible (jejeje).

A veces, en muy pocas ocasiones, los astros se conjuran para mostrarnos ingenio, belleza y derroche de cualidades.
Cuando la casualidad, el momento y el lugar se cogen de la mano, surgen como de la nada, ofreciéndose generosos, algunos momentos únicos e imperecederos.
Entonces todo parece detenerse y sólo nos queda disfrutar del pasar lánguido de las horas para vivir intensamente esos instantes extraordinarios, sabedores de que nunca volverán.
Hay que dejarse llevar sin preguntar el destino. Ése ya se manifestará a lo largo del camino.

Con esta entrada quiero dejar testimonio público de que esos momentos existen. Que resultan efímeros, pero existen. Tan sólo es saber esperar y se generan espontáneamente, por la invisible mano de la diosa Fortuna, como por arte de magia.
Como diría Bruce Lee: "be water, my friend" (la entrevista completa en este vídeo en 3 partes parte 1, parte 2 y parte 3).