miércoles, 31 de marzo de 2010

Viaje a Marruecos y al Atlas 15-20 marzo 2010

Hacía tiempo que tenía ganas de hacer este viaje al Atlas. Siempre me ha atraído la montaña en invierno, aunque no he podido hacer tanta como hubiera querido y el Atlas, con cumbres de más de 4.000 metros me resultaba muy tentador y accesible.
Hace más de un año lo intenté, sugiriendo una salida que, por diversas circunstancias, no terminó de cuajar y quedó en un deseo frustrado. Entonces no se pudo.
Este año lo volví a intentar. En diciembre de 2009 empecé a buscar información y en febrero de 2010 lo comenté a la gente del Grupo de Montaña del Politécnico GMP-UPV, aportando una propuesta bastante madura. El objetivo era no ir solo.
Allí encontré a Manolo, que se apuntó a esta aventura y que me propuso invitar a dos amigas suyas: Rocío y Nuria. Finalmente, los cuatro nos hemos ido a Marruecos con la intención de pasar unos agradables días de montaña huyendo de las Fallas.
En este viaje he conseguido muchas cosas: es mi primera visita a África, la primera a Marruecos, mi primer 4.000 m y he hecho realidad una ilusión y un objetivo que tenía desde hacía un tiempo: subir el Jbel Toubkal.
Ha valido la pena la espera.

Viaje a Marruecos.
Salimos el domingo 14 de marzo a eso de 18:30 dirección Madrid. Tenemos contratado un vuelo directo con Ryanair Madrid-Marrakech. Cada cual lo reservó cuando pudo, por lo que no nos costó a todos lo mismo. Manolo y yo lo reservamos a mediados de febrero y me costó 81,63 € más un suplemento de maleta a medias para llevar el material duro (30 € entre los dos).
Llegamos a Madrid-Barajas y dejamos el coche en el aparcamiento de larga estancia. Traslado en autobús a la terminal 2.
Cenamos y localizamos la zona donde embarcaremos para acomodarnos. Pasaremos la noche en el suelo, como buenamente podamos.
El lunes 15 de madrugada, a eso de las 4:30, abren las taquillas para facturación.
A las 6:25 sale el vuelo hacia Marrakech. El viaje lo paso dormitando, que sobre el frío suelo del aeropuerto apenas he podido descansar. Aterrizamos a las 8:35 peninsular (una hora menos para tiempo local, como en Canarias). Viaje tranquilito.
Nada más recoger el equipaje y cambiar algunos euros en moneda local (11 dirham = 1 €, aproximadamente), nos dirigimos a buscar un taxi. Tenemos varias opciones, pero parece razonable intentar llegar desde aquí a Imlil, sin pasar por Marrakech. Todo es cuestión de negociarlo.
Aquí entramos al primer precio que nos ofrecen (500 dirham), que nos parece razonable y sin discutirlo (pequeño error), nos encaminamos a Imlil directamente. Estamos a unos 70 km de distancia. Cosa de hora y media de trayecto.
Nos estamos comunicando en francés con el taxista, aunque también entiende algo el español. Parece que no habrá dificultades con el idioma. Al menos para mí, que aprovecharé para practicar mi mini-francés (jejeje).
De camino, paramos en Asni, en el mercado local, donde Manolo quiere aprovisionarse de dátiles y frutos secos. Nada más parar el coche, una nube de locales se muestran serviciales ofreciéndose para acompañarnos a hacer las compras. Casi se diría que se discuten entre ellos el servirnos de guías improvisados. Yo me niego, de forma algo brusca. Ya me imagino lo que puede pasar. Manolo se deja hacer. Acabará en un rincón rodeado de paisanos que le ofrecen sus productos y baratijas, sin poder casi salir de la tienda del mercadillo y nosotros reclamándole para volver al coche. Momento estresante por no saber decir que NO a tiempo.
Llegamos a Imlil (1.740 m) a eso de las 10:45 (hora local). La carretera hasta aquí no es gran cosa y en las curvas vamos apretando los dientes. En la zona de montaña, sólo está asfaltada la parte central, mientras que los laterales son amplias cunetas de tierra. Mientras no hay tráfico, se ocupa el centro y cuando alguien viene de frente, se aparta cada cual a su lado. Al menos en teoría.
Junto a la carretera y próximo al curso del río, canales y acequias lo llenan todo de agua. Imagen de huerta cerca del llano y de verdes terrazas en la montaña.
Durante el trayecto hemos visto motos, coches y camiones mezclados sin orden aparente. También gente a pie y caballerías con o sin carro. Cargas pequeñas de comercio local y productos frescos de los campos próximos. Supongo que es la misma imagen que tendría España hace unos 50 años en zonas de montaña.
El día es magnífico. Aquí en la montaña, hace algo de fresco (unos 15ºC), pero se está confortable. Una ligera brisa acompaña la mañana. Los campos y los prados están verdes, relucientes bajo el sol. La mayoría de los árboles no tienen hojas, aunque se adivinan cerezos, almendros, manzanos, perales, nogales, etc. Las montañas próximas tienen las cumbres nevadas. Suben de forma brusca, con empinadas laderas y apenas tienen bosques en su base. Tan sólo algunos sabinares dispersos. Se nota la presencia de muchas cabras y ovejas por la sierra.

Al bajar del taxi se nos acerca un señor con un polar y un escudo de "guide de montagne" para ofrecernos sus servicios: guías (40 €/día) y mulas (15 €/subida) al Toubkal. Parece que son precios cerrados entre ellos. Decidimos contratar una mula para que nos suba las mochilas hasta donde haya nieve y el animal ya no pueda continuar. Así nos ahorramos un rato de carga, que estamos cansados del viaje.
Nos acompaña Ibrahim, un chico de 15 años. Es un zagal simpático, que habla poco en francés y que se mueve con soltura con la mula, a la que va azuzando y frenando todo el camino.
Iniciamos la marcha a eso de 12:50. Al principio, es un camino de tierra que sube por Acheim hasta Around. A partir de esta aldea, se reduce a un sendero que asciende por la montaña.
Pasa por un enorme canchal de piedra que ocupa el fondo del valle y llegamos a Sidi Chammharouch (2.350 m), pequeña aldea, donde nos salen un montón de niños a saludarnos y a vendernos objetos, fósiles y piedras que recogen en las montañas.
En esta última aldea, la senda coge pendiente, aunque nunca demasiada, que las mulas pueden siempre subir, y serpentea ganando altura por el valle de Assif el Mizaine.
A unos 2.600 m empieza a aparecer nieve cerca de la senda. Coincidimos con una pequeña construcción donde un hombre mayor ofrece bebidas refrescantes y zumo natural de naranja. Todo a 1 € (¡oh! ... y en medio de la montaña). El sistema para mantener fresca la bebida es mediante una tubería que alimenta a una botella agujereada, en forma de aspersor. Muy ingenioso.
Aquí nos despedimos de la mula y de Ibrahim, al que le damos una propia de 5 €, aunque parece disfrutar más de la foto con las chicas que del dinero (jajaja).
El resto del sendero hasta el refugio lo hacemos a pie, cargados con las mochilas y pronto tenemos que ponernos las polainas y los crampones, pues el camino está completamente nevado.
Llegamos al refugio del Toubkal (3.207 m) (antes refugio del Netler), dependiente del Club Alpin Français (CAF) a eso de las 18:00. Hemos subido un poco lentos para mi gusto, pero es lo que tiene ir en grupo (jejeje).
Cenita ligera a las 21:00. La media pensión no es gran cosa y esto no es un refugio del Pirineo. Se nota. En el comedor encuentro dos italianos con quemaduras en la retina por culpa del sol. Muchos extranjeros, sobre todo alemanes e italianos, algunos franceses y unos 6 españoles.
Mañana subiremos al Toubkal.

Refugio del Toubkal.
Me costó mucho encontrar el teléfono del refugio (00 212 661 695 463, Mohamed) y el correo electrónico parecía no funcionar. Finalmente, me pude hacer con él y reservar para 3 noches. Me entendí con ellos entre español y francés y no me pidieron fianza ni nada. Sólo el nombre. Me advirtieron que no encontraría mantas, por lo que nos ha tocado cargar con el saco de dormir. Mi saco nuevo, después de "perder" el anterior en Santa Pola (grrr).
Las condiciones del refugio son regulares-malas. No está precisamente muy limpio y cuenta con una ducha y 4 WC para 89 personas. Agua caliente en cantidad, eso sí. Ducha por 1 €.
La chimenea la encienden por la noche y como leña utilizan ... ¡¡troncos de enebro y sabina!!. Me quedé con cara de tonto cuando ví un trozo entero, de buen calibre, que lo tiraban a la chimenea. No me lo podía creer. ¡¡SACRILEGIOOOO!!.
La media pensión va mejorando según pasan los días, que parece que lo tienen ya estudiado. La comida no es la misma para todos. Según el día, eso comes. Así el primer día toca sopa y pasta, el segundo sopa y tajine, el tercero ensalada y cus-cus ... y siempre en un mismo orden.
El sistema que tienen de control del gasto es curioso. Si les pides cualquier cosa (té, agua, refrescos, pastitas, comida, pan, etc.), te lo traen enseguida, pero no sabes si lo apuntan o no. Realmente intentas hacer la cuenta de cabeza, pero tampoco tienes precios a la vista. Cuando pagas, te hacen la "cuenta de la vieja" y te dejan un precio aseado, salvo que tuvieras un precio pactado previamente y entonces tienes que ir pagando en el momento. La posibilidad de negociar es baja y menos en época estival, que no hay ni plazas para dormir.
Los dos días en media pensión nos costaron 40 €/persona. Barato, dado el sitio. Dijimos que estábamos federados, pero no nos pidieron ni ver el carnet.
El refugio des Mouflons, que está al lado, está mejor acondicionado y la comida es mucho mejor y más abundante por lo que nos informaron, aunque tampoco sé cómo quedará de precio. Tampoco creo que haya demasiada diferencia entre los dos.

Ascensión al Toubkal y Toubkal W.
Nos levantamos el martes, día 16 de marzo, a eso de las 6:30 (hora local). El día será largo y ahora hay hielo en abundancia. Desayunamos y nos preparamos para subir al Toubkal. Nos ponemos material y preparamos las capas de ropa. Mis compañeros quieren asegurar esta cumbre, por si no tienen ganas de más. Pues ... adelante.
Salimos a eso de las 8:00 siguiendo a un grupo de esquiadores que marchan delante nuestro. Hoy parece que subiremos unas 25 personas en total.
Hace fresco (-4 ºC) y algo de viento (unos 20 km/h), lo que da una sensación térmica de algo menos de -10 ºC. El cielo algo cubierto. Es perfecto para subir.
Elegimos la ruta del Ikhibi Sur. La ascensión es corta y con bastante pendiente (30-40º). Se asciende por un amplio valle situado al este del refugio, cubierto completamente por algo más de 50 cm de nieve helada, muy uniforme y sin dificultad. En verano supongo que será una tartera de piedra, pero ahora es cómodo subir por aquí. Crampones, piolet y paciencia.
Cerca del collado o Tizi Toubkal (3.791 m), sale una senda hacia la derecha para subir al Toubkal W (4.030 m). Sugiero acercarnos para hacer cumbre, pero mis compañeros insisten que quieren primero hacer el pico principal.
Seguimos, pues, subiendo hacia la izquierda. Pronto desaparece la nieve en una zona muy expuesta y venteada. Estamos por encima de los 3.800 m, pero la nieve ha desaparecido, salvo entre las piedras y donde hace ventisquero. Así que toca poner y quitar crampones un par de veces, lo que ralentiza la marcha.
Un poco antes de las 13:00 hacemos cumbre en el Toubkal (4.167 m). La subida ha sido lenta, pero constante, y hemos conseguido llegar sin problemas. La cima es amplia y llana. El viento ha parado y luce el sol, por lo que hay mucha gente sentada descansando y almorzando. Nos dedicamos a observar el paisaje, que tiene algo de calina, y a hacer fotos. Me invade una satisfacción plena y se me pone una sonrisilla que no se irá de la cara hasta pasados bastantes días.
Durante el camino hemos coincidido con un grupo de madrileños, que quieren bajar por el Ikhibi Norte, pasando primero por el Inmouzzer (4.010 m). En mis planes estaba previsto hacer esa misma ruta, pero primero teníamos que haber subido el Toubkal Oeste. A mí me apetece acompañarles y Manolo está dudoso, pero he leído que para subir este pico hay que pasar un tramo de escalada nivel II y otro de II+ expuesto. Está nevado y no tenemos material. Así que invito a Manolo para que se vaya con ellos, que yo me volveré al Toubkal Oeste y bajaré con Nuria y Rocío al refugio. Y así lo hacemos.
Mientras las chicas bajan, me adelanto para subir al Toubkal Oeste (4.030 m). Hay una senda que sigue hacia la cresta situada más al este, que, sin perder mucha cota, se aproxima a la cumbre. Es el camino que seguiré. Poco antes de la cima, hay que hacer una pequeña trepada, que no reviste mayor dificultad. Es un pico precioso y el día magnífico: sol y no hace viento. La vista del grupo del Adrar n'Ouanoukrim, con las majestuosas cimas del Ras y el Timesguida, es impresionante. Me entretengo un rato y hago alguna auto-foto. En mi entretenimiento pierdo la gorra que llevaba para protegerme del sol directo. En la cima se quedó.
Ha valido la pena esta subida. Me gusta incluso más que la del Toubkal. Es más alpina y sin riesgo.
Bajamos al refugio, donde llegamos antes de las 16:00, después de hacer un buen rato el tonto en la bajada.
Por la noche, descanso y sana conversación con Tomás y Toni, dos cartageneros a los que les apasiona la montaña. Mañana subirán al Ras.
Ducha, descanso, cena y a dormir.
Aprovecho mi estancia en el refugio para practicar mi francés y hablar con gente de muy diversa procedencia. Me encanta conocer gente interesante. En mi línea, vaya (jejeje).

Ascensión al Ras y al Timesguida.
El miércoles 17 me levanto yo sólo por la mañana a eso de 7:15. Mis compañeros están cansados y no quieren madrugar. Dicen que igual se quedan en el refugio.
Salgo del refugio con la gente de Cartagena, con Tomás y Toni. Hace mejor día que ayer y no hay una nube en el cielo. Estupendo.
El objetivo es el Ras y el Timesguida, a los que se accede por el valle situado al sur del refugio. Es un valle amplio y profundo, con mucha nieve acumulada. Se asciende lentamente y poco antes del collado de Tizi n'Ouagane, tiene una fuerte pala, con unos 60º, por lo que decidimos avanzar por un lateral del valle, para ir ganando altura progresivamente.
Tras pasar el valle que da acceso al Akioud (4.030 m), observamos la canal norte del Ras. Ayer, desde el Toubkal, parecía vertical, pero cerca de la base, aparenta tener más de 60º y no revestir demasiada dificultad. Sólo se observa nieve. Nos acercamos un poco, sin perder demasiada altura, y no conseguimos ver huella. Definitivamente, al contar con sólo un piolet por persona y no disponer de material para asegurarnos, preferimos seguir por la vía normal y dejar la canal. Aunque resulta muy tentadora. Otra vez será.
Llevamos muy buen ritmo. En el camino encontramos un irlandés que marcha solo. Se llama Ian y tendrá unos 68 años. Pronto nos ponemos a hablar con él y le invitamos a que nos siga. No me gusta que la gente vaya sola. El hombre, agradecido, se une a nosotros. Me cuenta que sus compañeros le han dejado solo, que han preferido quedarse a dormir unos y otros bajar a Marrakech a tomar cervezas. Resopla y va algo más lento que nosotros, pero no se para, va siempre al ritmillo.
En poco más de 1 hora y media hemos alcanzado el collado de Tizi n'Ouagane (3.735 m). Aquí nos desviamos a la derecha, hacia el oeste, para buscar la cresta que da acceso al Ras por la vía normal. Se trata de una cresta amplia, con mucha nieve, que cuenta con varios "patios" de mucha altura, con largas palas de nieve helada de varios cientos de metros, pero que no terminan de dar sensación de peligro.
Poco antes de la antecima, hay que superar un paso expuesto, completamente nevado, de unos 40 cm de ancho y 15 metros o más de largo, con caída a ambos lados, que me parece fácil.
Hacemos cumbre en el Ras (4.083 m) a las 11:15. Es la montaña más bonita que he subido nunca. No sólo las vistas son impresionantes, sino que la cresta de acceso es muy divertida. Nos hartamos de sacar fotos. El día es fantástico.
Ian y Toni se bajan, mientras que Tomás y yo nos dirigimos al Timesguida. Aquí no hay ningún problema, ya que la cumbre es una gran meseta, de un par de hectáreas de superficie, prácticamente llana, a la que se accede por una pala de nieve de poca pendiente y muy constante.
En la misma cima del Timesguida (4.089 m), me encuentro un grupo de 6 chavales del Centro Excursionista de Paterna. ¡Qué casualidad!, ¡qué pequeño es el mundo!.
Nos bajamos todos juntos y antes del collado, tenemos que bajar un par de palas de nieve en las que hay que tener cuidado, que la nieve está empezando a reblandecerse. Toca pegarse de cara a la pared y bajar haciendo "escalera" con los crampones. Con mucha calma.
Llego al refugio pletórico de alegría y energía. Allí esperan Nuria, Rocío y Manolo, que han pasado la mañana descansando. Les confirmo que estoy con fuerzas para irnos a Imlil, donde pensamos pasar la noche.

Vuelta a Imlil
A eso de las 15:00 del mismo miércoles 17 salimos hacia Imlil. Ahora sin mulas. Con la subida a los picos de la mañana y la bajadita de ahora, llevaré un total de 2.500 metros de desnivel de bajada acumulado. Quizá demasiado para mis rodillas, aunque no me protestan en todo el camino. ¡Bien!.
Despedida de la gente y buenos deseos.
Llegamos sin incidencias pasadas las 19:00. Es casi de noche y nos acomodamos en un albergue local (gîte d'etape), gestionado por Mohamed, el hermano del chico que subió con nosotros, acompañando la mula y nuestras mochilas. Aquí son todos familia.
La media pensión nos cuesta 12 €/persona y noche. Para dormir, un colchón sobre una alfombra, en una habitación para cuatro personas, que está bastante limpia. Ducha de agua caliente y baño limpio.
En la puerta encontramos a Frédéric, un francés que conocí anoche en el refugio y que ha venido solo para subir al Toubkal. Sólo habla francés, así que sólo puede comunicarse conmigo. Cenaremos todos juntos un tajine de pollo y verduras exquisito y nos iremos a dormir pronto.

Mañana por Imlil y tarde en Marrakech
El jueves 18 nos despertamos en Imlil. Mohamed nos ha preparado un desayuno contundente a base de diversas mermeladas y crêpes bereberes. Muy rico todo.
Nos acompaña a visitar una de las muchas tiendas que hay en el pueblo, propiedad de un primo suyo, por lo que puedo entender en su primitivo francés. Es el primer contacto con el comercio local, salvo la experiencia en el mercado de Asni, y es una oportunidad perfecta para empezar a practicar las dotes del trueque y del regateo.
Tras las correspondientes compras, visitamos una cooperativa de mujeres berebéres, que trabajan con el fruto del Argan y algunos de sus productos (aceites, cosméticos, alimentos, etc.).
Hacia mediodía buscamos un taxi y nos vamos a Marrakech (300 dirham). Es otro primo de la gente del albergue. ¡Cómo no!.
Me he quedado con ganas de más y de buena gana me hubiera quedado una semanita por Imlil y sus alrededores, de descanso total, en contacto con esta gente tan hospitalaria y disfrutando de sus montañas (snif).

Durante el viaje a Marrakech casi nos la pegamos con una furgoneta que no se apartó en una curva y que nos pasó a pocos centímetros del capó del coche. Hasta el conductor se pone blanco. Yo tiro con desesperación del cinturón de seguridad, intentando ponérmelo, pero no funciona. No hay cómo engancharlo al suelo. Puf. ¡Y qué forma de conducir!.

En Marrakech nos alojamos en un founduq (fonda), en un callejón perpendicular a una concurrida calle peatonal (Rue Bab Agnaou), cerca de la famosa plaza de Djemma el-Fná, centro neurálgico de la ciudad, y que destacan todas las guías de viaje por ser un lugar que cambia constantemente a lo largo del día. Merece una visita.
Visitamos también los zocos, para hacer diversas compras.

Estancia en Marrakech y vuelta a Madrid
La tarde del día 18 y todo el día 19 permanecemos en Marrakech. Aprovechamos para ver algunos de sus rincones más destacados: la plaza, los zocos, la mezquita Kutubia y sus jardines, etc.
Es una ciudad que vale la pena para pasar un par de días, dejándose llevar entre el tumulto, el exotismo marroquí y el colorido.
El viernes 19 por la tarde me voy (yo solo) de paseo a ver el Palacio Real y las tumbas Saadíes. Creo que echarse la siesta en una ciudad como esta es casi un crimen, sobre todo hoy, que no hace demasiado calor. Pero cada cual elige qué hacer ... (jejeje).
Más tarde volvemos a quedar con los cartageneros del Toubkal para tomar unas cervezas y nos vamos pronto a dormir, que mañana tendremos que madrugar.

Llegamos a Barajas (Madrid) el sábado 20 de marzo a las 11:15, con unos minutos de retraso. Llego tarde para la prueba de orientación que tenía este fin de semana, del Trofeo Sierra Norte de Madrid, pero son dos días de carreras, así que mañana podré correr.
Mi hermano viene a recogerme y pasamos el día por Madrid. Aprovecho para probar la moto que tiene, una Suzuki GS 500 naked. Menuda diferencia de conducción, en comparación con mi mulilla (jejeje).
Por la noche duermo en el suelo duro de San Agustín de Guadalix, junto con mis compañeros de la UPV-O.
Ha sido un viaje muy bonito y me encantaría repetirlo otro año, pero con más tiempo, que hay mucho que disfrutar.

Comentarios diversos
El Atlas se parece bastante a Sierra Nevada. No es como Pirineos. Son cumbres muy altas, pero sin grandes dificultades técnicas, aunque requieren una cierta preparación física y técnica.
Es preferible ir en invierno, ya que en verano son todo pedreras y hace mucho calor.
Las dos rutas señaladas se pueden hacer con esquí de travesía y, de hecho, más de la mitad de la gente que estaba en el refugio habían elegido esta opción, aunque la nieve estaba demasiado helada en superficie y no es fácil alcanzar las cumbres por este medio.
Aunque me preparé con diuréticos para prevenir el mal de altura, al que le tenía auténtico pánico por algunos antecedentes, no he tenido ningún problema. No he sufrido mareos, ni dolor de cabeza, ni nada. A partir de los 3.500 m empezaba a notar un poco la altura al respirar, pero nada más. De hecho, me estoy pensando si las veces anteriores realmente fueron sólo mareos por cambio brusco de presión, como en el teleférico de Mont Blanc, o simplemente una hipoglucemia, como en la subida al Aneto.

El regateo
Aquí el lema para todas las cosas es, en general, "la prisa, mata", así que todo lo hacen con mucha calma.
Regatear es un arte para el que hay que tener maña, tiempo y unas ciertas habilidades sociales, que no todo el mundo posee.
Lo primero que intentan los lugareños es llamar nuestra atención con un "eh, ¡amigo!", o bien "¡el de rojo!", o un "mejor precio que en El Corte Inglés". Y os aseguro que a veces consiguen hacer que esbocéis una sonrisa. Son muy ingeniosos.
Como la frase que nos dirijarán probablemente nos chocará o nos hará reir, ya han conseguido que te fijes en ellos. El siguiente paso es que te acerques para poder enseñarte lo que tienen y, finalmente, meterte dentro de la tienda. Todo un arte estudiado.

Entonces entra la fase del regateo. Un juego de intenciones, de seducción, de muecas, de gestos, de sutilidades, que sólo los muy avezados en este arte saben apreciar. Una auténtica representación teatral.
Hay que mantener en todo momento las facciones frías y mostrar cierto desdén, aunque nos parezca una preciosidad lo que nos están enseñando.
Si mostramos interés por algo, nos lo ofrecerán por un precio varias veces superior a su valor real. Entonces hay que mostrar indiferencia o poner cara de indignación. Ya hemos empezado a "jugar". Un gesto de desprecio hecho con respeto o un "c'est trop (es demasiado)" es suficiente para dar a entender que nos parece un exceso, pero que seguimos interesados.
Entonces nos pueden empezar a bajar o directamente nos preguntarán cuánto estamos dispuestos a dar "combien d'argent? (Qué precio?)".
En ese caso hay que poner un precio de base, muy bajo, porque luego no podremos volver atrás.
Si el precio ofrecido es demasiado bajo o pierde dinero el vendedor, nos lo dirá directamente, exagerando sus gestos.
Pero si el precio es bajo, pero no pierde demasiado dinero, puede reaccionar con un "eso es poco" o bien "sube", mientras bajan su oferta. Otros reaccionan echándose las manos a la cabeza, sobreactuando, y acompañando con un "tú debes ser bereber", "quieres matar de hambre a mis hijos" o "catalán, ¿no?". Siempre frases ingeniosas acompañadas de un sano humor que nos invitan a quedarnos para seguir negociando.
Es conveniente negociar varios artículos a la vez para sacar un buen precio por todo.
Si han bajado mucho y no hemos subido demasiado, entonces se plantarán y te dirán que tienes que ceder. Es el momento de incluir algún artículo más o bien ofrecer más dinero.
A veces la diferencia es de 5 dirham (0,45 €) , pero no la bajarán, porque lo consideran una cuestión de orgullo. Ceder cantidades así es razonable para cerrar un trato.
Si aún así nos vamos de la tienda con un "c'est trop cher, il coûte cher (demasiado caro, es caro)", es posible que salga de la tienda persiguiéndonos y ofreciendo otro precio nuevo.
Hay que tener claro que si cierran un regateo contigo, NUNCA han perdido.

Hablando con algún comerciante, me confesó que les gustaban los españoles, porque discutíamos el precio con maña, mientras que el resto de extranjeros eran muy aburridos y aceptaban cualquier precio que les pidieran, sin regatear y que eso "les molestaba".
¡Ah! ... si en el grupo hay mujeres, es mejor que negocien los hombres los artículos que deseen. Todavía son muy machistas para aceptar un precio negociado con una mujer. Afortunadamente, no todo el mundo es igual, pero es lo generalizado, sobre todo en zonas rurales. En la ciudad no tanto, aunque también.

Coste definitivo del viaje
Como he intentado hacer una crónica que pueda resultar útil para aquellas personas que tengan inquietud por visitar el Atlas, voy a pasaros un resumen de los gastos que hemos tenido por persona.
Debo recordar que fuimos en plan "baratón o mochilero", por lo que es un precio orientativo para el tipo de viaje que hemos hecho.

Billete de avión con Ryanair (low cost - 2 meses antelación) ... 81,63 €
Suplemento por maleta (para material duro - 30 € entre dos) ... 15,00 €
Coche Valencia - Madrid (ida y vuelta - entre 4 personas) ... 13,00 €
Taxi aeropuerto Marrakech a Imlil (50 € entre 4 personas) ... 12,50 €
Mula para transportar mochilas al refugio (15+5 € entre 4) ... 5,00 €
Estancia en refugio del Toubkal (2 noches a media pensión) ... 40,00 €
Estancia en albergue local en Imlil (1 noches a media pensión) ... 12,00 €
Taxi Imlil a Marrakech (30 € entre 4 personas) ... 7,50 €
Estancia en fonda en Marrakech (2 noches, sólo alojamiento) ... 12,00 €
Taxi de Marrakech al aeropuerto (15 € entre 4 personas) ... 3,75 €

TOTAL ... 202,38 €

A esto también habría que añadir alguna comida suelta (menú de lujo unos 8-10 €, normalito unos 5 €) y las bebidas, a 0,50 € la botella de agua 1,5 litros, así como refrescos, tés y otros vicios). No cuento los regalos que guste comprar cada uno, claro.
Vale la pena, ¿eh?. ¡Y a apenas a 2 horas de Madrid!.

Coincidencias y casualidades
Curiosamente, el mundo es muy pequeño. Aunque con esta afirmación creo que no descubro nada que no sepamos, ¿verdad?.
Y lo digo porque tanto Manolo como Toni, con los que he compartido el viaje, participaron en 2009 en la Carrera por Montaña "2ª Subida al Pico de Chelva", que organizaba el Centro Excursionista de Chelva. Y ambos presumían de camiseta ... sí ... aquellas que nos costaron un ojo de la cara (jajaja).
Efectivamente, el mundo es un pañuelo. Qué casualidad, ¿eh?.


martes, 30 de marzo de 2010

Entrevista a Ràdio Nou

Avui, a les 17:30, he tingut una entrevista amb Gonzalo Naya, de Ràdio Nou, del programa "Sense límits".
És la primera vegada que visite un estudi de ràdio de deveres. La vegada anterior, va ser un del tipus "ràdio fórmula", que el presentador fa també de técnic de so. Aquest tenia 5 estudis per gravar programes i inclús he pogut asomar-me des de dins d'una de les saletes de control, per veure un programa en directe, crec que era el de "la Calaixera". És curiós posar cara i físic a les veus que escoltem de vegades a la ràdio. Em resulta molt extrany. Però si tancava els ulls, les reconeixia perfectament.

Per què Ràdio Nou?
Bé, Mónica, del GMP-UPV va parlar amb Gonzalo per comentar-li que una persona (servidor) del club, s'havia anat al Toubkal i ahí començà tot.
Volien que contara una mica l'escapada al Marroc, al Toubkal i a l'Atlas i quines impressions i experiències tenia del viatge.
Hem estat parlant uns 20 minuts en un ambient cordial i molt còmode. Pareixia que estiguera més a la cafeteria fent-me un te amb menta, parlant amb un conegut, que a un estudi de ràdio. Ha estat bé.
Com sempre, m'he anat content, però amb la xicoteta sensació d'haver-me deixat alguna cosa per dir, però no passa rés. Tampoc seria important.

El pròxim dissabte, dia 3 d'abril, emetran l'entrevista de 22:00 a 23:00, amb una durada aproximada de 30 minuts, alternant amb altre convidat de Borriol, amb el que vaig coincidir per l'Àfrica (jejeje).
Podreu escoltar-lo per mí? (Jo no estaré per València)
Després posaran el programa als àudios i després a l'històrics dels àudios del programa. Però tranquils, que també el penjaré per ací.

lunes, 29 de marzo de 2010

Caminando por la Serra d'Espadà. Ascensión a los Picos Rápita y Espadán.

El sábado 27 de marzo participé en una nueva salida con el Grupo de Montaña del Politécnico GMP-UPV. Esta vez por la Sierra de Espadán (o d'Espadà, tanto monta).
Hace tiempo que quería subir un par de picos por allí, en concreto el de Rápita, y este fin de semana se dieron las circunstancias perfectas: sábado libre y ganas de caminar.
Así que para allá nos hemos ido.

A las 9:15 salimos de la puerta del ayuntamiento nuevo, en dirección a Algimia de Almonacid (Castellón). Somos 9 personas, guiados por la siempre magistral mano de Juan, que es un crack para estas cosas. Yo quizá no tendría tanta paciencia como él, aunque me encanta ayudarle en lo que puedo (jejeje).
Hoy esperamos romper el maleficio que hemos sufrido últimamente tanto Mara como yo, ya que en nuestras dos últimas salidas con el GMP acabamos en el hospital. La mía, el día de La Murta (Alzira).

El itinerario es muy bonito y discurre en su mayor parte por sendas, algunas empedradas con esmero, otras de tierra, otras señalizadas como PRV 63.6, pero todas en buen estado de tránsito.
Hay bastantes personas por la zona, de lo que deduzco que estos senderos atraen a mucha gente. No me extraña.
Por el camino podemos ver alcornoques y carrascas, multitud de pinos y un rico matorral que lo rodea todo. Los cerezos empiezan a mostrar sus flores, sustituyendo las de los almendros, que ya las han perdido. Encuentro violetas, cantuesos, orquídeas, helechos ... ¡pero qué mona es la primavera con sus florecillas y sus alergias!.
El día ha salido perfecto y sopla una ligera brisa de poniente, lo que permite tener una visibilidad casi perfecta de las sierras circundantes. Incluso se ve con claridad la nieve que resta en Javalambre y en Gúdar. Las vistas son espectaculares, aunque no llegaremos a ver las Columbretes, que sé que es posible verlas en días muy buenos.
Por el camino podemos también disfrutar de algunos elementos del patrimonio arqueológico de la zona: un depósito de nieve, varias fuentes (la de la Calzada es muy interesante y el agua es estupenda), bancales de piedra en seco, devorados por el monte, corrales, un despoblado morisco, un par de torreones medievales, un castillo, interminables líneas de trincheras, refugios y fortificaciones de la Guerra Civil, etc. Hay que ir con los ojos muy abiertos para no perder detalle.
La única dificultad que presenta el recorrido es física y lo peor quizá se corresponda con la subida, un poco exigente, al pico Rápita (1.109 m), que es el pico más alto de la Sierra Espadán. Aunque es cosa de poner un ritmo constante y no tiene ningún problema. Se sube también al pico de las Dos Tetas (875 m), al geodésico de Espadán (1.042 m) y al pico Espadán (1.104 m).

Como el recorrido tiene 20,5 km y +1.215 metros de desnivel acumulado, pensaba que lo completaríamos en unas 5 horitas, así que aprovisiono únicamente almuerzo, sin pensar en la comida o en llevar reservas. Craso error que el resto de compañeros/as intentan suplir compartiendo sus vituallas, a lo que me niego: si no he sido capaz de contar con mis necesidades, ni hacer previsión, debo aprender para la próxima (cabezón que es uno). Si me hubiera visto en un apuro (hipoglucemia), entonces sí hubiera aceptado algo para comer (jejeje).
En cualquier caso, gracias por el intento a todos/as. Sois geniales.

Por la tarde, y de vuelta a Algimia, hemos pasado a visitar la Cueva del Estuco, que no conocía. Se accede por una senda que sale desde el camino que baja del pico Espadán y que asciende hasta una pequeña entrada, en la que hay que entrar a gatas. En la misma boca, encontramos varias fijaciones en la pared y una cuerda para poder descender con seguridad al interior. Ya dentro, nos aparece una espectacular sala llena de estalactitas, estalagmitas, cascadas y otras formaciones interesantes, bastante degradadas, que tendrá más de 15 metros de altura y más de 4000 m2 de superficie. Preciosa. El silencio y la oscuridad son casi totales, salvo por una pequeña apertura en el techo de la cueva. Me encanta este sitio. Habrá que volver.

Para mi gusto, hemos ido ligeramente lentos y en los últimos quilómetros, que son de pista forestal y carretera, he estado a punto de salir corriendo cuesta abajo. Afortunadamente, me he reprimido, que el domingo tenía carrera de orientación en Onil y no era cuestión de cansarse demasiado.

Curiosa coincidencia: Al llegar al pico Espadán, y mientras se hacía el alto para comer, he coincidido con un grupo de despistados que venían sudando la "gota gorda" y que estaban realizando la III TransEspadán, organizada por el club CxM. Nada menos que 80 km, con +3800 y -4600 m de desnivel. ¡Qué locos!.
Cómo no, Paco Zen en cabeza y Enrique entre los afortunados. El jueves ya me avisó Paco que igual nos veríamos. El mundo es un pañuelo (jajaja).

domingo, 28 de marzo de 2010

I Trofeo Colivenc de Orientación

Esta mañana se celebraba la 3ª prueba puntuable del Campeonato de liga autonómica de Orientación 2010.
A la 2ª no pude ir, que me fui a Marruecos, pero esta no me la podía perder. Es mi octava carrera de orientación como federado, esta vez en categoría regional H35.
Organizaba el Club Esportiu Colivenc en el paraje "La Quitranera" de Onil (Alicante).

La salida la tengo a las 11:20. Soy de los últimos de mi categoría en salir. El recorrido (teórico) de 5,6 Km, con +245 m de desnivel y 23 controles.
El terreno es el clásico mediterráneo, con muchas piedrecillas, mucho matorral con pinchos y muy leñoso y algunos restos de cortas entre los árboles, aunque es mejor que el de Ibi.
No me ha parecido excesivamente difícil, excepto 3 balizas, que se encontraban a mucha distancia entre ellas y había que atravesar varias veces el mapa de punta a punta. Arriba y abajo. Demasiada distancia para mí y no podía mantener buen ritmo de carrera. Ha habido un rato que me he quedado sin fuerzas y he tenido que dejar de correr. Puf ... ¡pero qué petardo soy!.
La balizas que más me han costado encontrar han sido la 7 (65), por culpa de un grave error en la navegación que he tardado en darme cuenta, y la 5 (40), donde he coincidido con más corredores que andábamos todos igual de "desorientados". Estaba algo escondida. El resto han estado bien.

Al final me ha costado 1:31:44, con lo que he quedado el 10º de 18, a menos de 6 minutos del 6º clasificado. Por bien poquito (jejeje).
Mi velocidad sigue siendo baja, pero tengo cada vez más fondo. Estos entrenamientos con Paco Zen por la Vallesa me están sentando muy bien. Gracias, Paco (jejeje).

sábado, 27 de marzo de 2010

Voll Damm doble malta versus ... ¿crêpes?

Pues sí. Tras una entretenida jornada de pateo por el monte, la polémica a última hora del día ha consistido en dilucidar si Voll Damm doble malta (7,2%) o Steinburg 100% malta (5,5%). Tema de gran trascendencia personal (jejeje).
La cuestión es que alguien quería ponerme los dientes largos con la Voll Damm, sabiendo que YO no tenía en casa y que sólo contaba con las Steinburg, a todas luces insulso sucedáneo de la anterior.

Pero gracias a mi cabezonería, me he vuelto a empeñar en demostrarme que podía conseguir alimentar mi insaciable hedonismo yendo urgentemente a adquirir unas Voll Damm. ¡A mí me iban a poner los dientes largos con cervecitas de malta y de marca!.
Para rematar la jugada, he empezado por saborear una Steinburg, mientras ponía las adquisiciones en el congelador y he rematado la cata con una Voll Damm, comparando así mejor sus cualidades.
Y mi conclusión ha sido que: como una Voll Damm no hay nada, pero una Steinburg 100% malta y buena compañía, siempre puede saber mejor.

Ahora, con el puntillo y la ligera niebla etílica que pone en el cuerpo dos cervezas contundentes, me da igual cuál estuvo mejor, aunque en lo más íntimo sé que siempre será una Voll Damm. Lo sabía antes de compararlas. Sólo era una excusa.

Les crêpes ... para cuando me quieran aceptar una cena, que se han negado por banda con la excusa de la cerveza, pero sé que ganicas no faltaban. Aunque puede que en un próximo intento, me niegue a hacerlas. O no. Las oportunidades como vienen, se van (juasjuasjuas).

La alegría de la huerta me dicen ... A veces, cuando me hago el loco, lo consigo. Según los días. Hoy estaba inspirado. Tengo facilidad para el humor absurdo y surrealista. Metamorfosis temporal, sin mayor sentido ni trascendencia. Quizá una lisonjera máscara circunstancial. Pero sin compañía que lo aprecie, sólo me río yo y de mí mismo.
Suspiraré.

Listening to Fito & Fitipaldis "Me equivocaría otra vez" ... and brooding on the sense of life ...

lunes, 22 de marzo de 2010

III Trofeo Orientación Sierra Norte (Madrid)

Tras el interesante viaje a Marruecos, este fin de semana tocaba otra prueba del Campeonato Nacional de la Liga O-Pie de la Federación Española de Orientación. Esta vez en San Agustín de Guadalix (Madrid), en la "Dehesa baja".

Como el avión de Marrakech aterrizó en Barajas a las 11:10, con algo de retraso, y la salida de la carrera de larga distancia del sábado 20 la tenía a las 10:54, no me fue posible salir. Evidentemente.
Esto ya me lo imaginaba, que a todo no podría llegar, pero había que intentarlo.
Así que quedé con mi hermano y me fuí a pasar el día por Madrid. A comer y a charrar, que hacía cosa de un mes o más que no nos veíamos.
Por la noche me llevó Esther al suelo duro, ya en San Agustín de Guadalix.
Es curioso ver que nos juntábamos para dormir más de 250 personas distribuidas en varios tatamis, en el polideportivo municipal. 2 duchas y menos de 4 WC para tanta gente. Aún así, me pareció que la convivencia ha sido excelente. Esto parece un refugio de montaña, pero con más gente y el personal más revuelto. El ambiente es estupendo y el respeto máximo. Ahora entiendo por qué dicen que la orientación es una "pequeña familia".

El domingo 21 subo con los compañeros del UPV-O a la zona de carrera para hacer la prueba de media distancia.
La mañana ha salido fresca y llueve ligeramente. Sobre las 9:20 deja de caer agua, pero está todo mojado. La zona está formada por una serie de colinas graníticas y cubierta por una dehesa de carrasca, con poco matorral, salpicada de grupos de rocas, barranquetes con agua y mucho pasto de majadal. Parece un gran campo de fútbol, de bueno y ligero que está el terreno, aunque con cortas pero fuertes pendientes en las laderas. Hay que tener cuidado con las piedras, que resbalan un poco, pero la prueba promete ser rápida.

Salgo a las 11:04 para la carrera de media distancia (3,1 km y +130 m de desnivel, siempre teóricos y 18 controles). Algunos controles están muy cerca entre ellos y el terreno es rápido, así que será una prueba muy técnica, con mucho detalle en planos, donde un error de segundos puede marcar una importante diferencia.
Consigo completar el recorrido en 39:15, quedando el 8º de 25 en H35B. A menos de 2 minutos del quinto clasificado. Esta carrera ha salido muy bien.
He tenido problemas sólo en la baliza 5, en la que pierdo un par de minutos más de los que debería. Mi velocidad sigue siendo baja, en comparación con el resto del personal, pero la navegación ha salido perfecta.
En los últimos 500 metros, tras una fuerte subida, he tenido que dejar de trotar. Me estaba ahogando y el corazón se me salía por la boca. He tenido que frenar un poco. Menos mal que estaba llegando a meta.

Ha sido una carrera muy divertida y el resultado estupendo. Lástima no llegar a tiempo a la de larga distancia del sábado. Otra vez será.

domingo, 14 de marzo de 2010

Caminando entre Sacañet y Canales por el GR-10

Este fin de semana tenía previsto descansar, haciendo vida social. Ni orientación, ni escapadas. Y eso que tenía tres carreras a elegir, una de la liga autonómica, una salida por la Sierra de Bérnia y una propuesta de salida en la bicicleta. ¡Cuántas tentaciones, con el mono que tengo de bici!. Pero he intentado ser prudente y reposar un poco, que no me interesa una lesión a última hora por hacer el tonto y prefería descansar, pensando en lo que me espera la semana que viene, que valdrá la pena.

A última hora, el Centro Excursionista de Chelva propuso una excursión por el Alto de la Bellida (1.336 m) y sus ventiqueros para ayer, sábado 13. Aunque creo que, realmente, era una excusa para quedarse a comer por Alcublas (jejeje).
Yo ya estuve por allí a finales de noviembre y no me apetecía demasiado volver tan pronto, pero la posibilidad de hacer el trozo del sendero GR-10 que sube desde Sacañet hasta Canales, me parecía una alternativa interesante, ya que no lo conocía. A esto se añadía el poder ver a la gente de Chelva, que hace mucho que no me juntaba con ellos. Era una buena opción, relajada y tranquilita. Un paseo por la sierra en buena compañía. Muy apetecible.

Hemos quedado en la Plaza de la Iglesia de Alcublas a las 9:30 para almorzar. Creo que salimos a eso de las 10:30 o incluso más tarde. Llevamos más de media hora de retraso sobre el horario previsto.
Juan Antonio me sugirió que preparara la ruta y así lo hice. Voy con mis planitos, aunque me sé el camino de memoria.
El grupo está formado por: Amparo, Inma, Amparo, Ricardo, Rafa, Juan Antonio, Vicent, Carlos, Pepe y Mario.
Salimos del pueblo hacia la Cueva Sabuquera, que parece que el grupo no la conoce. Parada rápida para ver el entorno y sacar fotos. La mañana es fría y todavía hay hielo en los charcos. El sol ha salido sin nubes, aunque no calienta.

Tras una breve visita, nos dirigimos a Sacañet. Dejamos los coches en la fuente que hay en el centro del pueblo, frente al jardín.
La ruta no tiene ningún misterio, ya que simplemente es seguir las marcas blancas y rojas, que se meten barranco arriba, hacia la sierra.
Aquí todos van armados de cámaras réflex digitales menos Vicent, Juan Antonio y yo, que llevamos compactas "normalitas". Habrá que modernizarse. Cada vez que paramos se oyen comentarios jocosos y risas, para pasar, a continuación, a un silencio acompañado de los zumbidos y los clic de las cámaras. Si se oyen comentarios durante estos momentos de éxtasis fotográfico, es para indicar a alguien que se mueva, que se ponga aquí o allá o para pedir que saquen tal foto. Estos momentos siempre vienen acompañados de más risas.
A veces estas paradas se hacen eternas. Más que una excursión, parece un safari fotográfico (jejeje).
Yo me divierto viendo cómo se concentran, juegan con los botoncitos de sus cámaras y adoptan posturas inverosímiles para conseguir el mejor ángulo. Rafa es el que mejor se lo pasa, buscando buenas tomas y juegos con las luces. Para algo es el que más sabe de fotografía. Estoy deseando ver el resultado del reportaje que habrá hecho. Se le veía disfrutar con la cámara.

Alrededor de la cota 1.200 m empiezan a aparecer las primeras manchas de nieve. Están bajo los árboles y el matorral, siempre hacia el lado norte. Cerca de los 1.300 el suelo todavía está cubierto de nieve en las umbrías. En las solanas, en los ventisqueros. La imagen es preciosa y me llena de alegría. Voy haciendo el tonto y dando saltitos por todos lados, contento de lo que veo. Parezco un perrillo de caza, yendo y viniendo. Es un espectáculo precioso.
Mientras empezamos a ver los ventisqueros y pozos de nieve del entorno de la Bellida y mis compañeros disparan sus cámaras, me subo al vértice geodésico, separándome del grupo. Un rato de soledad entre la nieve. La visibilidad no es muy buena, pero suficiente para ver manchas blancas en las cumbres circundantes. El sol brilla y no hace aire. El día es perfecto. Me he traído las zapatillas de correr, para tener descansados los pies todo el día, y aprovecho para pisar la nieve, que me cubre los tobillos, mojándome los pies.
Cuando llegamos al Ventisquero de Los Frailes, ya cerca de Canales, Juan Antonio nos recuerda que son las 14:00 y que tienen que volver, que habían quedado a comer en Alcublas a las 15:00. Mira a Vicent mientras lo comenta. Nos miramos los tres. Me encojo de hombros: "yo estoy de paseo y vosotros de safari fotográfico. Para hacer 6 kilómetros hemos tardado casi 3 horas. No me pidáis explicaciones (jajaja)".
Me ofrezco para bajar a por el coche a Sacañet. Puedo ir más rápido que el resto y además, vengo preparado: aprovecharé las zapatillas. Vicent me da las llaves y se queda con mi chaqueta.

Me bajo a Sacañet corriendo. Al principio, subiendo la Bellida, me entra algo de agobio. Estoy subiendo a demasiada velocidad. Rápidamente me acuerdo de Paco Zen cuando me dijo "sube con pasos cortos y empieza despacio" y así lo hago. Poco a poco voy cogiendo ritmo, y me lanzo a la carrera a todo lo que puedo bajar. Hay algún tramo de rocas, pero el resto es una senda de tierra y camino, muy cómodos de correr. En menos de 30 minutos (¿24?) estoy abriendo el coche. ¡¡He bajado a menos de 5 min/km!!. Podía haber ido incluso más rápido, pero me daba miedo dar un traspié. Y lo mejor: no estoy ni cansado. ¡¡Ni me lo creo!! (jajaja).
Al final, he conseguido sudar un poco.
Menos mal que quería descansar este sábado (jajaja).
Un día magnífico.

domingo, 7 de marzo de 2010

XXII Trofeo Int. de Orientación Costa Cálida (Murcia)

Este fin de semana se celebraba otra prueba del Campeonato Nacional de la Liga O-Pie de la Federación Española de Orientación, prueba puntuable para el World Ranking Event 2010 (WRE) de la I.O.F..
Esta vez tocaba en Cehegín (Murcia), en el llamado "Coto de las Maravillas", y para allá nos hemos ido 18 corredores de la UPV-O.
Por lo que me cuentan los compañeros, esta prueba es una clásica en el calendario y cada año la organiza un club de la federación murciana. Son mi cuarta, quinta y sexta carreras de orientación en H35B.

Decidimos salir de Valencia el sábado por la mañana a las 6:45 Sara, Jaime y yo. Tenemos unos 240 km por delante. Viaje tranquilito.
Llegamos pronto. Jaime saldrá el primero, a las 10:27. Es el que más prisa tiene.
Hace fresco (unos 5ºC), ha llovido por Murcia y el terreno está muy mojado. Más que mojado, embarrado. Menudo invierno de agua llevamos. Me encanta que llueva, pero esto empieza a pasarse de rosca.
El parking está a tope de gente. Es un campo de almendros que rezuma agua por todos lados. Barrillo pegajoso que anticipa lo que tendremos en el monte.

Larga distancia.
Salgo a las 11:01 del sábado. El recorrido teórico es de 4,8 km y +195 m, con 15 controles.
Reconozco que no estoy todo lo concentrado que debería. Miro el plano y busco la primera baliza. Alocadamente, pienso que parece interesante tirarme monte a través a buscarla. A rumbo. Es una mala opción. La peor de todas, de hecho. Este terreno tiene mucho microrrelieve sin cartografiar, por tema de escala, resultando muy técnico y hace tiempo que no corro una carrera de larga. Luego aprenderé una máxima "la primera hay que ir a asegurarla".
Cojo el barranco que no es y me pierdo sin remedio, apareciendo a varios cientos de metros de donde debería, prácticamente fuera del mapa. Hacía rato que me parecía que seguía un rumbo extraño, pero no le he hecho caso. Casi kilómetro y medio que tendré que hacer de más. Y esa es la primera baliza. Puf. Pero ¿cómo es posible ser tan inútil?. Pierdo más de 20 minutos intentando saber dónde estoy y cómo ir donde debo. Menudo desastre. Otra carrera a hacer puñetas.
Mi objetivo ahora será recuperar algo de tiempo e intentar no quedar mal del todo.
En la baliza 2 vuelvo a meter la pata y pierdo otros 5 minutos. ¡Así no hay manera!.
Me hace gracia, porque a partir de esta segunda baliza, con el cabreo todavía en el cuerpo, consigo recuperar la concentración. Esto se ha convertido en una cuestión de orgullo. Empiezo a navegar a rumbo y las voy clavando una a una, sin dudas. Monte a través, sin referencias. Olé mis webs.
El terreno permite trotar a cierta velocidad. No hay casi piedras y el suelo es arcilloso, sobre todo en los barrancos, que no tienen vegetación. Son una buena ruta para ir rápido. Donde hay más matorral, es albaida y esparto, que no pinchan (¡bien!), pero están mojados. A veces chispea, aunque no termina de llover con ganas.
Termino fatal, con un tiempo final de 1:40:49. No puedo ni esprintar en los últimos 250 metros. Hace rato que arrastro las piernas y voy demasiado acelerado. Habré hecho más de 10 km en total, por lo menos, con bastante desnivel. Puf ... estoy muerto.
Sin el error garrafal del principio y mejorando algún parcial, habría quedado entre los diez primeros, pero esta vez me tengo que conformar con el 16º de 21. Menudo desastre.
Estoy empapado, calado de agua hasta las cejas. No ha llovido, pero como estaba todo mojado, iba empapándome por el camino. Las zapatillas no tienen ni dibujo en la suela, del barro que han acumulado. Necesito descansar y dormito un rato dentro del coche, al calorcito de toda la ropa que me puedo poner encima. Sigue haciendo mucho frío.

Sprint
Como si no hubiera tenido bastante con lo de esta mañana, por la tarde he participado en el Sprint que se hacía por el casco urbano de Cehegín. Muchas callejuelas en pendiente, con escaleras y entre las que es fácil perderse. Importante correr y pensar rápido, eligiendo la ruta más corta.
Salgo a las 16:02. El mapa es muy chulo, con muchas opciones. Ruta teórica de 2,3 km y +140 m y 14 controles.
Acabo la carrera contento. No he tenido dudas en ninguna baliza y las he ido clavando bastante bien, pero mi velocidad es poca y aquí competimos todos "en montonet", es decir, contra gente que está en cateogría Élite y con los extranjeros, que son auténticas liebres. Todos deportistas mucho mejor preparados que yo, con lo que demuestro nuevamente que soy un petardo (jejeje).
Mi tiempo total es de 28:02, quedando el 81º de 128. Un desastre.
Creo que no volveré a correr un sprint, salvo por curiosidad. No me compensa (jajaja).

Ducha en el polideportivo de la localidad. Un lujo: agua caliente y calefacción.
La noche del sábado de cachondeo por Cehegín, de tapitas y cervecitas para aliviar las penas de la mañana. Las mías, claro, que alguno de mis compis ha quedado muy bien y posiblemente se lleve mañana una medalla (felicidades, Alejandro).
Nos vamos a Bullas a dormir, a una casita de campo de los padres de Carlos. Necesito descansar. Estoy rendido.

Media distancia.
El domingo por la mañana se corre la media distancia. Esta vez en modalidad "a la caza", que es nueva para mí. Saldré pronto. Sigue haciendo frío (7º C) y ha llovido por la noche.
Anoche me dí cuenta que había perdido las zapatillas, pero afortunadamente las he podido encontrar en el polideportivo, en los vestuarios. Todavía están empapadas de agua, pero las he recuperado. Menos mal.
El recorrido teórico es de 3,5 km y +125 m, con 14 controles. Sigue siendo muy técnico y nada fácil.
Esta vez salgo concentrado y en lo que tengo que estar. A tope. Hay mucha navegación a rumbo, pero voy clavando las balizas con precisión sorprendente. Ni me lo creo.
En la baliza 5 pierdo 5 minutos minutos más de los necesarios. No tiene importancia.
En la baliza 8 cometo un error garrafal. Está claro que lo mío no son las tonterías: cuando la fastidio, lo hago con ganas. No sólo me equivoco de rumbo, sino que sigo el barranco que no era y acabo en el límite sur del plano a unos 250 metros de mi destino. Empiezo a dar vueltas, sin aclararme dónde estoy y pierdo unos 15 minutos preciosos. ¡Maldición!.
Es el único fallo a destacar, porque el resto las clavo una a una, sin dudas y siempre a rumbo.
Esta vez termino el 11º de 21, con un tiempo final de 1:05:24.
Si corriera más rápido, quedaría entre los cinco primeros. Hay que seguir entrenando.

Retirada a casa con la sensación de haberme divertido un montón, aunque no haya prestado para más. Esto de la orientación es muy divertido.
Ahora viene una semana sin carreras, sin casi nada programado, pero el 21 espero poder correr en Madrid, que el 20 no creo que llegue a tiempo. A ver qué tal me sale con el hematocrito a tope (jejeje). Ya os contaré.

miércoles, 3 de marzo de 2010

La importancia de las cosas más tontas.

Esta misma tarde, mientras hablaba con una compañera en la escuela oficial de idiomas, un chaval se me ha acercado dubitativo. Como conocía a mi compañera, le ha comentado alguna cosa y al final se ha atrevido a preguntarme. Se le veía nervioso y azorado.
- Eres Mario?
- Errrr ... sí
- Yo te conozco. Bueno ... es fácil que no te acuerdes de mí ... no sé ... era un chiquillo cuando coincidí contigo.
- No caigo, lo siento.
- Pero tú estabas de forestal en Chelva, ¿no?.
- Bueno ... más o menos sí. Hace tiempo de aquello. (Reconozco que me he emocionado un poco en ese momento. Ese nudillo en la garganta ...)
- Pues es que estuvimos un día jugando al frontón. Tú estuviste bastante tiempo trabajando por Chelva, ¿no?
- Pues ... sí ... bastante tiempo. (El nudo se va apretando al final de la garganta).
- Yo me acuerdo que jugué al frontón contigo. Además, recuerdo muy marcado aquel día, porque nos sorprendió verte jugando por allí, porque allí todos te conocíamos, aunque éramos chiquillos. Porque nos dejaste jugar contigo. Pero lo que más me acuerdo es que vimos un murciélago que estaba muerto en el suelo y nos diste unas explicaciones sobre aquel animal.
- ¿En serio? (No salgo de mi asombro. Creo que me pongo rojo) ... alguna tontería os diría.
- Pues fue muy interesante. No me olvido de aquel día ...

El resto de la conversación no tiene importancia. El chaval (Javi), me miraba con cara de fascinación, como quien ve a un ídolo o a alguien a quien admira o ha admirado por algún motivo que no alcanzo a comprender. Medía sus palabras. Sus ojillos me escrutaban inquietos y nerviosos. Se le notaba contento de hablar conmigo y rememorar aquel pasaje. Orgulloso de compartir aquella situación conmigo. De tener algo en común.
Me he sentido incómodo. No me gusta que me adoren y mucho menos que me pongan en un lugar donde ni estoy ni merezco estar. San Mario (jajaja).
Cuando he conseguido que pasara el nudo de la garganta hacia abajo, hemos hablado del pueblo y de su familia, y se me ha llenado la cabeza de recuerdos chelvanos. Aquello sería alrededor del 1997. Ha llovido mucho desde entonces. Puf.

Es curioso, pero a veces no nos damos cuenta de la importancia que nuestra existencia tiene para algunas personas y cómo llegamos a influir en la vida de los demás con nuestra sola presencia. A veces sin querer.
Esta persona recordaba aquel pasaje en el que jugó con Mario "el forestal" como algo único. Una experiencia vital que le dejó marcado y de la que se acordaba con todos los detalles. Hasta incluso de lo que les dije. Una nimiedad para mí, pero algo relevante para esta persona.

Es curioso ver como, en algún momento, mi propia existencia ha tenido sentido para alguien y de qué forma lo recuerdan. Y me ha hecho pensar.
Realmente, he influido en la vida de más personas de las que yo pueda imaginar y cada cual ha sacado su experiencia de esa relación. ¡Qué dimensión de responsabilidad toma este razonamiento!.
Esto me ha hecho recordar que hace unos meses mi vida no tenía valor ni sentido alguno para mí. Ya no importa cuántos meses. Afortunadamente, en este preciso momento, ya no concibo aquel desprecio hacia mí mismo, a mi propia existencia, que me llevó poco a poco hacia los senderos de la demencia hasta que conseguí ponerle freno. Menos mal.
He madurado muchas cosas desde entonces y he metido en mi bolsillo nuevas experiencias que me hacen ver las cosas de una forma más "práctica". Más egoísta. Enrocado en mi fortaleza y a la defensiva. Costará volver a tocarme la fibra sensible.

Pero esta tarde, he visto cómo hay quien recuerda vivamente una acción, una situación, sin importancia para mí y de hace muchos años. Incluso con ilusión.
Es sorprendente cómo podemos llegar a ser importantes para alguien sin querer, sin darnos cuenta. Sin ser importante para nosotros.
Es un poco como la película de "qué bello es vivir", pero desde mi humilde experiencia y salvando las distancias, claro.
Es sorprendente e inquietante.
Es como despertar de un sueño, mirar atrás y decir ... caray ... ¿todo eso he sido yo para tanta gente? ¿Yo? ¿El prescindible?
Puf ... qué carga moral.
...
Puf ... miércoles noche ... ¿qué tal el Kinépolis? ¿demasiada cerveza en el cuerpo, Mario? (jajaja).

martes, 2 de marzo de 2010

Trotando por La Vallesa.

Ayer por la mañana, Paco Zen me lanzó un reto que me sobresaltó en un primer momento.
Le acababa de contar por encima lo del esquí de travesía del fin de semana y me dijo que me veía fuerte últimamente, así que me invitó a dar una vuelta por el bosque de La Vallesa (Paterna, Valencia) hoy martes.

Me quedé por un momento sorprendido y sin palabras. ¡Qué honor!. Acompañar a Paco en un entrenamiento rutinario (jejeje).
Ilusionado, llamé a Julio para ver si se venía, que habíamos quedado muy cerca de su casa, pero se excusó con el cursillo de pádel. De broma, el resto de compañeros dijeron que necesitaba escolta, para que no me reventara Paco. Es posible, pero no me lo iba a perder. Menuda oportunidad.

Así que quedamos para esta tarde a las 17:00.
Paco me ha enseñado un circuito por dentro del pinar de 10 km. Me ha dicho que me pasará el track.
De primeras, me ha propuesto hacer algo de "fartlek", que estuvimos comentando la semana pasada, ya que es un tipo de entrenamiento muy usado en orientación, pero le he pedido que hiciéramos fondo, que lo prefería.
Alrededor del kilómetro 7 he tenido que parar unos 30 segundos, que llevaba el pulso muy acelerado. Por lo demás, ningún problema. En total, nos ha costado 57 minutos y medio. Ritmo lento, pero es lo que hay. Al menos, sigo por debajo de los 6 minutos/km. Hace un año hubiera soñado con esta distancia, pero no la hubiera completado. Com sempre: poquet a poquet.
Lo mejor es que todavía me quedaba mecha para otro trocito más. Pero lo diré con la boca pequeña (jejeje).
Me ha encantado la ruta, ya que sigue casi todo sendas y tiene menos de +100 metros de desnivel.
Justo al final, cuando estábamos estirando, se ha puesto a llover con ganas. Hemos tenido suerte hasta para eso (jajaja).

Volveremos a quedar. Al menos, eso espero. Prefiero correr con alguien con la experiencia de Paco que a mi aire. Aunque con un petardo como yo igual no quiere volver a salir a trotar. Quizá el circuito de 12 km para otra ocasión (jejeje).

lunes, 1 de marzo de 2010

Salida a Pirineos. Iniciación al esquí de travesía.

Fin de semana fantástico en Pirineos, en el Valle de Benasque. Como tantas otras salidas por estos lares, aunque esta vez con un puntillo especial: iba a iniciarme en el esquí de travesía con el Grupo de Montaña del Politécnico. Y la experiencia ha sido inolvidable.

El esquí de travesía o esquí de montaña (ski de randonée, en francés) es una modalidad peculiar, entre el alpinismo y el esquí, que requiere de conocimientos técnicos y materiales específicos. Permite acceder a zonas de montaña a las que en invierno no se puede acceder de otra forma, ya que permite desplazarse sobre la capa de nieve sin hundirse, con relativa velocidad y comodidad.
Este fin de semana tenía carrera de orientación del campeonato de España en Ronda (Málaga), pero no tenía muchas ganas de irme tan lejos para un par de carreritas. Así que, mientras dudaba, ví la posibilidad de irme al cursillo de iniciación al esquí de travesía que, de la mano de Julio V, ofrecía el GMP, y no me lo pensé dos veces. Tiempo tendría para hacer más carreritas, pero el esquí esta vez tenía preferencia.
Volvía al Valle de Benasque por segunda vez en menos de un año. ¡Bien!

El jueves 25 por la mañana llamé a Julio V para preguntarle si la salida seguía adelante. Las noticias no hacían más que alertar a la población de la presencia de una ciclogénesis explosiva sobre la Península Ibérica para el fin de semana. Parecía una mala idea irse. Toda la Cornisa Cantábrica en alerta por vientos huracanados, que llegaron a pasar de 200 km/h y lluvia. La respuesta fue tajante y convincente: "si no podemos salir a la montaña, nos quedaremos en el bar, pero irnos, nos vamos". Con argumentos así, no había discusión posible: me iría, aunque sólo fuera para ver nevar por la ventana.

Esto de la ciclogénesis ha prestado para bastantes comentarios jocosos durante todo el viaje, ya que no nos ha afectado con la fuerza prevista e incluso nos salió el sol el domingo. Aunque sí ha generado una entrada de viento terral (del sur), con rápida subida de la temperatura y precipitaciones en forma de lluvia, que provocó inestabilidad en el manto nivoso, con fuertes aludes en Bielsa, el Portalet, Panticosa, etc.
A las afueras de Benasque pude ver los restos de una impresionante avalancha, que llegó a las mismas puertas del pueblo, sin mayores consecuencias. Nunca había visto una tan grande. Al tratarse de un alud de fondo, la imagen que dejaba, de caos de bloques de nieve, piedras y árboles, daba bastante impresión y te hacía pensar en el riesgo real que existía.

El viernes 26 salimos a eso de las 17:00 a Pirineos en coche por la A-23, que es la ruta más larga, pero la más barata. Cenamos de camino.
Nos alojamos en el albergue de El Run (Castejón de Sos, Huesca), que está muy limpio, sale muy barato y hacen descuento para federados.
Somos un total de 10 personas: Maite, Christelle, Vroni, Vida, Juan, Carlos B, Carlos, Julio, Ferrán y Mario. El sábado se nos unirá Olatx, a la que conocía de oídas, pues alguna vez me habían hablado de ella.

El sábado 27 nos levantamos prontito y desayunamos en el refugio. Son las 8:15 cuando cogemos las cosas y nos vamos hacia las pistas. Tenemos que parar en Benasque para recoger el material para esquí de travesía, que he tenido que alquilar, pues el que tengo de alpino no me vale (44 €/día ... jurls).
Tal y como están las cosas y que el riesgo de aludes supera el 4 en algunas zonas, Julio ha decidido llevarnos al parking de la estación de esquí de Cerler. El cielo ha salido completamente cubierto y empiezan a caer algunos copos dispersos y grandes, mecidos por la brisa matinal. No hace demasiado frío.
En este primer día tomo contacto con el material: las pieles de foca, las tablas, que son más ligeras, las fijaciones, etc. Y aprendo las técnicas básicas para desplazarme sobre la nieve.
Subimos camino de la "Puerta del Cielo", completando un recorrido de unos 5 km o así, con un desnivel de más de 500 m. No está mal.
Según subimos, la lluvia empieza a aparecer y a mediodía llueve copiosamente. A veces es aguanieve y otras granizo fino. La cota de nieve ha subido mucho y la depositada en el suelo está muy mojada. El viento es constante y resulta molesto. Voy calado, chopado hasta la médula, a pesar de las tres capas de ropa que llevo.

Antes de llegar a la "Puerta del Cielo", decidimos quitar las focas y bajarnos. Llevamos unas 4 horas subiendo y las condiciones no acompañan demasiado.
Iniciamos el descenso junto a una zona de slalom, lo que me permitirá comprobar cómo se esquía con este material. Y me quedo algo decepcionado. Yo pensaba que sería como el esquí alpino, pero estas tablas pesan menos (mucho menos), tienen las fijaciones más ligeras y más retrasadas, dejando la punta de los esquíes más suelta, me da la sensación de estar más alto sobre el suelo y no me resulta sencillo controlar el giro. Intento cambiar varias veces de técnica.
Carlos B se ríe con ganas y me explica que él no esquía, que no tiene técnica, pero que con la cuña, aquí se controla todo. Me enseña el tip-top, a girar con cuña y saltito, ... puf ... más técnicas nuevas. Es curioso todo esto, aunque preferiría poder coger algo de velocidad y disfrutar de una bajada "normal" (jajaja).
Los giros me salen regular y suelen clavarse siempre los dos esquíes. Me dicen que es normal, que aquí no puedo descargar peso en un sólo lado. Cuántas cosas nuevas.
Cómo no, acabo por el suelo un par de veces, pero sin perder las tablas. Caídas tontas.
Por otro lado, la sensación de bajar por nieve virgen, sin compactar ni tratar, es muy chula, aunque hay que estar más pendiente de las irregularidades, de los cambios de tipo de nieve y de los obstáculos. Como todo es más ligero, es más fácil esquiar en nieve sin pisar con este material, pero en pista ... no me acaba de convencer.

Comemos en Benasque. El cachondeo es total. El grupo es muy agradable y el ambiente perfecto. Se nota que se conocen de hace tiempo y me han integrado como uno más. Me voy a tener que volver más veces con vosotros (jejeje). Gracias.
El resto de la tarde la pasamos por Benasque, haciendo el ganso por las tiendas, outlets y similares.

El domingo 28 amanece perfecto. La famosa ciclogénesis parece que nos ha dejado y la mañana nos regala un cielo despejado, salpicado por alguna nube dispersa. No hace demasiado frío, aunque esta noche ha helado.
La marcha la empezaremos hoy en el parking del Llano de Ampriu (1.900 m), junto a las pistas de Cerler. Repasamos el equipo y Julio decide recordarnos un poco el funcionamiento del ARVA, sonda y pala. Yo aquí ya soy un alumno aventajado, gracias al cursillo de iniciación a la alta montaña invernal que nos dió Gabi hace unas semanas.
Nos ponemos las focas y seguimos un itinerario balizado, al norte de las pistas, por Pasolobino hasta el Collado Basibé (2.380 m). Nuevamente unos 5 km de marcha y unos 500 m de desnivel.
La nieve tiene algo de costra y más arriba está helada, pero se puede subir bien. Poco antes del collado tenemos que poner las cuchillas para sortear una pala, que está completamente helada. Aquí se hace especialmente delicado realizar correctamente las diagonales, canteando en la subida y la "vuelta maría". Julio y Carlos insisten mucho para que la hagamos correctamente. Son buena gente y tienen paciencia con el personal.
Comprobamos con cierto reparo las consecuencias de un "descuido". Mientras Olatx subía, se le cae una botellita de agua a mitad de ladera y se nos escapa ladera abajo. La seguimos con la vista en su caída, resbalando más de 250 metros de ladera. Los últimos compañeros consiguen detenerla con los bastones. Impresiona pensar que podría ser unos de nosotros (glups).
En una de las paradas me tengo que sacar un esquí y apoyo el pie en el suelo. La pierna se me hunde automáticamente hasta más arriba de la rodilla. No recordaba que está blanda, ya que con los esquíes, parece que vayas flotando por encima, como si estuviera consistente. Nos reímos todos con ganas mientras intento subir para volver a ponerme el esquí. Qué torpe (jajaja).
Cuando llegamos al collado de Basibé, el sol luce magnífico. Las vistas de las montañas circundantes me dejan boquiabierto. Qué sensaciones. Qué paisaje más impresionante. En momentos como este me acuerdo por qué me gusta tanto la montaña.

La bajada la realizamos al principio por nieve virgen, sin tratar, junto a las pistas. No conviene alejarse mucho de ellas. Me caigo un par de veces y acabo bajando con Olatx y Vroni por una pista azul, donde tengo más control. El resto de la gente baja por mitad del monte. No estoy acostumbrado todavía a este tipo de esquí y me cuesta controlar la trazada. Incluso en la pista azul, con la nieve polvo. Son esquíes muy ligeros y la posición me resulta extraña.
Será cuestión, como después me comentaron, de hacer más metros y practicar. Como todas las cosas, supongo.

Volvemos a casa el domingo por la noche, cansados, pero satisfechos. Ha sido una experiencia formidable. El tiempo nos ha salido bueno el segundo día y la famosa borrasca "ciclogenética" nos ha respetado. Hemos tenido suerte.
Me ha gustado esta nueva disciplina y creo que repetiré pronto. Además, con esta gente se puede salir, que parecen buenos compañeros. Espero que sea pronto, aunque ahora me viene una temporada algo complicada porque la tengo muy comprometida y no me queda tiempo libre.
Así que ya veremos.