sábado, 31 de octubre de 2009

Noche memorable

Hacía tiempo que en una noche no pasaban tantas cosas como la de este viernes 30. Así que tendré que contarlas.

Para empezar, quedamos en el Teatro Principal de Valencia para ver la obra "La Cena", del grupo Els Joglars, con Cris, Julio, Laura, Vicente C y servidor. La obra me pareció de un humor satírico muy agudo e incisivo, aunque en algunas ocasiones derivaba hacia la insulsez. Como crítica del pseudo-ecologismo y del esnobismo político con los temas relativos al medio ambiente, me pareció acertada, con golpes muy buenos. Pero hubo mucha gente a la que no le acabó de gustar. A mí me resultó entretenida y divertida.

A continuación, decidimos pasar por un restaurante a picar alguna cosa y Vicente nos llevó a uno un poco especial: el "Vino Tinto", por la zona de El Carmen. Debería mencionarlo aparte como recomendable, pero lo dejo para otro día. A destacar los postres, sobre todo el tartufo de chocolate. Una delicia.
Sería la 1:00 cuando nos tiraron del restaurante. Literalmente. Julio y Cris decidieron retirarse y yo estuve a punto, que estaba en plena "hora crítica", venga bostezar y con sueño, pero al final me apunté a dar una vuelta por El Carmen.
Empezamos en El Negrito con un mojito, que parecía más un granizado que otra cosa. Luego en el Café Bahiano, que también queda cerca, a probar otra variedad de mojito. Aquí se nos une Raquel.
Para rematar, Vicente queda con Berta y Trini en el Pub Calcatta, en un callejón del barrio de El Carmen, algo escondido. Allí nos invitan a otro cubata y me tengo que pedir (este ya a la fuerza), el consabido gin-tonic, que no pude acabar. Puntillo gracioso y bailador.
Hacía tiempo que no pisaba un pub. 3 años, por lo menos.

A eso de las 4:20 nos dirigimos a recoger el coche Raquel, Laura y yo, que las acompaño. Yo me había desplazado al teatro en moto. Pasábamos de cahondeo, venga la risa, por la calle Tapinería, paralela a la Plaza de la Reina, cuando aparecen tres magrebíes frente a nosotros. A pesar del flash momentáneo que me entró, no le dí importancia. Quizá no estaba sufientemente alerta.
Al pasar junto a Raquel, dos de ellos le cogen el bolso que colgaba de la mano y tiran con fuerza para llevárselo. Como no lo suelta, se inicia un violento forcejeo. Como me había quedado junto a Raquel, reaccioné automáticamente, plantando cara a los asaltantes y ayudando para evitar que se llevaran el bolso. En un momento dado, lancé a la cabeza de uno de ellos el casco de la moto, mientras lo sujetaba por la correo. Por poco le alcanzo la sien, pero evitó el impacto yo creo que con el puño, que iba dirigido a la cara de Raquel.
Al final, el bolso se rompió del asa y salieron corriendo con el trofeo en la mano. Eché a correr detrás, para intentar detenerlos y, al girar una esquina, me encontré con el tercero, que parecía no haber participado. Le pregunté que si sabía dónde vivían sus "amigos" y me dice que él no sabe nada. Me encaro, pero no vale la pena. Salgo corriendo por donde creo que se han ido y me paro automáticamente. De pronto, me ha entrado la reflexión ... ¿y si van armados?. Me frustro, pero creo que es mejor dejar el tema y volver a ver cómo están las chicas.
Según vuelvo sobre mis pasos (10 metros), veo al final de la calle, que cruza un coche de la policía local y entonces se me enciende la luz. Esta es la mía. Vuelvo a correr en dirección a la Plaza de la Reina, donde aparezco a la altura del McDonald's. Giro la vista para localizar al "chorizo" y al mirar hacia la puerta de la catedral, me veo el coche patrulla y al morito que corre hacia mí, con el bolso en la mano, perseguido por un policía local.
Me preparo para lo que espero sea un placaje como cuando jugaba al rugby, pero no consigo interceptarlo bien y sólo puedo empujarlo con fuerza cuando pasa a mi lado. Eso lo desequilibra, haciendo que el policía acorte la distancia y lo derribe. Hubiera sido mejor una zancadilla en vez de empujarlo, pero me pilló a contrapié y en carrera, y no pudo ser.
Salgo corriendo a ver si podía ayudar al policía, pero me ruega que no lo toque. De buena gana le hubiera roto el casco de la moto en la cabeza.
Aparecen las chicas en la plaza y Raquel recupera el bolso. ¡¡Qué suerte hemos tenido!!. El policía engrilleta al chaval, no sin antes tener que inmovilizarlo. Creo que no tendría ni 20 años, puede que incluso fuera menor de edad. Actuación ejemplar del policía en la que me ruega varias veces que no participe, para evitar que el tipo me llegue a denunciar "por lesiones". Se las saben todas. Imagino que notó la ira que llevaba en el cuerpo. Me limito a insultarlo, intimidándolo, pero no me sacia.
Aparecen al cabo del rato 4 coches patrulla más, con sus dotaciones y se llevan al tipo, acompañando una patrulla a las chicas hasta la comisaría de la Delegación de Gobierno. Yo me reúno con ellas con la moto.
Ya en la comisaría me entero que Raquel tenía el labio partido y que el morito le había golpeado con los nudillos, antes de poder parar con el casco el segundo golpe. Maldición. Si lo llego a saber en el momento en que lo hizo, no sé qué hubiera sido capaz de hacer, pero no creo que me hubiera podido controlar, y seguramente lo habría golpeado cegado por la rabia. Mejor no haberlo sabido hasta después.
Presentamos denuncia en la comisaría, como no podía ser de otra forma. Es posible que le acusen de "robo con violencia y lesiones". Normalmente, van directos al talego, si tiene papeles. Si no, lo devolverán a su casa, aunque también es posible que ya esté libre, a la espera de un juicio al que no creo que se presente. Mal rayo le parta. Dudo que su madre conozca al padre que lo engendró.
Nos retiramos a casa a eso de las 6:30. Volviendo, me dormía en la moto del cansancio y de la bajada de adrenalina.

Menuda nochecita, ¿eh?. Menos mal que hacía años que no salía de noche y más aún que no me acostaba a esas horas. Por si fueran pocas emociones, a las 11:00 de la mañana del sábado me fuí con la bici a la Calderona, a hacer la ruta del parking de Portacoeli a Tristany, pero sólo pude llegar a la Font de la Gota, pues no tenía el cuerpo para más. Con buena compañía, eso sí. Tenía previsto salir y no iba a perder la oportunidad por una nimiedad (jejeje).
Esta noche la recordaré durante bastante tiempo. Por todo. Seguro.

jueves, 29 de octubre de 2009

Viaje a Jordania

Marhaba (hola). Ya he vuelto de vacaciones con muchas cosas que contar, pero, como otras veces, se me plantea la pregunta: ¿cómo resumir tantas sensaciones y experiencias en unas pocas líneas?. ¿Acaso será posibe?. Me temo que no, pero haré lo que pueda. Lo prometo.

Como ya comenté, me quedaban un montón de días de vacaciones que he ido guardando este año, pensando en el otoño e invierno y en la forma de aprovecharlos de forma productiva con lo que fue una buena compañía. Compañía que ya no está. Ahora esos proyectos de viajes y excursiones son viejos sueños de un pasado enterrado aceleradamente. Muchos planes, como siempre. Quizá demasiados y sobre los que puse demasiadas ilusiones.
Como ya sabéis, las cosas han cambiado radicalmente, sin aviso previo, y eso me ha obligado a replantearme muchas de aquellas cosas que tenía previstas y que ahora debo reorganizar para ir haciéndolas, pero poco a poco. Sigo poniendo orden en mi vida y voy haciendo lo que puedo. Ya sólo debo contar conmigo mismo y eso abre un mundo nuevo de oportunidades sorprendentes que no voy a dejar pasar. Y cada día son más y mejores.
Lástima haber estado tan ciego, aunque ya lo dice el dicho : "... puente de plata". Pues eso.

Como las cosas no ocurren sino por "causalidad", un amiguete (Javi) me comentó que se iba solo a Jordania una semanita de vacaciones. Le pedí que me contara un poco lo que iba a ver y, aplicando el principio del "pensat i fet", me apunté, hice la maleta y nos hemos ido juntos. Todo en menos de una semana. Realmente, no sé si llegué a pasar por la fase del "pensat" (jejeje).
Pero puedo afirmaros que ha sido uno de mis mayores aciertos en mucho tiempo.

18 octubre. Madrid - Amman
A las 8:00 salida en autobús a "Madriz", con el Autores. Tras combinación de metro, llegada a la T4 para sufrir las consabidas colas y embarcar en el avión a las 16:00. Vuelo charter a Amman.
Llegada al hotel, tras unas 5 horitas de vuelo. Allí tienen una hora más que en España (GMT+2, o sea, hora de Canarias+2).

19 octubre. Amman - Ajloud - Jerash - Amman
Salida a las 8:00 en dirección a la fortaleza de Ajloud (o Ajlud), de la época de las Cruzadas. La subida se realiza en camionetas Toyota (cómo no), con un pick-up preparado para sentar unas 8-10 personas, ya que el autobús no puede subir. El castillo está bastante bien conservado. Las vistas son muy buenas y el paisaje me recuerda mucho a Andalucía, muy mediterráneo, mucha luz, con campos de olivos, bancales y pinos por todos lados.
Hacia las 11:20 visitamos Jerash (Jarak o la antigua Gerasa). Es una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo, aunque está poco excavada. A destacar la plaza oval, el templo de Zeus, el templo de Artemisa, el arco de Adriano, el cardus maximus, los dos decumanus, el hipódromo (donde hacen representaciones de lucha de gladiadores y carreras de cuádrigas) y los teatros norte y sur. Muchas edificaciones bien conservadas y mosaicos al aire libre. Es un sitio para perderse un rato entre piedras e imaginar la ajetreada y bulliciosa vida de aquellas gentes. Hace calor (unos 35 ºC y muy secos).
Por la tarde, vista general de Amman con rápida visita a la ciudadela (en la que no entramos) y un rato libre por la zona comercial (el downtown), junto al teatro romano, que es lo más parecido al clásico zoco o bazar (como tal, no hay en Amman), con tiendas agrupadas por temáticas y en las que el precio de algunas cosas es de risa. El regateo es un vicio (jejeje).

20 octubre. Amman - Castillos del desierto - Mar Muerto - Amman
Salida a las 7:30 con el autobús. Somos unas 23 personas. El grupo parece que es bueno y hemos empezado a juntarnos por edades y afinidades. Coincidimos con tres maños, dos chicas de Sabiñánigo y un chaval de Zaragoza. Jorge, Yolanda y María. Muy majos. A partir de aquí, mantendremos un buen feeling con ellos el resto del viaje. También una pareja de Madrid (Enrique y Herlinda) y una chica de Valencia (María).
El desierto hacia el este del país es inmenso. No es el típico de arena, ya que se encuentra cubierto de cantos de basalto y lava, de pequeño tamaño, muy erosionados por el viento. Las vistas son inabarcables. Junto a la carretera se ven muchos puestos de policía y bases militares. Esta carretera lleva hacia el este, hacia la profundidad de la nada, directa a Iraq.
Visitamos Qasr Amra, que son unas termas omeyas, patrimonio de la humanidad, con interesantes frescos humanos, a pesar que la religión musulmana las prohibe expresamente. Son impresionantes.
La siguiente parada es en la fortaleza de Qasr Al Azraq o fortaleza azul, de bonito basalto azulado por la presencia de cobalto y edificada por los romanos junto a un oasis. Me resulta muy fría y no me dice nada.
El último de los edificios a visitar es el Qasr Al Kharaneh. No es estrictamente un castillo, sino un caravasar, donde las antiguas caravanas que cruzaban el desierto encontraban alojamiento y protección. Está bastante bien conservado y resulta impresionante. Oscuro y fresco, a pesar de estar en medio del desierto.
Por la tarde visitamos el Mar Muerto. Aquí puedo presumir de haber estado en el punto más bajo de la Tierra (-416 m por debajo del nivel del mar). En el más alto no creo que llegue nunca a estar, pero el más bajo ya lo he visitado (jejeje). Necesariamente nos hemos bañado. Cómo no. La sensación del contacto del agua con la piel es jabonosa. Tiene tanta sal el agua que forma una película sobre la piel, sobre la que resbalan suavemente las manos. Se flota sin ningún problema ni esfuerzo, con más de la mitad del cuerpo fuera del agua. De hecho, hay que tener cuidado con no girarse por descuido y acabar con la cabeza dentro del agua.
Se me ocurrió mojarme la cabeza, resbalando el agua hasta los ojos y tuve que volver rabiando, con los ojos escocidos y medio ciego, hasta la toalla para aliviarme un poco. Menos mal que tenía a mano algo de agua potable y pude lavármelos. A pesar de todo, estuve más de 15 minutos escocido y dolorido. El sabor del agua, más que salado, resulta amargo.
Dicen que por 30 minutos de baño se rejuvenecen 5 años. Debo haber quedado irreconocible, porque estuve más de 45 (jajaja).
El acceso al Mar Muerto lo hicimos en un sitio llamado "Amman Beach", que tiene una bonita piscina de agua dulce en dos pisos. La puesta de sol ha resultado espectacular. Desde aquí, al otro lado del mar, se ven las montañas de Jerusalem.
Se podía ver que las mujeres autóctonas se bañaban completamente vestidas, junto a sus maridos en bermudas. No importa si es en el mar o en la piscina. Me impactó ver cómo entraban con su pañuelo en la cabeza y pantalones vaqueros dentro del agua, saliendo completamente mojadas y se volvían a casa sin cambiarse. Algunas chicas, claramente de la zona, de grandes ojos negros y hermoso pelo negro ondulado, estaban en bikini, pero son una minoría.
Durante las excursiones tenemos un policía turístico que nos acompaña en el bus. Se le ve aburrido y se nos apalanca cerca. Intenta hablar con nosotros, sobre todo con las chicas. Tiene 25 añitos. Como no sabe demasiado inglés, se explica mucho por gestos. Es gracioso, pero algo pegajoso. Nos tememos que le he gustado un poco más de lo que yo quisiera. A la mínima, me coloca el pañuelo en la cabeza, me coge el brazo o intenta comunicarse conmigo. Me enseña fotos suyas en el móvil. Caramba ... qué suerte tengo (glups). Lástima que no ve gusten los machorros (jajaja). Aunque la conclusión general es que a este le tira a la carne y al pescado. (jajaja).

21 octubre. Amman - Madaba - Monte Nebo - Al-Kerak - Wadi Musa
Salida a las 7:45 con el autobús. La primera parada es en Madaba, la ciudad de los mosaicos, en la que todavía se puede ver el trabajo artesanal con trocitos de mármol de colores en diversos talleres. Visitamos la iglesia ortodoxa de San Jorge, para admirar su famoso retablo (siglo VI), representando un mapa de la zona de Oriente Próximo. Es una ciudad con mucho movimiento de turistas y comercio y tiene una importante población cristiana.
La siguiente parada es el Monte Nebo, donde se supone que murió Moisés tras ver la Tierra Prometida (el valle del Jordán). Espero que aquel día viera más que nosotros, ya que la calina era bastante intensa y la visibilidad muy pobre. Es un sitio que no me dice nada. Muchas ruinas, mal conservadas y demasiada gente.
La última visita es a la fortaleza de Al-Kerak (o Al-Karak). Es una impresionante construcción de la época de las cruzadas algo deteriorada, que todavía está en proceso de excavación. Tiene más de 6 pisos de altura en algunas zonas.
Como perdimos al guía durante un rato (nos pasó por ir charrando con los maños a toda hora), salí al trote, adelantándome a ver si lo localizaba por el castillo. Caminando entre los túneles y pasadizos me encontré un grupo de japoneses pidiendo ayuda en inglés. Siguiendo sus indicaciones, entré en una sala, donde había un hombre mayor que sangraba abundantemente por la cara, ante la aprensiva mirada de todos los presentes, que estaban paralizados por el espectáculo. Me lancé sin pensarlo sobre él, a lo bombero torero, y pedí agua para limpiar la zona de la nuca, de donde se veía salir la sangre. Conseguí, en mi pobre francés, hacerme entender para que se girara y se pusiera de costado, en vez de a cuatro patas. Estaba aturdido, dolorido y desorientado. Pedí agua y empecé a limpiar la zona de la nuca y la cabeza. Indiqué a un presente que le hiciera algo de aire. Se había caído por un hueco desde la parte superior a una de las salas inferiores, a unos 3 metros de profundidad, golpeándose y erosionándose la base de la cabeza y la nuca en la caída. Hice lo poco que podía con los medios que tenía hasta que llegaron dos turistas que decían ser médicos, que empezaron a explorarlo. En ese momento, expliqué lo hecho en inglés y me retiré discretamente. Es curioso cómo se reacciona cuando estamos en una situación así y yo siempre me tiro al ruedo, sin pensarlo. De bombero torero auténtico. Estoy orgulloso de mi reacción.
Ahora había que volver a localizar a mis compañeros, que habían oído lo del accidente y estaban preocupados por si el afectado fuera yo (jejeje). Aclaradas las cosas, visitamos la fortaleza, que resulta admirable.
A partir de este día y de la anécdota del señor accidentado, Mario se hizo, cómo no, famoso entre todos sus compañeros de viaje. No sé cómo me las apaño, pero siempre me pasa y eso que buscarlo, no lo busco, pero me lo encuentro (jajaja). Tuvimos un "Mario" en boca de todos para el resto del viaje. Qué solicitado.
Por la tarde, nos dirigimos a Wadi Musa, junto a Al-Batra (Petra). Mañana será la esperada visita.

22 octubre. Petra
Salida a las 8:00. Tenemos la suerte de estar alojados en un hotel a menos de 5 minutos andando del centro de recepción de visitantes. Menudo lujo.
Petra es un sitio magnífico. No tengo palabras para describirlo. Un día de visita me supo a poco. Me hubiera quedado varios días, ya que según la hora del día y la posición desde la que se mire, los colores de las piedras y sus formas van variando.
La entrada se hace a través de "Al-Siq", que es un pronunciado cañón de areniscas rojas, salpicadas de innumerables colores distribuidos en franjas o manchas irregulares, de algo más de 1 kilómetro y que desemboca en el edificio conocido como "El Tesoro".
Frente al Tesoro había un mar de gente, de beduinos en chiringuitos, vendiendo artesanía, de camellos y burros para el transporte de personas. Un poco agobiante. Pero si somos capaces de abstraernos de este tumulto, resulta espectacular.
Fuera de la necrópolis, quedan los restos de la ciudad, totalmente en ruinas, con muchos elementos romanos. El teatro ya no se puede visitar, está cerrado para evitar la erosión de la arenisca de los peldaños que forman la cávea.
Tras la hora de la comida, nos sugieren visitar el "Monasterio", que es otra portada espectacular, pero algo alejada del conjunto. Hay que subir unos 820 escalones hasta su emplazamiento y el guía asegura que son unos 45 minutos. Como estoy harto de autobuses y esta semana no he hecho nada de deporte, me lanzo a subir al trote, cada vez más rápido. He salido de los últimos y por el camino voy adelantando a mis compañeros de viaje, de mi grupo y de los otros grupos que íbamos desde España en el mismo vuelo. Algunos me miran sorprendidos cuando los paso. Abundan los comentarios jocosos sobre el ritmo endiablado que llevo cuesta arriba (jejeje). Voy subiendo de dos en dos escalones y a la carrera. ¿Qué necesidad tendré de sudar?, pero lo necesito. Al final, la subida la completo en menos de 20 minutos y todavía me da tiempo a subir trotando a dos puntales más, mucho más elevados, para admirar la vista del desierto de Wadi Araba, en el horizonte. Hay un profundo cañón a los pies del puntal. No hay árboles y sólo se ven algunas pobres matas. Una vista magnífica.
Bajo al edificio del Monasterio para esperar a mis compis, que aparecen al cabo de un rato. Voy completamente sudado. Llegan al cabo de un rato. Bajada tranquilita. Ya he gastado algo de adrenalina.
Descansamos en un chiringuito frente a las Tumbas Reales, tomando un té verde. Se me acerca el camarero y se ofrece a arreglarme el pañuelo de la cabeza. Me hace el tocado beduino típico. Jajajaja ... ¡¡pero qué sobona que es esta gente!!. Aunque yo creo que lo hacen simplemente como muestra de hospitalidad.
Aunque todos los beduinos no son iguales. Lo de algunos no tiene nombre. Muchos utilizan a sus niños y niñas pequeños para vender cosas a los turistas, cuando deberían estar en el colegio aprendiendo. Son graciosos, pero estarían mejor en clase que regateando por cuatro baratijas.
Ha sido un día muy entretenido. De los mejores del viaje.
Mañana volvería otra vez a ver la ciudad, pero nos tenemos que ir (snif).

23 octubre. Petra - Aqaba - Wadi Rum
Salida a las 7:30. El guía, que ya he dicho que es bien majo, ha decidido que vayamos a Aqaba, que no estaba en el programa. La carretera atraviesa el desierto del Negev.
La ciudad, como tal, no me dice nada. Visitamos un poco la zona del zoco y la parte más antigua. Nos acercamos a la zona del puerto, desde puedo decir que he visto (aunque no he estado) Israel (ciudad de Elat), Egipto y Arabia Saudí, así como parte del Golfo de Aqaba y la península del Sinaí. Qué cosas.
El mar es muy transparente y tiene buena pinta. Debe ser una gozada bucear en sus aguas.
Nos dirigimos hacia el desierto de Wadi Rum, donde nos espera una excursión en todoterreno. Este desierto es de arenisca roja y tiene un grano grueso. El color de las piedras y de la arena cambia según van pasando las horas del día y resulta un paisaje sobrecogedor. Mejor ver las fotografías, aunque no hacen justicia.
Pasamos la noche en una haima beduina, acondicionada tipo "hotel rústico". Alguna gente protesta por el "olor a camello". Yo no noto nada, pero no sé qué querrán encontrar en un sitio como este. Bastante es saber que hay una cama con somier y todo. Por mí hubiera dormido en el suelo, enrollado en una manta y mirando al cielo estrellado. Hubiera sido igualmente feliz.
La puesta de sol merece una mención especial e hicimos una pequeña excursión hasta una colina para poder apreciar mejor el paisaje. Muy bonita.
Por la noche cenamos en el campamento. Tenemos fuego de campamento, té con menta y música tradicional beduina. Bailamos y nos reímos alrededor de los músicos. Alguno se lanza a bailar el "Paquito el Chocolatero". Menuda juerga. Los jordanos son muy divertidos y entran al juego rápidamente.
Nos preparan un café al estilo arábigo, con cardamomo, tostando las bayas verdes sobre las brasas y machacándolas en un mortero especial. Toda una curiosidad.
Hacemos otra excursión a pie hasta un punto donde no hay luz indirecta y la vista del cielo es completa. Tenemos oscuridad casi absoluta. Menos mal que me he traído el frontal. Tumbados en la arena las sensaciones se multiplican. Silencio absoluto. El cielo está muy nuboso y se ven pocas estrellas entre los jirones de cielo raso. Lástima.
Nos retiramos tras 20 minutos de arenoso relax. En el horizonte empiezan a dibujarse relámpagos y una tormenta parece venir del mar.
A la hora empieza a llover en el desierto. Es noche cerrada. Arrecia a ratos y hay que refugiarse dentro de las haimas. Enrollados en mantas, con un vaso de té con menta y pegados a una burbujeante narguila con tabaco aromático observamos el desarrollo de la tormenta. Un espectáculo digno de dioses.
La gente comenta que qué mala suerte que llueva. Pero ¿cómo mala suerte?. Si seguramente lloverá 10 días al año y hemos pillado justo el día que lo hace. ¿Quién puede decir que ha visto llover así en el desierto?. Esto es todo un lujo asiático.
En algunas de las habitaciones ha entrado agua y la cama se ha mojado. En la nuestra no. Hay quien decide dormir en la zona de "estar", enrollados en mantas que huelen a humanidad, algunos dicen que a camello (jejeje).
El olor en el campamento mojado es intenso y curioso. Noche tranquila y fresca.
Tengo una sensación de completa paz en el silencio de la noche. Me quedaría una eternidad aquí, subiéndome a los distintos picachos y admirando la profundidad e inmensidad del desierto.
Nos retiramos a dormir a eso de las 2:30.

24 octubre. Wadi Rum - Amman
Nos levantamos a eso de las 5:30 para ver amanecer en el desierto. Las primeras luces nos las tapan los restos de nubes de la tormenta nocturna. Es curioso cómo cambia el color de las montañas con la salida del sol.
Después, desayuno y té alrededor del fuego. Risas y miradas perdidas en el fuego.
A media mañana salimos hacia Amman. Tenemos 365 km por delante. Detrás queda un lugar mágico que me ha fascinado.
El resto de la tarde presta para poco. Por la noche quedamos un rato con los maños, que están alojados en otro hotel.

25 octubre. Amman - Madrid
Hoy es el último día y la gente parece tener interés en volver al downtown para ultimar compras. Quedamos con los maños en el teatro romano y visitamos el Odeón y el Nymphae. Es curioso ver una ciudad típicamente árabe, cuajada de ruinas de la antigua ciudad romana de Filadelfia.
Subimos a la ciudadela para ver con detalle el templo de Hércules y el palacio omeya.
Comida por el zoco y tomamos un café en un bar que pone en su puerta "desde 1927" y yo creo que con la fecha indican el último año que lo limpiaron por última vez. Y poco. Puf. El té magnífico y el precio irrisorio (unos 0,5 €). Es un lugar en el que normalmente no entran turistas y tiene un curioso sabor colonial.
Hacemos tiempo y compras hasta las 19:30, hora en la que nos llevan del hotel al aeropuerto para volver a España. Saldremos a las 23:00.
Despedidas eternas y muy emotivas en la sala de espera. Nos pasamos datos de contacto. Ha sido una experiencia magnífica y la compañía y el grupo excelente. Hacemos planes de futuro: intercambio de fotos, bicicleta, Pirineos ... ya veremos.
Llegamos a España el día 26 de octubre a eso de las 3:30 de la madrugada. El vuelo ha sido bueno, aunque agotador. No me cabían las piernas en el asiento y acabo con las rodillas machacadas. Nos queda una espera que parece no tener fin hasta las 6:00, hora a la que cogemos un taxi para ir a la estación sur de autobuses para volver a Valencia en el bus de las 7:00. Llegada a las 12:00. Estamos muertos pero satisfechos.

Curiosidades
La moneda es el dinar jordano (1 DJ = 100 piastras), que resulta casi en paridad con el euro (1 DJ = 1 €, aproximadamente) y que tiene cambio fijo con el dólar (100 DJ = 70 $, aproximadamente). Es posible pagar con divisas directamente, sobretodo euros, que los cogen como dinares, ya que así ganan un poco más, ya que son más caros.
Se puede regatear bastante si se va en grupo de compras y se muestra uno algo indignado con los precios. El "uf ... it's very expensive", provoca no pocas caras de indignación en el vendedor, que rápidamente exige una contraoferta. Incluso en Amman. Fácil conseguir un 20% de descuento.
Presumen que la segunda lengua del país es el inglés, pero costaba entenderse con los autóctonos en esta lengua. Especialmente con los taxistas. Al final pedíamos en el hotel que nos escribieran en un papelito las señas de los sitios en arábigo y así resultaba todo más sencillo.
En Amman los taxis amarillos son muy baratos y hay muchos por la calle. No hay casi otro transporte público. Cruzar Amman de punta a punta (son algo más de 1,5 millones de habitantes) puede costar menos de 2,5 DJ. Lo normal es 1,5 DJ. En Madrid, un viaje parecido me ha costado esta mañana 29,60 €. Menudo robo.
El tráfico es caótico. El intermitente no existe y los coches se incorporan a las avenidas sin ceder el paso a los vehículos de la vía principal. Los peatones cruzan por donde quieren o pueden, casi siempre a la carrera. No hay pasos de cebra o ya no se ve la pintura y se juega uno la vida cada vez que cruza la calle. A pesar del caos, parece que no tienen demasiados percances.
No es sencillo circular por las aceras, salvo en la zona comercial (semejante a un zoco, el downtown). Éstas no tienen continuidad y están llenas de obstáculos.
Hay policías por todos lados, turísticos, de tráfico o militares. Si la zona es turística, seguro que encontramos un "turistic policeman" armado, que amablemente nos atenderá en un inglés bastante decente. Nos movimos por la noche por calles sin demasiada luz y no tuvimos nunca sensación de inseguridad. Es un país muy tranquilo en ese sentido.
El textil que se vende es casi todo de origen indio o chino. A veces, sirio. No es fácil encontrar cosas del terreno. La artesanía, el textil, especias y alimentos son especialmente baratos.
La comida es muy parecida a la nuestra y me ha resultado muy grata: mucha verdura, mucha ensalada variada, algunos guisados de carne en salsa, sobre todo pollo y cordero. Todo muy especiado. A veces muy picante, pero siempre sorprendente. Sabores curiosos que tengo ganas de experimentar próximamente en casa. Pero lo mejor ha sido siempre las "mousse" conocidas como hummus (de garbanzos) y babaghanush (de berenjena), muy semejantes. Con pan de pita ambas resultan exquisitas. Y el yogurt. Nada que ver con el de aquí. La fruta escasea en los hoteles y buffets.
El alcohol, como era de prever, escaso y caro. Aún así, pudimos comprar ginebra nacional. Era raro encontrar un bote de cerveza por menos de 3 DJ. Recomiendo la cerveza "Petra", muy parecida a la Voll-Damm (ñam), aunque más dulzona, con 8º.
Soberbio el té con menta y curioso el sabor del café al estilo beduino o arábigo, con cardamomo. Aunque como café, sigo prefiriendo el express.
Por primera vez en tiempo, he podido ver que un grupo de españoles (los 23 que íbamos), nos pusimos de acuerdo en algo, al afirmar que el guía que nos tocó era especialmente bueno, gracioso, atento y celoso de su trabajo. Un cachondo mental. Se llamar Nizer (la "e" como una "a" larga). Su castellano era muy bueno, después de más de 15 años viviendo en España. Algunos en el barrio valenciano de Benimaclet ... ¡¡xe!!.

Si tuviera que volver mañana, que me encantaría, ampliaría el número de días en Wadi Rum, aprovechando para subir a alguna de sus montañas y disfrutar del silencio del desierto y sus constantes cambios de color. También es posible que me quedara un par de días en Petra. Uno no se cansa de pasear por allí y me supo a poco. Seguramente cambiaría los primeros días por una visita a Damasco y/o a Jerusalem, aunque esta última sea todavía peligrosa. El remate habría sido un par de días de buceo en Aqaba. Pero a todo no daba tiempo. Lo reservaré para cuando vuelva (jejeje).

La anécdota más curiosa del viaje, casi sin lugar a dudas, fue al llegar de vuelta a Valencia y coger un taxi en la puerta de la estación de autobuses. El taxista nos ayudó a cargar las maletas y, necesariamente, se fijó en algunas bolsas de mano. Ya en marcha, nos preguntó que qué tal las vacaciones y le dijimos discretamente que "hacían falta" "muy bien, gracias". Cosas insustanciales. De pronto nos suelta "¿qué? ¿os ha gustado Jordania?". Rápidamente me dí cuenta que había leído en árabe los caracteres de una de las bolsas y me explicó que "la bolsa que lleváis es de una de las zapaterías del centro de Amman ... y yo soy jordano".
Ha sido el colmo. Nos ha sacado el DNI, para que viéramos que no mentía, aunque no hacía falta. Se llama Jalil. Qué alegría me ha entrado. Parecía que estaba de vuelta por allí. Despedida con un fuerte abrazo y un "Shukran. Ma'assalama, habibi" (literalmente: Gracias. Ve en paz, amigo). Esta gente es amigable, cordial y hospitalaria hasta fuera de su país.
Yo me he apeado del taxi a mitad de carrera, pero el compañero luego me ha dicho que le ha cobrado menos de lo que marcaba el taxímetro. Parece que se ha alegrado más que nosotros del encuentro (jejeje).

Lo mejor: sin duda el Wadi Rum, Petra y el Mar Muerto, aunque tengo dudas en el orden entre el primero y el segundo. No sé cuál me gustó más. Y la radio de mi cabeza apenas ha sonado. ¿Se habrá quedado definitivamente sin pilas?. Eso espero.
Lo peor: El viaje de vuelta, que se me hizo eterno. 12 horas metido en el avión, autobús y varios taxis. De la excursión me sobraron las visitas a los castillos, ya que son interesantes, pero en España tenemos mejores y mejor conservados. Los habría cambiado de buena gana por una visita a Damasco o a Jerusalem, a pesar de cómo están las cosas por esta última. Pero era lo que venía en programa y eso hicimos. Además, el precio se disparaba. Otra vez será.

Tengo muchas fotografías, pero voy a poner sólo unas pocas y en calidad mediocre. Intentaré ir comentándolas.
Espero que os haya gustado la crónica.

martes, 27 de octubre de 2009

Forges

Nuevamente otro ingenioso chiste de nuestro insigne Forges. Sigue siendo el mejor.

viernes, 16 de octubre de 2009

Vacaciones

No sé si realmente las merezco, pero como me quedan un montón de días de vacaciones por disfrutar y, como el año es corto, voy a aprovecharlas ahora y así no acabo regalándoselas a la empresa, o casi, como otros años, que tampoco se lo merece.

Así que estaré desconectado del blog durante algunos días. También del móvil y me temo que del correo electrónico (no sé si encontraré dónde conectarme, jejeje). No me busquéis mucho, que no me vais a encontrar. Me voy lejos, a reencontrarme un poco. Desconexión total. De todo y de todos. Pero tranquilos, que volveré. Esto es sólo un paréntesis temporal.

El 26 por la tarde estaré de vuelta. Algo tendré que contaros, pero tened paciencia, que seguro que arrastro algo de "jet lag" y cansancio acumulado. También espero recargarme con una buena dosis de optimismo y de endorfinas naturales que me relajen y me ayuden a estar cada día mejor, mejor y mejor. Es el único objetivo de momento: mejorar mi salud mental. Y lo estoy consiguiendo, aunque cueste lo suyo.

Bueno ... hasta pronto y muchos besitos.

domingo, 11 de octubre de 2009

Ascensión al Benicadell (1.104 m.) 11-oct-2009

Reconozco que soy cabezón. Cuando me propongo una cosa, puedo tardar una eternidad en conseguirla, pero al final la consigo.

Este ha sido el caso del Benicadell. Es una montaña emblemática entre las provincias de Valencia y Alicante. Digo emblemática no porque esté dentro de un espacio natural protegido, ni porque sea altísima, ni nada de eso, sino porque tiene todas las características para desear subirla: una ruta corta, con buena pendiente, en una umbría fresca y bajo paredes de piedra colosales, casi verticales. Para rematar, si las condiciones son buenas, las vistas son espectaculares.
Hace casi dos años, en una de las muchas excursiones por la zona del Montcabrer, se me metió en la cabeza que tenía que subir una montaña con una forma tan "alpina", tan vertical y sugerente en la distancia. Según pasó el tiempo alguna vez lo he propuesto, pero cuando no ha sido por una cosa, ha sido por otra y tenía esa espinita clavada en el costado. Este fin de semana, que no me he podido escapar al Pirineo, me pareció un sucedáneo perfecto. Subiríamos el Benicadell. Y así ha sido.

Nos hemos juntado Julio, José Luís y yo en l'Alcúdia a las 8:30. Buena hora para salir. Hacía tiempo que este genuino trío no se reunía y ha sido la excusa perfecta. Lo hemos pasado bien.
A las 9:00, más o menos, llegada a Beniatjar y almuerzo en el primer bar del pueblo. Con José Luís, lo del almuerzo antes de hacer nada es casi un ritual, así que ya sabíamos a lo que íbamos.
A las 10:10 empezamos a movernos, más o menos motivados por las cervezas y el carajillo de ron (jejeje).
La ruta no tiene pérdida porque el pueblo de Beniatjar es pequeñito y consiste en una calle principal, que sube hacia el monte, con casas a ambos lados. Además está señalizado como PRV-213.1, creo.
Enfilamos la calle, pongo el piñón fijo y ... a subir.
El sendero empieza pronto a subir hacia el pico, que está omnipresente frente a nosotros, con sus paredes verticales. José Luís no hace más que resoplar. Protestan del ritmo que llevo. Lo siento, chicos, ya sabéis que ahora me voy comiendo las piedras ladera arriba. Tengo más marcha que nunca y estoy que me salgo físicamente. Me toca parar a esperarlos varias veces y reconozco que llevo un ritmo fuerte y sostenido, casi 4,5 Km/h cuesta arriba, que podría mantenerlo e incluso mejorarlo hasta arriba, ya que me encuentro pletórico de fuerzas.
La primera desviación llega en el paraje de Fontetes, donde decidimos tirar por la derecha, hacia un mas y buscando el camino que sube al Benicadell. Si vamos por la izquierda, llegaremos al mismo sitio, después de pasar por la casa forestal de Les Planisses.
Tras un rato de senda suave, llegamos a una pista, que es el único trozo que no es senda, y nos desviamos a la izquierda. A cosa de un kilómetro, vemos unos cipreses en una curva y un poco más adelante, una senda pedregosa que sube hacia el Benicadell. La señalización es buena.
La subida es espectacular. Este último tramo de senda discurre a través de una fuerte umbría, muy fresca, bajo las paredes verticales del Benicadell, en la que hay fresnos de flor, arces, durillos, madroños, helechos, carrascas y pinos. Sube y baja bastante gente, pero saludan y hay un ambiente agradable.
Yo voy a la caza de los que van subiendo. Me voy picando para pillarlos y así me voy dejando a los compañeros rezagados. Me recuerda a lo del "pilgrim hunting" del Camino de Santiago. Qué recuerdos (jejeje). No puedo parar de subir y cada vez más rápido. Me encanta. Me siento radiante de alegría y parezco un chiquillo grande.
Superadas las primeras paredes verticales, la senda gira hacia la izquierda, buscando la divisoria de aguas. El resto es un sendero que sube constantemente, incansable, hacia la cima.
El último tramo hay que saltar entre piedras, con alguna sensación de "paso aéreo", que me hubiera impresionado algo si hubiera estado mojado, pero con el solecito que nos acompaña, me parece muy divertido.
Llego a la cumbre en cosa de 1 hora y 40 minutos, teniendo que esperar al personal a menudo, menos el último kilómetro, que me escapo hacia la cumbre, casi a la carrera.
La vista es espectacular en todas las direcciones. Se ve perfectamente toda la Vall d'Albaida y el Comtat. Hacia el norte, se ve el Caroche, la Muela de Cortes, Sierra Martés, Sierra del Ave, la Serra de les Agulles y se llegan a dibujar la Serra Calderona e incluso l'Albufera. Hacia el este es posible ver el Montdúver (o Mondúber), el mar, el circo de La Safor y el Montgó. Hacia el sur, la Serra d'Aitana y Beniarrés. Al oeste, Enguera, la Serra de Mariola y cómo no, el Montcabrer. Se distinguen perfectamente Muro d'Alcoi, Agres y Bocairent. Qué cosas. Hago fotos.
Nos quedamos un buen rato en el pico, al solecito. No sólo la visibilidad es buenísima, sino que no hace una pizca de viento. Es el día perfecto.
Decidimos bajar hacia las 12:40 y, siguiendo las señales en la bajada, nos desviamos unos 5 minutos de la ruta para visitar la "Nevera del Benicadell", que se encuentra en un buen estado de conservación. No tiene nada que envidiar a las de la Mariola, la verdad.
Cuando llegamos al camino, nos desviamos a la derecha. La bajada la haremos por la casa forestal de les Planisses.
Al llegar a la casa me entra algo de agobio. Parece ser que la gente utiliza la zona de aparcamiento para aproximarse al pico y aquello parece un hervidero de coches. Cuánta gente.
Bajamos por otra senda a Fontetes y de ahí empalmamos con la senda inicial que baja al pueblo. Es casi imposible perderse.
José Luís no se encuentra bien a última hora y nos toca ralentizar la bajada. Espero que haya sido algo pasajero.
Cuando llegamos al pueblo buscamos un sitio donde comer, pero parece que la única alternativa es el bar del almuerzo de esta mañana, que no nos ha terminado de convencer, así que cogemos el coche y nos vamos a buscar otro sitio por algunos de los pueblos en el camino de vuelta.
Finalmente, acabamos en Albaida, donde a las 16:00 nos ponen de comer unes "picaetes", atendidos por la camarera más graciosa que he visto en mucho tiempo. Menudo cachondeo hemos tenido durante toda la comida con ella. No sé quién se lo ha pasado mejor, si ella o nosotros.
El bar-restaurante ha sido un descubrimiento y lo recomiendo encarecidamente. Todo casero y bien elaborado. Se llama "El Gamell" y ya he dicho que está en Albaida.
Al final han salido unos 15 Km y unos +800 m.
Esta vez no voy a poner track, porque no tiene pérdida y hay mucha información por la red.

Como conclusión debo resaltar que es la mejor ascensión a una montaña valenciana que he hecho hasta la fecha. No sólo por las ganas que tenía, sino porque en algunos tramos me parecía estar en Els Ports de Tortosa y Beceite o en pleno Prepirineo. Se la recomiendo a todo el mundo.

Restaurantes recomendables (3)

Voy a recomendar 2 sitios distintos en un mismo comentario. Cada uno con su estilo.

En la zona de Cánovas hay una genuina crêperie française. Una crepería, vamos. Se llama Korrigan.
Los dueños, Olivier y Nathalie, son encantadores y el local se ha convertido en una especie de "centro cultural", donde se reúnen franceses residentes en Valencia o de paso, lo cual ya da cierta garantía del producto consumido.
Sergio P propuso varias alternativas para cenar y finalmente nos decidimos por las crêpes. Cuál sería mi sorpresa al comprobar lo bien elaboradas que están y la cuidada presentación que tienen. Tanto dulces como saladas. Una auténtica delicia. ¡¡Qué tino tienes, Sergio!!.
Lo apunto como lugar fijo para volver y recomiendo sinceramente su visita.
Korrigan, C/ Conde Altea, 51, Valencia.

El otro sitio lo hemos encontrado por casualidad en Albaida. Al bajar del Benicadell y entrar en Beniatjar hemos pensado comer, pero como el pueblo es pequeñito y el sitio donde hemos almorzado no nos ha fascinado, hemos decidido buscar otro sitio de camino. Al entrar en Albaida nos hemos dejado caer por una avenida y el primer bar que hemos encontrado ponía algo así como Círculo Musical Primitiva Albaidense "El Gamell", que es el nombre del local. El rótulo del local lo decía todo: "picaetes i soparots".
Nosotros nos hemos hecho un "dinarot", a base de "picaetes", que nos ha sabido a gloria. Muy recomendable.
El Gamell, Avinguda de la Fira, 2, Albaida (Valencia).

Puente del 9 al 12 de octubre

Está resultando un buen fin de semana, a pesar de tener que improvisar, visto el resultado de lo planeado. Porque este fin de semana estaba destinado, en principio, a un buen pateo pirenaico, con varias alternativas en función del tiempo meteorológico, pero que finalmente la lluvia y los más que previsibles bancos de nubes bajas han ido desaconsejando.
Evidentemente, podía haberme ido, que las prespectivas y la compañía eran prometedoras, pero si el tiempo no acompaña, y más vivaqueando, pues como que no apetece tanto. La montaña está ahí y si la temporada se está acabando (de momento), tiempo habrá para volver en primavera o el verano que viene, que siempre estará ahí esperando nuestra anhelada visita. Aunque reconozco que ya tengo un "mono" terrible y quizá me escape antes del año que viene, aunque sea un fin de semana rapidito. ¿Noviembre?. Ya se verá, que se acumulan los compromisos (jejeje).

A pesar del cambio radical de planes, la improvisación ha sido más que positiva y el resultado mucho mejor de lo que esperaba, sinceramente.

El viernes 9 me dejé caer por Chelva para acompañar a unas amigas a ver el acueducto romano de Peña Cortada. Nos juntamos 7 personas y la visita fue un éxito. No esperaba menos. Chelva tiene muchas cosas interesantes que no se conocen fuera y provoca buenas sorpresas a sus visitantes. Es curioso, con lo cerca que está de Valencia, y lo poco que se conoce.
Lo que tenía que haber sido una visita al acueducto y a la ruta del agua, acabamos teniendo que improvisarla sobre la marcha, ya que disponíamos de poco tiempo y, sobre todo, porque se empeñaron en bajar a la Rambla de Alcotas. Y eso que les insistí que la ruta del agua también estaba bien (jajaja). Acabamos comiendo a las 16:00 en el Azud, en Tuéjar, por lo que la tarde ya no se pudo aprovechar demasiado.
Sabía que la ruta me sabría a poco, porque esperaba algo "light", que luego no resultó tanto como pensaba, pero por si acaso, por la mañana del mismo día 9 salí un rato con la bicicleta por el Turia (9:00), pudiendo así comprobar que el tramo entre el Parque de Cabecera, en Valencia, en el cauce viejo del Turia, y el resto del itinerario río Turia arriba, hasta Paterna y de allí a Vilamarxant, ya están conectados, a falta únicamente de una pasarela de madera que salva una carretera, por la que hay que circular unos 250 metros.
Creo que me saldrían en total unos 30 Km, ida y vuelta. Además, este primer tramo no es tan plano como el otro e incluso hay algunas subiditas, además de las pasarelas de madera que cruzan el río.
Lo único malo es que no está del todo claro el camino, la señalización es pobre y puede prestar a confusión, sobre todo cerca del parque de Manises. Para calentar un poco y preparar el día estuvo bien. Es una gozada saber que desde la Malvarrosa se puede llegar a Vilamarxant en bicicleta sin jugarse la vida y disfrutando del Turia. Muy recomendable.
Lo que no me esperaba es que al bajar de Chelva me "eligieran" para jugar al paddle. ¿No decíais que era muy regular? ¡¡Pues vaya!!. Al final, entre la bicicleta de la mañana, el senderito en Peña Cortada y la partida de paddle, acabé rendido. Para rematar, cena y ¿eran mojitos? hasta las 3:00. Me van a reventar un día de estos (jajaja). Pero sarna con gusto ... Que dure. Da gusto tener tanta gente cerca.

El sábado 10 prestó para poco. Dormí como hacía tiempo no lo hacía. Por supuesto, sin pastillas (¡¡bien!!). Sigo convencido que no hay nada como un día ajetreado, deportivo y con buena compañía. Es una terapia perfecta. Hasta tenía agujetas allá donde la espalda pierde su honroso nombre, por culpa del paddle.
Tenía pensado hacer bicicleta por Chelva, con una ruta "destroy", de algo más de 50 Km, que dejaré para más adelante, para noviembre. Notaba las piernas algo cargadas. Así que jornada familiar y cena con Sergio P en un restaurante francés que recomiendo en la zona de Cánovas (Korrigan). Très gourmand et jolie.

Pero lo mejora ha venido hoy, domingo 11, en el que no he querido subir a Higueruelas, como propuso la gente del Centro Excursionista de Chelva, porque quería hacer realidad otro objetivo que llevaba en mente algún tiempo: subir al Benicadell. Esto ha sido el remate de un fin de semana casi perfecto, y merece una crónica aparte. Pero el remate ha sido descubrir otro sitio estupendo para comer, El Gamell, esta vez en Albaida. ¡Qué ojo hemos tenido!. A este paso voy a recuperar los 14 Kg que perdí en septiembre y no es plan, que ahora estoy muy bien. Bueno, ... eso dicen (jejeje).

Todavía queda el día de mañana, lunes 12 de octubre, que de momento pinta bien, con una excursión en bicicleta a El Puig por la vía churra, como en septiembre. Ya veremos.

lunes, 5 de octubre de 2009

Buenas noticias 3

Hoy he vuelto al trabajo.
Quizá sea, más que una buena noticia, conseguir hacer realidad una necesidad que tenía.
Como ya sabéis, la médico no ha querido darme el alta antes. No lo consideraba prudente. Y viendo la situación hacia atrás, con algo más de prespectiva, creo que tenía toda la razón. No estaba en condiciones para la rutina laboral diaria.
Ahora estoy algo más centrado, con menos altibajos, aunque todavía los hay y muy gordos, y la radio de mi cabeza se apaga poco a poco, como era previsible, así que me han dicho que ya no estoy peor que el resto de seres humanos, y que por tanto, puedo ser considerado como "apto para trabajar". Apto para producir. Uno más en el sistema.
Pues mejor, así tengo en qué entretener el día y no sólo en salir con la bicicleta a toda hora o en salir a pasear o a trotar por el río o a deambular por la sierra.

Lo mejor es que me han felicitado, tanto la médico como el psiquiatra, porque me han dicho que lo "normal" para mi situación son cuatro o más meses para "empezar a recuperarse", aunque no hay patrón fijo, y que, sorprendentemente, en un mes tengo la cabeza bastante bien amueblada. Y que hay quien ni en toda una vida lo supera. (Uf ... qué miedo me da).
No creo que esté ya bien del todo, pero está claro que el trabajo me ayudará a ocuparme mentalmente en otras cosas más productivas y no sólo en tener lástima de mí mismo. A fin y al cabo, yo hice siempre lo que creía y lo que sentía. ¿Qué más se podía hacer?. Nada tengo que reprocharme. Actué con coherencia y honestidad, como siempre.
La suerte quizá ha sido que la cabeza la he tenido siempre bastante bien amueblada. A mi gusto, pero ordenada, con las cosas y las prioridades bastante claras. Eso no lo puede decir todo el mundo. Y posiblemente es eso lo que me ha ayudado a pasar este trago tan "rápido".

La vuelta al trabajo no ha estado mal. Diría que amable e incluso calurosa. Los compañeros se han interesado por mi estado, mostrándose solidarios, y me han apoyado moralmente. Todo han sido ánimos y buenos deseos. Más de los que hubiera deseado, incluso. En el fondo, creo que me echaban de menos y les sabía mal la situación por la que estaba pasando. Por eso me llamaban estos días con cierta regularidad.
Al final tendré más amigos de los que pensaba. Hasta en el trabajo (jejeje). Eso es bueno.
Ahora hay que ponerse al día, que tengo muuuuuucho trabajo retrasado. Pero eso no me da miedo. Incluso me gusta.

Aunque la mala noticia es que debo continuar con la medicación hasta dentro de ... ¡¡8 meses!!. ¡Qué condena, con lo poco que me gustan las pastillitas!. Según me explicó el médico, a riesgo de sufrir una recaída si no la tomo, cosa que no pienso consentir. No quiero volver a como estaba hace unas semanas, ni se lo deseo a nadie. No merece la pena.
Debo tener más paciencia con las cosas. Renovarse o morir. Es lo que toca, ¿no?. Pues eso.

domingo, 4 de octubre de 2009

XIX Volta a Peu a Benimaclet

Esta mañana he vuelto a participar en otra prueba del V Circuit Ruralcaja de carreras populares de la ciudad de Valencia. Esta vez por el barrio de Benimaclet. Con esta, es la segunda carrera del circuito en la que participo. Son cortitas y están bien para correr, aunque participa demasiada gente y a veces agobia un poco.
Hemos quedado Cristina, Julio, Sergiete y yo a eso de las 8:15 en la rotonda de la Ronda Norte con la Avenida de Alfahuir. Recogida de dorsales y a esperar la salida hasta las 9:00.
En la salida hay que empezar andando, debido a la gran cantidad de gente que se acumula. Un auténtico tumulto. He empeza al lado de Cris, mientras Sergiete y Julio se iban a su ritmo, algo más fuerte que el mío. Un poco más adelante, había dejado atrás a Cris y me he encontrado con Vicente Bou, que también había venido. Hemos trotado un rato juntos.
En la meta buenas sensaciones. Sergiete ya se había ido a casa "por una urgencia". Cris ha acabado antes que yo. Me ha vuelto a pasar durante la carrera y no me he dado ni cuenta (jejeje). Está fuerte esta chica.
El circuito me ha gustado un poco más que el de Sant Marcel·lí. Quizá porque las calles son más anchas.
Para los 5.753 metros de recorrido he necesitado 00:30:52, lo cual da una velocidad media de 6m10s/km. Voy mejorando, aunque esta vez tenía menos molestias en la rodilla, lo cual me ha permitido mantener un ritmo más constante. Podía haber ido algo más fuerte, pero eso será a la próxima. Hay que conseguir bajar de 6m/km.
Al final he quedado el 2.423 de la general y el 926 de mi categoría. Hoy creo que había más gente que el otro día, aunque la posición final es similar.

Está claro que soy un petardo en esto de correr (jejeje). Pero esto no es algo prioritario en mi vida. Lo hago por entretenerme. Valgo mucho más para otras cosas que son más importantes (y si no me lo digo yo, a ver quién me lo tiene que decir ...). Paciencia y a disfrutar.

sábado, 3 de octubre de 2009

Rodando entre La Canyada y Vilamarxant

Esta mañana hemos quedado para salir con la bici por el cauce del Turia.
La cita ha sido en La Canyada (Paterna), cerca de la estación del metro, y nos hemos juntado Julio, Antonio y yo. Parece que a Antonio aún le quedan ganas de volver con nosotros, a pesar de la experiencia del otro día en la excursión a El Puig.
Excursión facilita, que mañana tenemos carrera.
Cruzando el paso a nivel hemos buscado un camino por la derecha que entra dentro del monte de La Vallesa hacia el río. Tras un rato de pista en mal estado, pero muy divertida, hemos llegado al canal de riego paralelo al río, donde siempre ha habido un puentecito de hormigón para cruzar y una especie de aforador. Lo recordaba perfectamente. Pero ahora está vallado y ya no se puede cruzar por allí, así que entre campos, hemos tenido que salir hacia la vía de servicio, bajo el puente de la A-7 que cruza el Turia.
Subida a Vilamarxant sin incidencias. Los puentes de madera que antes había que pasar por badenes provisionales o con la bicicleta al hombro, ahora están habilitados y se pueden subir directamente. Son algo incómodos y relativamente estrechos en la parte superior para cruzarse dos bicicletas, pero con precaución se pasan bien. Julio y yo rodamos a buena velocidad. A veces incluso más de 30 Km/h de forma sostenida, pero tenemos que esperar a Antonio, que no está para estos trotes. Él va a su ritmo.
Parada en el puente de Riba-roja. Hay mucho movimiento de ciclistas y da gusto ver tanta gente por el río. El camino por la ribera, la limpieza de las cañas y la revegetación, le ha dado una vida y una actividad increible a esta zona. Es fácil ver pescadores, gente a caballo, corriendo o andando y, cómo no, cientos de ciclistas. Nos comentan que ya está abierto el acceso desde el parque de cabecera. Un día lo comprobaré.
Emprendemos la marcha cuando se reincorpora Antonio y continuamos hasta el puente que une Vilamarxant con Llíria (carretera CV-50), donde damos la vuelta.
Al final han salido unos 40 Km para los que hemos empleado poco más de 2 horas. Hubiera salido mucho menos, pero teníamos que ir esperando a Antonio al final de algunos tramos. No era plan de dejarlo atrás y que se perdiera.
Subida a La Canyada por la vía de servicio de la A-7 y hacia la estación del metro. Después, estupendo aperitivo en casa de Julio, al solecito, y limpieza de las bicicletas con la hidrobomba.

Una mañana genial, aunque reconozco que me ha venido algo de bajón por la tarde, ya en casa. Es posible que sea por volver a esa zona, a ese entorno, y moverme por ese tramo del Turia. Han sido muchas las veces que he pasado por allí. No sé. Todavía está algo fresca la herida y sangra a la mínima oportunidad. Sin avisar. Pero todo acabará por pasar.